Un recorrido por la ciudad de Belén, cuna del niño Jesús. Actualmente asediada por la ocupación israelí donde “Israel quiere aprovecharse del turismo, no quiere que los visitantes se queden en la ciudad o en un hotel. Quieren usar nuestros lugares sagrados y nuestra ciudad como un lugar de paso, para entrar y salir. No quieren que nadie duerma aquí o gaste dinero, pero no lo logran del todo porque Belén es Belén, la Natividad es la Natividad y no hay alternativa. Los turistas quieren venir a Belén”, señala el alcalde de Belén.
Un servicio religioso cristiano se lleva a cabo fuera de la Gruta en la Iglesia de la Natividad hace tres dìas. (Foto Abbas Momani / AFP)
Por Emma Grand
Belén, el poblado donde nació Jesús de Nazareth hace 2000 años, es hoy una pequeña ciudad turística de unos 30.000 habitantes (administrada desde 1995 por el gobierno de Palestina), en la que solo en la temporada festiva de diciembre recibe a más de tres millones de visitantes, entre viajeros, curiosos y creyentes religiosos provenientes de dentro y fuera de los territorios palestinos, que quieren conocer el lugar donde se desarrolló una de las historias más importantes de la humaniad, es el nacimiento del Niño Dios del cristianismo.
“Belén es ahora una ciudad en Cisjordania y no tiene nada de bucólico o parecido a un belén. (…) Si nos remontamos a los tiempos de la historia de Jesús de Nazaret, hace dos mil años, en realidad era un pequeño pueblo de unas cientos de almas”, refiere una investigación sobre la figura de Jesús, La historia de Jesús de Nazaret, escrita por Gerardo Ferrara para el portal de la Carfundación.
El centro de Belén, conocido en la actualidad como la “Ciudad Vieja”, y en la que habitan hoy unas 5.000 personas, se encuentran los monumentos más atractivos de la ciudad, entre ellos, la Basílica de la Natividad, cuya construcción en siglo IV después de Cristo, encargada por la madre de Constantino el Grande, se hizo sobre el establo donde nació Jesús de Nazaret, para preservar ese espacio sagrado.
Patrimonio de la Humanidad, es una construcción compartida por la Iglesia Ortodoxa Griega, la Iglesia Apostólica Armenia y la Iglesia Católica.
Entrada de la Iglesia de la Natividad. (AFP)
El punto de atención de esta basílica se encuentra en la Gruta de la Natividad, donde se cree es el lugar exacto donde nació Jesús de Nazaret. Un espacio pequeño y angosto semirectangular cubierto por paredes irregulares de roca natural identificado con una estrella de plata de 14 puntas, elaborada en 1717, y adornada con una inscripción que reza Hic de Virgine Maria Jesus Christus natus est.
Los fieles cristianos rezan dentro de la Gruta en la Iglesia de la Natividad, hace tres días. (Foto Abbas Momani / AFP)
La entrada a este templo es totalmente gratuita y para poder llegar a la Gruta hay que tener mucha paciencia por la cantidad de personas que vistan el luegar. Las colas, sobre todo en temporada de Navidad, son muy largas. “Para acceder a la gruta deberéis esperar una larguísima cola, que llega a ser agobiante en los instantes previos de bajar a la misma, donde se encuentra el lugar exacto donde se cree nació Jesús” confirma el bloguero de origen español que está detrás del blog Los viajes de Domi.
Estrella situada en el lugar exacto donde se cree nació Jesús. Imagen del bloguero de Los viajes de Domi durante su visita a la Gruta de la Natividad.
La iglesia de la Gruta de la Leche, edificada en 1872 sobre la cueva donde María, José y el niño Dios se escondieron durante la matanza de niños ordenada por el rey Herodes, es otro de los monumentos más visitados en Belén.
“Saliendo de la Basílica de la Natividad, a mano izquierda, encontraréis una calle repleta de diversas tiendas por la que se llega a la Gruta de la Leche, otro de los lugares más importantes que ver en Belén. Se trata de una cueva irregular, excavada en roca blanda blanca, donde se cree se escondieron José, María y Jesús en su camino a Egipto, para huir de la Masacre de los Inocentes, una matanza de niños de hasta 2 años de edad en busca del profetizado futuro Rey de los Judíos, ordenada por el rey Herodes”, reseña el bloguero.
