A veces la integración entre religiones tiene resultados asombrosos y esperanzadores.
En Nigeria, en el pueblo de Bagada, un sacerdote encabezó la construcción de una mezquita. Tras un año de obras, le puso punto final este año y en mayo pasado abrió sus puertas. El sacerdote católico, el reverendo Issara, llegó al pueblo en 1998 y desde entonces, se integró en la comunidad.
Antes de levantar la mezquita, el sacerdote construyó una escuela primaria y una guardería. “A pesar de que la mayoría son musulmanes en el pueblo, no dejaron de venir”, contó el sacerdote Issara. Como la mezquita del pueblo estaba muy deteriorada, los niños y los padres rezaban a la intemperie frente a la escuela.
El jefe de la aldea, que había cedido el terreno al sacerdote para hacer la escuela, le pidió construir una mezquita nueva para toda la comunidad. Con ayuda financiera de un comerciante local, pudieron en un año completar la obra. Y hoy, los habitantes de Bagada tienen su propia escuela y ahora, su propia mezquita.