La carrera de Bush lo muestra como un fiel representante de la élite política imperialista. Fue congresista, embajador ante la ONU, presidente del Comité Nacional Republicano, jefe de la oficina de enlace con China, director de la CIA durante la corta presidencia de Gerald Ford y vicepresidente de Ronald Reagan (1981-1989) antes de acceder a la presidencia como su sucesor.
Como segundo del llamado padre de la "revolución conservadora" el imperialismo norteamericano llevó adelante una brutal ofensiva contra la clase trabajadora norteamericana e impuso los valores conservadores del gran capital en respuesta a los movimientos que en la década anterior habían sido parte del cuestionamiento a la maquinaria de guerra y la política racial del imperialismo.
Bush padre asumió su presidencia luego de la caída del Muro de Berlín que significó el final de los regímenes estalinistas del Este Europeo y la restauración del capitalismo allí, en China y en la URSS. Como presidente presenció el desplome de la Unión Soviética firmando con Boris Yeltsin, en febrero de 1992, una declaración que puso fin a la Guerra Fría y la carrera armamentista entre las dos superpotencias. Eran los tiempos en que Francis Fukuyama predicaba el "fin de la historia" y la victoria absoluta de la democracia imperialista.
El patriarca de los Bush fue un guerrerista que invadió Panamá en 1989 para encarcelar a Manuel Noriega, quien había sido un estrecho colaborador del imperialismo y a quien se lo llegó a sindicar como el responsable del asesinato del nacionalista general Omar Torrijos. La invasión de EE.UU. fue llamada operación Causa Justa y se impuso en un par de días que fue toda la resistencia que ofreció Noriega. A pesar de la rapidez se calcula que las víctimas de dicha intervención se eleva a 7.000 muertos panameños.
El líder panameño, que supo ser colaborador de la CIA, fue sentenciado a 40 años de prisión en una cárcel norteamericana por narcotráfico, cuando el mismo fue una pieza esencial del financiamiento de la contrarrevolución nicaragüense con los dineros del narco colombiano y el tráfico de armas por parte del gobierno de Reagan y Bush. Hacia América Latina Bush padre fue el impulsor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), firmando un acuerdo con México y Canadá.
Su intervención más importante para los intereses imperialistas fue la coalición internacional de más de 30 países que llevó adelante la llamada Operación Tormenta del Desierto contra la ocupación de Kuwait por parte del Irak dirigido por otro excolaborador del imperialismo, Saddam Hussein. La invasión imperialista dejo el saldo de entre 25.000 y 30.000 muertos irakies, pero evitó el derrocamiento de Hussein quien mientras capitulaba a los invasores bombardeaba a la población kurda y chiíta que se levantaba contra el régimen con las tropas de la Guardia Republicana.
Bush padre fue un criminal de guerra, al igual que su hijo George W., que utilizó el poderío militar para imponer la agenda unilateral del imperialismo norteamericano al mundo luego de la caída del estalinismo y sus regímenes.
La victoria norteamericana en Irak, sin embargo, no fue suficiente para lograr la reelección en el marco de una economía norteamericana que no lograba remontar y termino siendo derrotado por Bill Clinton, quien representó la cara "políticamente correcta" del neoliberalismo que se impusiera en la era Reagan-Bush.