En el siglo V se construyó en este lugar una iglesia bizantina de la que solo quedan parte del mosaico en el piso de la actual iglesia católica que fue levantada en 1872.
“La leyenda cuenta que una gota de leche se derramó del pecho de la Virgen María mientras amamantaba al niño y tiñó el lugar de blanco. Esta historia dio lugar a que muchas mujeres que están intentando quedar embarazadas se acerquen a este lugar a orar”, agrega.
La Gruta de la Leche. Foto del blog Los viajes de Domi.
El Campo de los Pastores, situado a unos tres kilómetros de Belén, sobre una colina al este de la ciudad, es otro de los monumentos de visita obligada por los turistas, debido a que en este lugar, según la tradición cristiana, se cree que apareció el Ángel que hizo el primer anuncio del nacimiento de Cristo.
«No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy en la ciudad de David, un salvador que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontrareis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre»…
Este lugar, donde los pastores subían con su rebaño, se construyó un santuario.
Esta iglesia fue decorada con imágenes que hacen alusión a este evento religioso. Sobre la puerta de entrada luce el ángel de la anunciación y las capillas están adornadas con representaciones de escenas de la anunciación a los pastores y de la llegada al nacimiento. En los aledaños del santuario hay numerosas grutas descubiertas en las excavaciones dirigidas por el Padre Virgil Corvo en el año 195.
Los otros dos monumentos de la tradición cristiana más emblemáticos de Belén son la Calle de la Estrella, famosa por sus comercios y porque se cree que por ahí pasaron los tres Reyes Magos siguiendo la estrella hasta el establo donde nació el Niño Dios; la plaza del Pesebre, situada justo en el centro de la ciudad, muy cerca de la Iglesia de la Natividad; y el mercado de Belén.
El conflicto de décadas entre Israel y Palestina no pasa desapercibido en la vida diaria de esta ciudad, y es que la ocupación militar israelí, aunado al muro construido por sus gobiernos que bloquea la entrada y salida, junto a los fuertes controles, afecta el turismo, principal entrada económica para la población de Belén.
Y es que la única manera de llegar a Belén, construida en las faldas de los montes de Judea, hoy centro de Palestina, es a través de Jerusalén, capital israelí, situada a unos 9 kilómetros de distancia, por lo que Israel es parada obligatoria para toda persona que quiera conocer el poblado donde María, en compañía de José, dio a luz a Jesús.
El alcalde de Belén, Anton Salman, en una entrevista concedida en 2018 a Radio Francia Internacional denunció que las políticas del gobierno de Israel perjudican el turismo en Belén.
“Israel quiere aprovecharse del turismo, no quiere que los visitantes se queden en la ciudad o en un hotel. Quieren usar nuestros lugares sagrados y nuestra ciudad como un lugar de paso, para entrar y salir. No quieren que nadie duerma aquí o gaste dinero, pero no lo logran del todo porque Belén es Belén, la Natividad es la Natividad y no hay alternativa. Los turistas quieren venir a Belén”.
Esta denuncia es confirmada por turistas que han visitado Belén con la agencia Civitatis, empresa que sobresale en el buscador de Google cuando se ingresa el término Belén.
En las opiniones de las personas que han contratado sus servicios para conocer Belén, que por supuesto deben hacerlo desde Israel, destacan quejas como que fueron visitas muy rápidas y que no los dejaron visitar la ciudad ni recorrer los lugares turísticos como la calle La Estrella y el mercado, ni conocer todos los templos sagrados construidos sobre los lugares donde se desarrolló parte de la historia del nacimiento de Jesús.
Calle La Estrella en Belén.
“La calle de la Estrella, sus comercios locales y la mezquita la vimos desde la acera de enfrente. Te llevan a una tienda donde te cobran todo en dólares a precios desorbitados que nada se corresponden al lugar y no solo eso, sino que alegan que allí no se pagan impuestos. ¡Menos Mal!”, escribió uno de los clientes de la agencia.
“Casi dos horas de trayecto para un destino de 8 km., nadie daba una explicación, nos cambiaron varias veces de minibús, tratándonos como borregos y sin ningún guía, dando vueltas entre carreteras, una autentica vergüenza de excursión, después en una hora escasa de visitar, nos llevan a una tienda de recuerdos y de vuelta en las mismas circunstancias. Un timo total”, opinó otro de los clientes.
