El presidente Luis Arce ya reconoció al activista como una de las víctimas de la grave crisis política de 2019.
Familiares del periodista argentino Sebastián Moro lanzaron este miércoles una campaña internacional para exigir una investigación que esclarezca la muerte de este activista de 40 años, que falleció en Bolivia en noviembre de 2019, durante el golpe de Estado que sufrió el expresidente Evo Morales.
"Justicia por Sebastián Moro" fue el lema replicado por las hermanas del periodista y decenas de organizaciones de derechos humanos, en una conferencia de prensa realizada en La Paz en la que también participó el embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro.
"Vamos a exigirle a Bolivia una justicia rigurosa, transparente, fuera de todo acto de corrupción, que nos permita avanzar en las investigaciones y la justicia sobre la muerte de nuestro hermano. Les vamos a recordar que no habrá olvido ni perdón y que esto no es venganza", afirmó Penélope Moro, hermana de Sebastián.
"Queremos quitar las cuestiones partidarias, que entiendan que se trata de la defensa de la democracia de nuestros pueblos porque no puede haber más derramamiento de sangre", agregó.
Al borde de las lágrimas, la joven afirmó que siente a su hermano cuando la abrazan periodistas comprometidos como lo era él, o integrantes de los organismos de derechos humanos que comparten su dolor, pero también su fuerza.
Moro, nacido en 1979, comenzó su carrera en Radio Nacional en su natal Mendoza, una provincia del oeste argentino. En 2018 se fue a vivir a Bolivia, en donde trabajó en los medios de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos (CSUTCB), como jefe editor del periódico Prensa Rural y conductor de un programa en Radio Comunidad.
También fue corresponsal del diario Página 12, en particular durante la grave crisis política que estalló en el país después de las elecciones presidenciales del 20 de octubre de 2019, y que después culminarían con la renuncia forzada de Evo Morales y el inicio de la dictadura de Jeanine Áñez.
El documento que se leyó durante el lanzamiento de la campaña recuerda que, además de escribir, Moro solía ser entrevistado por medios de Argentina y de Sudamérica, ante los cuales advirtió sobre la creciente violencia opositora.
"Sebastián es el primer periodista en el mundo en anunciar y denunciar el golpe de Estado y a su vez es su primera víctima fatal", afirman su madre Raquel Rocchietti y sus hermanas.
El sábado 9 de noviembre, víspera del golpe, el periodista las llamó a Mendoza para contarles que los grupos de choque de la oposición habían apresado, detenido y torturado a su jefe, José Aramayo. Al despedirse, les avisó que saldría a caminar para despejarse un rato porque sabía que le esperaban arduas jornadas de trabajo.
Al día siguiente, después de intentar comunicarse con él en vano, los familiares le pidieron a un amigo, que hoy está en calidad de testigo protegido, que lo buscara. Lo encontró en su casa, semiinconsciente y con marcas de golpes. Las sillas estaban tiradas en el piso.
Moro fue trasladado a una clínica privada, en donde entró en coma. Su hermana Penélope llegó a La Paz el lunes 11, cuando Morales ya había sido depuesto. En la clínica le informaron que su hermano había sufrido un accidente cerebro vascular isquémico con alto riesgo para su vida. Ella fotografió las marcas en su cuerpo, que los mismos médicos atribuyeron a una agresión.
Sus otras dos hermanas, Raquel y Mélody, arribaron dos días más tarde. El cuadro clínico del periodista había empeorado y terminó falleciendo el sábado 16 de noviembre. Durante los siete días que duró su agonía, jamás recuperó la conciencia.
En medio del caos político y social y la violencia que enfrentaba el país en esos primeros días del Gobierno de Áñez, las hermanas de Moro no pudieron reclamar una autopsia y tuvieron que incinerar el cuerpo para poder regresar a Argentina, ya que ahora ellas mismas también estaban en riesgo.
Además, el Gobierno del entonces presidente Mauricio Macri se había negado a repatriar el cuerpo a Argentina en un avión sanitario.
Desde entonces, la familia comenzó a luchar por la verdad y la justicia. Primero denunció el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en su Informe Anual de la Relatoría Especial sobre la Libertad de Expresión 2019, reconoce: "entre las principales vulneraciones al ejercicio de la libertad de expresión y al derecho al acceso a información pública registradas (en Bolivia), se encuentran el posible asesinato del periodista Sebastián Moro".
También iniciaron denuncias en la Justicia Federal argentina para que el caso sea incluido como posible crimen de lesa humanidad en las causas contra la sedición golpista en Bolivia que, fundamentadas en la jurisdicción universal para la investigación y persecución penal de violaciones a los derechos humanos, se tramitan en los tribunales de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.
El 3 de septiembre de 2021, durante la presentación pública del Informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independiente (GIEI) sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas en Bolivia en 2019, el presidente Luis Arce nombró a Sebastián Moro entre las treinta y siete víctimas de la violencia del golpe. Y, además de pedir perdón en nombre del Estado, prometió justicia y reparación.