Jordanos vuelven a protestan en las calles de Amán contra el acuerdo de gas alcanzado con Israel y aseguran que el pacto supone una “catástrofe” para su país.
Un grupo de los manifestantes se congregó el lunes cerca de la sede del Ministerio de Energía y de las oficinas de la Compañía Nacional de Energía Eléctrica de Jordania (NEPCO, por sus siglas en inglés) para pedir al Gobierno que cancele un convenio para importar gas natural desde los territorios palestinos ocupados por Israel por valor de unos 10 000 millones de dólares.
“No al acuerdo, Jordania no debería ser la puerta del enemigo para las exportaciones de gas y electricidad”, fue el lema de la protesta, organizada por la ‘Campaña Nacional para Abolir el Acuerdo de Importación con el Régimen Sionista’.
Para Muhamad al-Absi, un miembro de dicha campaña, el pacto que cumple cinco años desde que fuera firmado en 2016 por NEPCO y los israelíes es “catastrófico”.
“Hoy reiteramos nuestro llamado, que no se detuvo en absoluto, para exigir la cancelación de este acuerdo. Decimos que no hay más remedio que cancelar este acuerdo, ya que hará de este país un peón en manos de la entidad sionista, y servirá para chantajearnos por cualquier cosa”, dijo Al-Absi.
Amán trata de justificar que el citado convenio satisface un interés económico nacional, al supuestamente ahorrar a Jordania millones de dólares anuales en coste energético. No obstante, el pueblo jordano lo ha rechazado de manera categórica.
Jordania es uno de los pocos países árabes que tiene relaciones diplomáticas abiertas con el régimen israelí. Ambas partes firmaron un tratado de paz en octubre de 1994, a pesar del rechazo de los jordanos a cualquier acercamiento al régimen de ocupación.
Amán también tiene rubricado un pacto para la compra de 50 millones de metros cúbicos de agua adicionales a Israel.