“La guía Miriam muy cordial y clara en su explicación. Me hubiera gustado que además de visitar la Iglesia de la Natividad pudiéramos recorrer algo del centro histórico de la ciudad. Pero estuvo bien igual”, fue el comentario de otro cliente.
“El tour operador bien, pero la visita es bastante caótica y a toda prisa porque la iglesia de la Natividad es un caos. También te recomiendan no comprar nada por la calle ni en tiendas (ni opción casi tienes porque te llevan a la carrera), te dicen que al final te llevarán a tiendas de artesanos cristianos que necesitan el dinero para vivir y tal… La tienda tiene los artículos al triple del precio de otros sitios y no parece gente con problemas económicos precisamente”, escribió otro de los clientes.
“Un tour demasiado rápido, me hubiera gustado ver algo más de Belén”, fue la opinión de otro cliente.
“La visita a Belén es rápida y solo a los puntos de interés, no te dejan dar ni una vuelta por el mercado”, comentó otro cliente.
“Muy poca información, deberían programar antes Belén que Jericó para ver bien la iglesia de la Natividad. No dio tiempo ni a darnos una vuelta, ni ver los grafitis del muro”, escribió otro cliente.
Los palestinos convirtieron el muro construido por Israel es una éxpresiòn artística de protesta.
El muro de Israel, otro atractivo de Belén
Pese a ser una edificación totalmente negativa para los residentes de Belén, parte del muro de hormigón de ocho metros de altura construido por el gobierno israelí que separa a Belén de Israel, es otro atractivo turístico de la ciudad donde nació Cristo por los grafitis de protesta por la política bélica contra Palestina que lo adornan, muchos elaborados por artistas locales y extranjeros.
El bloguero de Los viajes de Domi reseña en su blog que Banksy, “el grafitero más famoso del planeta, ha contribuido a que este lugar se convierta en uno de los más importantes que ver en Belén, incluso existen tours guiados por Palestina, ya que ha dejado su huella en varias partes del muro como muestra de apoyo a su causa”.
Agrega el bloguero en su texto que escribió tras su visita a Belén, que “varias de estas obras se encuentran en el tramo del muro que pasa por Belén, como la niña que cachea al soldado, que se encuentra dentro de una tienda de bebidas, los ángeles abriéndose paso en el muro, localizados frente al Banksy’s Shop, junto a un gran número de grafitis que cubren el muro y la paloma con rama de olivo en el pico y chaleco antibalas con la diana del francotirador, ubicada en diagonal, frente a una de las torres israelíes y que pretende poner a la paloma ‘en el punto de mira’ de la misma. Además a lo largo del muro encontraréis muchos otros grafitis muy interesantes”.
The Walled Off Hotel, o el hotel con las peores vistas del mundo.
En su escrito también destaca el hotel The Walled Off (El amurallado), el cual es conocido como el hotel con “las peores vistas del mundo”, debido a que las ventanas dan hacia el muro bordeado de alambres de púas.
El bloguero señala que las habitaciones de este hotel están personalizadas “por algunos de los mejores artistas del mundo, entre ellos Banksy, Sami Musa y Dominque Petrin, y en el que se ubica una galería artística de creadores locales. Un proyecto, financiado por Banksy, que reconoceréis por un letrero luminoso y la estatua de un chimpancé uniformado de botones en la puerta”.
“Quizás el grafiti más icónico de Banksy sea el Hombre Lanzador de Flores, uno de los más conocidos del planeta y una de las obras de arte callejero más importantes que ver en Belén”, agrega.
Otra vez Belén cerrada por la pandemia
Desde el comienzo de la pandemia mundial por Covid-19, la ciudad turística de Belén se ha visto fuertemente afectada por las medidas de control de frontera por parte de Israel. En diciembre de 2020 “la Iglesia de la Natividad estaba cerrada, al igual que la mayoría de las tiendas de recuerdos, y los hoteles que suelen agotar las reservaciones con meses de antelación estaban desiertos.
Este año no parece cambiar el panorama por la continuidad de la pandemia. Aunque el gobierno de Israel había flexibilizado el pasado 1 de noviembre los controles de entrada y salida a Belén, la nueva cepa ómicron volvió a restringir el acceso a la ciudad, por lo que se espera otra Navidad con el mínimo de visitas a la cuna de Jesús.
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve