Una ira que no tiene ni el más mínimo fundamento, según dijo a Sputnik Guadi Calvo, especialista en Asia, Oriente Medio y África, quien subrayó que "Rusia tiene 7.500 kilómetros de derecho para involucrarse en la cuestión de Kazajistán, porque son 7.500 kilómetros de frontera que tiene con ese país, más allá de los lazos políticos y económicos que mantienen ambas naciones".
Enfatizó asimismo que Rusia y otros países que forman parte de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva [OTSC] desplegaron sus contingentes a pedido del presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáev, donde la rapidez de la ayuda prestada permitió conseguir que "el tema de Kazajistán casi esté terminado".
Calvo se mostró convencido de que detrás de la violencia desatada en Kazajistán se encuentra EEUU, donde el plan consistió en convertir este país en un enclave terrorista –de hecho, las decapitaciones de policías que se ejecutaron en medio de los disturbios son acciones típicas de "organizaciones como Daesh y Al Qaeda [proscritos en Rusia]"–, para crearle un gran dolor de cabeza, tanto a Rusia, como a China.
"¿Cómo va a permitir Rusia tener una Libia o una Siria en sus fronteras? Rusia es una potencia y se mueve como una potencia, y no puede permitir ese tipo de cuestiones", apuntó.
Señaló también que la desestabilización de Kazajistán pretendió atentar contra el proyecto chino de la Nueva Ruta de la Seda, donde uno de sus tramos ferroviarios conectará al gigante asiático con Rusia a través de territorio kazajo.
Además, Calvo denunció la hipocresía de Washington y sus aliados en cuestionar la legitimidad de las acciones de Rusia, preguntándose "qué derecho tiene EEUU de intervenir" en países como Níger, Libia, Somalia, Etiopía, Afganistán o Yemen, entre muchos otros, sin que comparta fronteras con estas naciones, y sin tampoco pedir ninguna autorización.
Fuente: Sputnik