En una Malasia donde los elementos están arrasando desde hace varios días, las mezquitas han abierto de par en par sus puertas como lugares de refugio, que nunca han dejado de ser a lo largo de los siglos.
Frente a las lluvias torrenciales que cayeron sobre varios estados, y con rara intensidad en Kuala Lumpur, la capital, y el territorio federal de Putraya, provocando inundaciones devastadoras (las peores en siete años), Idris Ahmad, el ministro encargado de Asuntos Religiosos, hizo un llamamiento, junto con el Consejo Religioso Islámico del Territorio Federal (MAIWP), a ayudar a los cientos de víctimas que convergen en los recintos sagrados musulmanes.
“Las mezquitas están listas para recibir a todas las familias que ahora se encuentran sin hogar y sin recursos. Allí encontrarán un refugio seguro y se les proporcionará toda la asistencia necesaria (ropa, mantas, alimentos, productos de higiene personal, atención médica, etc.). Recordemos que las mezquitas también gestionan la ayuda alimentaria a través de los programas Dapur Itam y Jawi Food Bank”, dijo en un comunicado oficial.
Más de 66.000 policías, militares y bomberos se han movilizado en todo el país para rescatar a las más de 29.000 personas que se encuentran varadas tras las históricas inundaciones de los ríos. Inundaciones tristemente espectaculares que envolvieron áreas urbanas enteras, impidiendo el tráfico en las carreteras principales.