Las sanciones estadounidenses y la agresividad de la Casa Blanca, que está dispuesta a causar graves daños a sus aliados para satisfacer sus propios intereses comerciales e ideológicos, causan una rotunda respuesta mundial. Las naciones musulmanas se proponen unirse para hacer frente a las medidas punitivas económicas de EEUU.
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Los países participantes de la cumbre de Kuala Lumpur 2019 —Turquía, Catar, Malasia e Irán— barajan crear un sistema de pagos dorados invulnerable a las sanciones de Estados Unidos.
La razón es la presión de la Casa Blanca. El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, lo dijo muy claro y directo en la cumbre.
"Dado que el mundo es testigo de que algunas naciones toman decisiones unilaterales para imponer medidas punitivas, Malasia y otras naciones deben siempre tener en cuenta que pueden imponerse contra cualquiera de nosotros", afirmó.
Lo curioso es que los líderes de estos países ni siquiera consideren las opciones para evitar las sanciones estadounidenses, puesto que todas implican rechazar los intereses nacionales y obedecer a la Casa Blanca en todo, cosa inaceptable para Malasia, Catar, Irán y Turquía, comenta el columnista de la edición rusa de Sputnik, Iván Danílov.
Los países mencionaron cuatro opciones para rechazar al dólar en el comercio: el oro, las operaciones de trueque, el uso de monedas nacionales y las monedas criptográficas.
Es poco probable que Turquía, Catar, Malasia o Irán se beneficien de las operaciones de trueque, opina Danílov. Recurrir al trueque equivale a volver a la Edad de Piedra, agrega.
Este tipo de operaciones solo es adecuado para grandes transacciones comerciales, para intercambiar grandes volúmenes de mercancías entre dos grandes empresas.
A pesar de lo voluminosas que son estas operaciones, tienen una gran ventaja: es imposible detenerlas por sanciones financieras, es decir, la transacción solo puede bloquearse por la fuerza militar, señala el columnista.
El uso de las monedas nacionales mencionado por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, es más moderno y mucho mejor adaptado para el comercio internacional, pero tiene varios problemas serios a la vez, observa Danílov.
El primer problema, según el analista, es el sistema SWIFT. Estados Unidos puede presionar el sistema de transferencias bancarias internacionales para que desconecte los bancos turcos, qataríes o malasios, al igual que está desconectado ahora el sector bancario iraní.
Para superar este obstáculo, será necesario desarrollar un propio sistema o bien atraer a la construcción de un "sistema financiero desdolarizado" a algún socio externo que ya tenga un análogo. En particular, China o Rusia que ya están bajo sanciones estadounidenses de diferente naturaleza.
El segundo problema de las monedas nacionales es que son muy volátiles, es decir, su tipo de cambio a menudo puede cambiar rápidamente y de manera bastante impredecible, lo que complica el trabajo de los exportadores.
El problema se soluciona en parte mediante el aumento del uso de herramientas de control del riesgo de cambio (futuros, contratos a plazo, etc.), lo que puede ser una opción en el caso de Estambul y Kuala Lumpur que siguen siendo potentes centros financieros regionales, analiza Danílov.
En este contexto, las monedas digitales parecen una alternativa más atractiva para la desdolarización.
Si se utiliza una criptomoneda —cuyo valor está vinculado al precio del oro o a una canasta de varias monedas nacionales—, el problema del sistema de pago electrónico se resuelve mucho más fácil y el único riesgo es la posibilidad de un grave ataque de hackers y/o la desactivación masiva de internet como parte de las sanciones, advierte el columnista.
En el caso del oro, no hay ningún problema de volatilidad del tipo de cambio: el oro simplemente sustituye al dólar como herramienta de valoración universal.
Sin embargo, el problema del sistema de pago electrónico sigue presente. Pero los lingotes pueden transportarse físicamente para pagar bienes y servicios.
El oro tiene otra ventaja: los residentes de los países bastante conservadores que participan en el proyecto comprenden el valor del metal precioso, están acostumbrados a mantener sus ahorros en oro y es un instrumento financiero universal, comprensible para todos: desde Doha y Ankara hasta Teherán y Kuala Lumpur. El líder malasio mencionó la famosa moneda del mundo islámico medieval dinar de oro como opción para oponerse al dólar de EEUU.
El número de países que se convierten en el blanco de las medidas punitivas de Washington es cada vez mayor. Danílov opina que pronto habrá suficientes países dispuestos a deshacerse de la dependencia del dólar para construir un sistema financiero alternativo global.