La escandalosa retirada del Reino Unido de Afganistán ha llevado a varios de sus veteranos a suicidarse, afirma el ministro de Fuerzas Armadas del país europeo.
La agencia de noticias local Reuters ha publicado este lunes un informe, en el que el secretario de Estado británico de las Fuerzas Armadas, James Heappey, anuncia que algunos soldados connacionales se habían quitado la vida la semana pasada “debido a los sentimientos que han tenido sobre lo que está sucediendo en Afganistán”.
Sin embargo, Heappey luego ha renunciado a su comentario, declarando a la cadena televisiva BBC que su declaracón no había sido concreta, según el informe. “Estamos analizando con mucho, mucho cuidado si es cierto o no que alguien se haya quitado la vida en los últimos días”, ha dicho el ministro británico.
En la misma línea, la semana pasada, el director del Programa de Prevención del Suicidio del Departamento de Asuntos de los Veteranos (VA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Dr. Matthew Miller, señaló que la línea directa de asesoramiento telefónico del centro estaba abarrotada de manera sin precedentes.
Según el funcionario estadounidense, el 16 de agosto, un día después de que el grupo armado Talibán tomara el control de Kabul, capital afgana, las llamadas con el centro aumentaron en un 12 % en comparación con el año pasado. Estas llamadas aumentaron el 25 de agosto el 17 % con respecto al año pasado.
El colapso de Afganistán ocurrió poco después de que comenzara la fase final del repliegue de las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que invadieron el país centroasiático en 2001, so pretexto de derrocar a Talibán y dar respaldo técnico al Ejército afgano.
El 27 de agosto, el Reino Unido informó del último vuelo de evacuación de sus militares y personal diplomático desde el Aeropuerto Internacional de Kabul, finalizando así dos décadas de presencia militar británica en el territorio afgano.
El diario británico Sunday Times y la cadena británica BBC, revelaron en 2009 que el Gobierno de Londres mantiene reservada una serie de documentos, que al parecer sacan a la luz que altos mandos militares han tratado de mantener en secreto presuntos crímenes de guerra por parte de tropas británicas en Afganistán y también en Irak.
El informe hizo público los asesinatos, torturas, golpes o abusos sexuales que cometieron las fuerzas especiales del Servicio Aéreo Especial del Reino Unido (SAS, por sus siglas en inglés) en Afganistán y en este contexto, destacó el asesinato de tres niños y un joven mientras tomaban té en su casa en Afganistán, en octubre de 2012 a manos de un soldado de la SAS.