Cada vez que sale un nuevo informe sobre islamofobia, se espera lo peor. Esta vez, fue el Consejo de Relaciones Estadounidense Islámicas (CAIR), quien dio a conocer el último reporte de casos en los Estados Unidos. Y en la primera mitad del 2021, se registraron más de 500 episodios de agresiones de odio hacia la comunidad musulmana.
Las cifras son alarmantes y no paran de crecer. Durante mayo, en el punto más álgido de los ataques de Israel a Jerusalén y la Franja de Gaza, cuatro mezquitas fueron vandalizadas, mientras mujeres musulmanas que vestían hijab, fueron en distintas partes del país, agredidas e insultadas.
Entre esos 500 episodios, hay agresiones de odio, abuso, discriminación y discurso intolerantes. Lo más llamativos que un puñado de estos discursos islamófobos, muchos de ellos difundidos en redes sociales, pertenecen a funcionarios de gobierno.
En un plazo de dos semanas, el 24 de abril, pintaron con mensajes nazis un mezquita en Minnesota y 15 días más tarde, en un centro islámico de Virginia, apuñalaron a un grupo de musulmanes. La situación está, desgraciadamente, lejos de terminar.