Un abogado del sheij Ibrahim al-Zakzaky manifiesta que demandará al Gobierno por daños que sufrieron el líder nigeriano y su esposa mientras estaban detenidos.
El miércoles, el Tribunal Superior del estado central de Kaduna, sita en el norte de Nigeria, absolvió al líder del Movimiento Islámico de Nigeria (IMN, por sus siglas en inglés), el sheij Ibrahim al-Zakzaky, y a su esposa, Mallimah Zeenah, de todos los cargos presentados en su contra. El juicio en dicho tribunal comenzó el 15 de mayo de 2018 y se prolongó durante más de tres años.
En este sentido, el abogado del destacado clérigo chií, Sadau Garba, ha aclarado este jueves que, seguramente, pedirán compensaciones por daños y perjuicios al gobierno del Estado de Kaduna, por todas las privaciones y sufrimientos que padecieron durante casi seis años de encarcelamiento arbitrario.
Además, el funcionario ha puesto de relieve que dicho veredicto es “una victoria para la verdad y la justicia frente a la tiranía y la impunidad”.
Al-Zakzaky y su esposa estaban siendo juzgados en el tribunal por ocho cargos de presunto homicidio culposo, alteración de la paz pública y reunión ilegal, entre otros, formulados contra ellos por el Gobierno del referido estado nigeriano.
El 28 de junio, decenas de los ciudadanos nigerianos volvieron a las calles en Abuya, la capital nigeriana, con el fin de pedir la liberación inmediata e incondicional del líder del Movimiento Islámico de Nigeria y su esposa, después de que Soheila al-Zakzaky, la hija del líder chií nigeriano, informara que sus padres se encontraban en un estado crítico debido a la negligencia médica.
En este sentido, la Comisión Islámica de Derechos Humanos (IHRC, por sus siglas en inglés), a través de una carta dirigida al presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, instó el pasado 21 de enero, al Gobierno de Abuya a liberar a Al-Zakzaky y Zeenah por la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
En diciembre de 2015, el líder chií y su esposa fueron detenidos, tras una violenta redada policial en su residencia particular en la ciudad de Zaria, ubicada en Kaduna. Durante el brutal arresto, apoyado por fuerzas saudíes, tres de sus hijos perdieron la vida, su esposa sufrió heridas graves y más de 300 de sus seguidores fueron asesinados.