Los ataques del 11 de septiembre de 2001 condujeron a un cambio radical en la política estadounidense, que veinte años después sigue haciendo mella entre los musulmanes estadounidenses.
Pero el catastrófico evento y sus réplicas sociopolíticas también ha sido el catalizador para una comunidad que año tras años se organiza con mayor eficiencia para defender sus derechos civiles, y de la cual han surgido líderes que ahora ocupan posiciones de poder en distintas esferas, y que han derribado muros que antes parecían infranqueables.
Los neoyorquinos están familiarizados con la llamada guerra contra el terrorismo que apunta a los musulmanes, así como con el sentimiento antimusulmán en la esfera pública en los Estados Unidos. Sin embargo, pese al acoso y el escrutinio persistentes, el puertorriqueño Wilfredo Ruiz, del Council on American-Islamic Relations (CAIR), señaló que otras comunidades, consientes de la persecución injustificada y de las políticas opresivas, se han sumado voluntariamente a las movilizaciones cada vez más organizadas de los musulmanes en el país, y esto es porque comprenden que se trata de la defensa de los derechos civiles más básicos y protegidos por la constitución: el derecho a la libertad de religión y el derecho a la privacidad, entre otros.
“Después del 11 de septiembre de 2001 nacieron políticas oprimentes que singularizaron a la comunidad musulmana. Cada vez que se acercan elecciones, somos tomados como balón político. Un eco del 11 de septiembre que aún resuena en nuestra comunidad, aunque más de 80 musulmanes murieron durante el ataque”, expresó durante una entrevista telefónica.
“Esa persecución nos empuja a organizarnos y a buscar alianzas con otras comunidades para suplir necesidades como la protección de derechos civiles y enfrentar dilaciones innecesarias en inmigración, discriminación laboral y otras prácticas”.
Parte de esa movilización más amplia es la búsqueda de representación política. Durante las elecciones generales de 2020, 110 candidatos musulmanes figuraron en las papeletas en 24 estados y Washington D.C., que es el número más alto desde que CAIR y otras organizaciones comenzaron a mapear el progreso electoral de los políticos que se identifican como musulmanes.
Según CAIR, 50 de los 110 candidatos que figuraron en las papeletas del 3 de noviembre de 2020 ganaron sus contiendas.
“Nos estamos organizando políticamente, hay más apoyo a candidatos musulmanes, más mujeres musulmanas ocupan altas pociones. Pero también somos más activos en el mundo de la academia, en la comunidad médica. Nos insertamos en esos ámbitos para poder influir. Antes del 11 de septiembre, nuestra comunidad se encontraba en una especie de burbuja. Ahora nos hacemos sentir cívicamente, nos registramos para votar”, dijo Ruiz. “Hemos buscado espacios de liderazgo, estamos más organizados, somos una comunidad más preparada, hemos experimentado un crecimiento”.
Esa nueva representación política que Ruiz describe también inclina la balanza para los latinos. El Pew Research Center indica que el número de musulmanes que viven en los Estados Unidos aumentó de 2,5 millones a 3,5 millones entre 2007 y 2017. Aproximadamente un cuarto de millón de ellos es latino.
En 2009, solo el 1% de los musulmanes estadounidenses se identificaron como latinos, informó el Institute for Social Policy and Understanding, un grupo de defensa con sede en Washington que ofrece investigación y educación sobre los musulmanes estadounidenses. Nueve años después, esa cifra había aumentado al 7%, según la institución. Los investigadores estiman que poco más de la mitad de los musulmanes latinos son excatólicos.
Los latinos constituían el 12% de todos los conversos musulmanes de Estados Unidos en 2011, en comparación con el 6% en 2000, según un informe de CAIR de 2011.
Un número creciente de mezquitas en todo el país ahora publican literatura en español. El imán puertorriqueño Wesley Lebrón, un líder musulmán en Nueva York y Nueva Jersey, describe que la comunidad musulmana latina ha sostenido un crecimiento importante durante los últimos años. Según las últimas cifras del Pew, el 2% de la población de Nueva York y el 3% de la población de Nueva Jersey se identifica como musulmán.
Y muchos eligieron la fe en un momento en que tanto latinos como musulmanes se sintieron atacados por la retórica del expresidente Donald Trump y sus políticas de inmigración cada vez más restrictivas para ambos grupos.