El presidente de la comunidad musulmana de la aldea de Bohoniki, en el este de Polonia, Maciej Szczęsnowicz, se ha dedicado estos días a preparar comidas calientes junto a otros fieles para ayudar a los migrantes que viven una precaria situación, atrapados en la frontera entre Polonia y Bielorrusia.
Según el líder musulmán, los migrantes están tan cansados que no pueden mantenerse en pie y tan hambrientos que recogen hongos del suelo para comer.
Esto ocurre en un momento en que las tensiones entre Minsk y Varsovia están a tope a raíz de la llegada de miles de personas a las fronteras de Bielorrusia con la intención de pasar por Polonia a territorio de la Unión Europea (UE).
Desde el Occidente acusan a Bielorrusia de impulsar la crisis migratoria con fines políticos. Ante ello, las autoridades bielorrusas denuncian como peligroso y provocativo el despliegue masivo militar de Polonia cerca de sus fronteras y acusan a Varsovia de cortar el paso a los migrantes usando incluso “violencia física” y “disparando por encima de sus cabezas”.