El jefe del Comité Internacional de Planificación y Cooperación de Siria, Fadi al-Jalil y el embajador de China en Damasco, Feng Biao, firmaron el miércoles un memorando de entendimiento sobre la incorporación de Siria a la iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) de China, conocida también como el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda.
En una ceremonia celebrada en Damasco (capital siria), Al-Jalil destacó que la admisión de Siria en la iniciativa revive el antiguo papel de Siria en la antigua Ruta de la Seda y ayudará a impulsar la cooperación bilateral con China y la cooperación multilateral con otros Estados socios que desean cooperar con Siria.
Al remarcar que las cooperaciones se ampliarán en varias áreas, incluido el intercambio cultural o de bienes y tecnología, el funcionario árabe recalcó que Siria había sido uno de los principales países de la antigua Ruta de la Seda, en particular en las ciudades de Alepo y Palmira.
Haciéndose eco a las palabras de Al-Jalil, Feng afirmó que el pacto profundizará la cooperación de trabajo entre ambos países y fortalecerá la “armonización” entre este nuevo proyecto y las políticas del presidente sirio, Bashar al-Asad, al tiempo que afianzará participación del gigante asiático en la “reconstrucción económica de Siria”.
De este modo, agregó que la iniciativa está en línea con el fuerte deseo de los países del mundo de una amplia participación económica conjunta, pues se ha convertido en la “plataforma de cooperación internacional más amplia del mundo”, ya que forma un conjunto de enlaces marítimos y ferroviarios entre China y Europa pasando por Kazajistán, Rusia, Bielorrusia y Polonia para terminar en Alemania, Francia y el Reino Unido.
La cooperación económica entre Pekín y Damasco se produce en momentos que Siria atraviesa en una crisis paralizante, la cual se ha agravado por varias tandas de sanciones impuestas por EE.UU. y otros países occidentales contra un pueblo que se esfuerza por superar los más de diez años de guerra catastrófica a todos los niveles.
Entretanto, China es uno de los países que ha defendido la soberanía y la integridad territorial de Siria desde el inicio del conflicto armado que sacudió el país árabe en 2011. Vetó, junto con Rusia, varios intentos de Washington y sus aliados contra los sirios en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU). Asimismo, ha exigido en reiteradas ocasiones el cese de los embargos económicos impuestos a Siria, denunciando que las restricciones afectan más que todo a los civiles.