Para Sara Gamal, la importancia de ser la primera árbitro de baloncesto con hiyab en participar en los Juegos Olímpicos va mucho más allá de la cancha. La árbitro egipcia y el baloncesto han hecho su debut olímpico en Tokio.
Avanzó hacia el nivel más alto del deporte cuando la Federación Internacional de Baloncesto cambió sus reglas sobre cubrirse la cabeza en 2017, levantando así la prohibición del hiyab.
Gamal se hace cargo de los juegos masculinos y femeninos, subiendo y bajando por la cancha con un hiyab, con el tradicional uniforme de árbitro de baloncesto. Ella es la única árbitro africana y árabe en la competición de baloncesto 3 contra 3 en Tokio.
Su primer partido en el extranjero, después de que la FIBA cambiara las reglas, fue en julio de 2017, cuando participó en los Juegos de habla francesa en Costa de Marfil. Desde entonces, no ha mirado atrás, arbitrando partidos cada vez de más alto nivel. La arbitro, de 32 años, ha oficiado en varios torneos internacionales desde entonces, pero su debut olímpico tiene un significado adicional ya que busca abrir un camino para que otras mujeres sigan su ejemplo.
Gamal nació en la ciudad mediterránea de Alejandría y comenzó a jugar baloncesto a los 5 años antes de convertirse en árbitro cuando cumplió los 15. Trabaja como ingeniera civil en la segunda ciudad más grande de Egipto y para Gamal el baloncesto es una parte esencial de su vida.