Un análisis jurídico internacional asegura que el Acuerdo Stand By del FMI con la Argentina, que suscribió el entonces presidente Mauricio Macri en el 2018, debería considerarse nulo. Así lo informó hoy la agencia de noticias Télam.
La investigación, cuya autoría corresponde a los especialistas Karina Patricio Ferreira Lima y Chris Marsh, sostiene que el mayor programa en la historia del Fondo «fracasó en todos sus objetivos centrales, viola los fines fundamentales del FMI según su Convenio Constitutivo y, por tanto, constituye un acto ’ultra vire’.»
El «ultra vires» es el principio jurídico internacional que considera inválidos los actos de las entidades públicas o privadas que rebasan el límite de la ley.
«Analizando los fundamentos macroeconómicos del Acuerdo Stand By, no se cumplieron los requisitos sustantivos para el ejercicio de la competencia funcional del FMI de prestar apoyo a la balanza de pagos de Argentina», sentenciaron los autores.
Karina Patricio Ferreira Lima es profesora e investigadora en la Facultad de Derecho de la Universidad de Leeds, donde trata temas de derecho económico y financiero, mientras que Chris Marsh es un exfuncionario del FMI y actualmente actúa como consultor senior de Exante Data, una consultora internacional de análisis macroeconómicos y de mercado.
Los autores analizaron los pormenores del programa que negoció David Lipton -hoy asesor de Yanet Yellen- cuando estaba bajo el mando de Christine Lagarde en la gerencia del FMI, y de esta forma, concluyeron que «el Fondo no aseguró las garantías adecuadas para la provisión de sus recursos generales, ya que el programa financiero inicial no contemplaba un ajuste externo, tenía supuestos poco realistas y un «agujero negro» contable de al menos 20.000 millones de dólares», indicaron en la investigación publicada en el sitio especializado SSRN.
Todo ello, continuaron, «hizo que los objetivos cuantitativos del programa fuesen imposibles de cumplir», con lo que «el análisis de sostenibilidad de la deuda estaba destinado al fracaso*, y los criterios de acceso excepcional no fueron evaluados razonablemente.
Para los investigadores, «era razonablemente previsible que el diseño del programa diera lugar a una ampliación de la duración y del grado del desequilibrio de la balanza de pagos de Argentina debido a la falta de pedidos de controles de capitales», que el Fondo «estaba legalmente obligado a solicitar».
Otro de los supuestos considerados «ridículos» tuvo que ver sobre los ingresos estimados de capital durante el programa, que incluían «la confianza en entradas de capital financiero por casi 80 mil millones de dólares», remarcaron.
Por todo esto, los autores afirman que «el programa debería considerarse nulo».
Sin embargo, la solución que proponen no termina de ser coherente con el diagnóstico. Los analistas proponen que dado que el país no tiene los recursos para repagar el programa, «debería haber un período (quizás mayor a 10 años) durante el cual se debería permitir a Argentina recuperarse». Proponen entonces «un préstamo sin intereses, y la devolución de todos los intereses y cargos hasta la fecha».
La realidad es que, como ha planteado el Frente de Izquierda, se trata de un acuerdo fraudulento que sirvió para la fuga de capitales y subordinar al país nuevamente el Fondo Monetario. Los argumentos de los analistas confirman que se trata de un acuerdo fraudulento que hipoteca al país. Lejos de la política de marcar sus fallas para negociar nuevas condiciones, tal como plantea el Gobierno argentino, la izquierda propone el desconocimiento soberano de la deuda y una ruptura con el Fondo Monetario Internacional como parte de un plan de conjunto para que la crisis la paguen los capitalistas.
Fuente: Izquierda diario