Bolsonaro contra la Corte Suprema

El presidente brasileño mantiene un largo enfrentamiento con el Supremo Tribunal Federal (STF, el equivalente a nuestra Corte Suprema). Durante su mandato tuvo numerosos encontronazos que fueron agravando la crisis institucional. Mencionemos solo tres como ejemplo categóricos.
Jair Bolsonaro fue sumamente crítico con todo el proceso de revisión de la sentencia que condenó al expresidente Lula. Tardó demasiado tiempo y, para peor, -según la interpretación del mandatario- fallaron políticamente cuando revocaron la prisión para Luiz Ignacio “Lula” da Silva, que se prolongó por 500 días. Y aún hoy, el máximo tribunal no se pronunció sobre la cuestión de fondo que puede enviar de regreso a Lula a prisión. Con lo cual, Lula es el principal candidato a enfrentar a Bolsonaro en las elecciones presidenciales de 2022 y marcha muy adelante en las encuestas.

El otro factor de conflicto fue la propia pandemia. Bolsonaro fue contrario desde el principio a las cuarentenas y fustigó por ello a gobernadores e intendentes. Ante los reclamos del momento, el STF defendió la autonomía de municipios y estados. De acuerdo a un estado federal.

La última pelea es la que marca la cancha para la próxima elección presidencial. Jair Bolsonaro desconfía del voto electrónico. Quiere volver al sistema tradicional de votación. Pero no pudo imponer los dos tercios necesarios en el Congreso y perdió su iniciativa.

El hecho que colmó la paciencia del mandatario fue la ratificación de ese sistema de votación por parte de la justicia: 18 magistrados reafirmaron por unanimidad que el “voto electrónico es seguro y libre de fraude”.

Así opinaron los integrantes del Supremo Tribunal Federal y el Tribunal electoral.

Una marcha, presión contra dos jueces

Este martes 7, la concentración en San Pablo será una demostración de fuerzas. Bolsonaro apela a la “paz y la armonía”.

Así lo hizo en un hilo de mensaje por twitter, en uno de ellos escribió: “La independencia está asociada con la LIBERTAD. Por lo tanto, también en el ámbito de los puntos XV y XVI, del art. 5º de nuestro CF, la población brasileña tiene derecho, si quiere, a salir a la calle y participar de nuestra gran cita”.

“PAZ Y ARMONÍA”, destacado en mayúscula por Bolsonaro. Pero sus dardos apuntan a dos jueces en concreto.

Dijo que la marcha de este martes será “un ultimátum” para la Corte Suprema y agregó: “No criticamos a las instituciones ni a los (poderes del Estado), pero no podemos admitir que una o dos personas usen su poder para darle un nuevo rumbo a nuestro país”. Se refiere específicamente a los jueces Alexandre de Moraes y Roberto Barroso.

Con De Moraes hay una cuestión personal que puede afectar el futuro inmediato y su chance electoral. Es el juez que investiga si el presidente es la cabeza de una organización para producir noticias falsas desde la propia casa de gobierno (el Palacio de Planalto).

Bolsonaro promueve un juicio político contra De Moraes, pero también incluyó en ese pedido al juez Barroso.

“¿Otro grito de Ipiranga?”

El 7 de septiembre de 1822 se produjo el famoso “Grito de Ipiranga”. El príncipe Pedro se negó a volver a Portugal para gobernar a la colonia desde la metrópoli. Cuando el príncipe Pedro fue convocado a volver a Portugal, rechazó esa medida y afirmó: “Eu fico” (“Yo me quedo”), dijo y empuñando su espada exclamó: “Libertad o muerte”. Así nació el imperio brasileño y la independencia de ese país.

Casi 200 años más tarde, Jair Bolsonaro también repite, “Eu fico”. Aunque ponga en riesgo la estabilidad institucional de Brasil.

A24