Se llama Stacey Greenberg, vive en Nueva York y a los 70 años es un ejemplo de tolerancia religiosa. Fue criada como católica. Y luego se convirtió al casarse al judaísmo. Estudió en la universidad de Berkeley en California, manifestó en los ’70, contra la guerra de Vietnam y se unió al cuerpo de paz en Marruecos por dos años.
Cuando el ex presidente Donald Trump asumió el cargo con un discurso cargado de islamofobia, Stacey salió a marchar a las calles con millones de musulmanes en todos los estados.
“Se me ocurrió ese día ponerme en la cabeza un pañuelo rosa. Y traté de que pareciera un velo. Fue una declaración silenciosa de mi solidaridad”, recordó ella.
Tiene cuatro hijos y empezó a vestir el hijab como una expresión de afecto e inclusión hacia los musulmanes. “Mi esposo me apoya y mi hijo me acompañó a una manifestación para proteger los derechos de los musulmanes. Quiero que sepan mis nietos que yo usé el hijab para apoyar a la minoría islámica en el país”, concluye.