"No me arrepiento de haber ido al Fondo Monetario Internacional, la deuda es hija del déficit y eso lo dejaron los kirchneristas. Cristina recibió el país con un 4% de superavit y lo entregó con un 5% de déficit", definió Mauricio Macri durante el extenso reportaje radial que entregó este jueves. No sólo eso: se ufanó de haber logrado, según su propia apreciación, la recuperación del "apoyo político del mundo a la Argentina".
El préstamo stand by sin precedentes que le otorgó el FMI a la Argentina, por 57 mil millones de dólares de los que se llegaron a desembolsar 44.500 millones hasta que el propio organismo advirtió que Cambiemos conducía la economía del país hacia el precipicio (julio de 2019), fue impulsado por el gobierno de Donald Trump para respaldar la candidatura a la reelección de Mauricio Macri, tal como lo reconocieron importantes funcionarios de esa administración estadounidense. Ese fue el caso de Mauricio Claver Carone, lobbista anticubano que Trump erigió en presidente del Banco Interamericano de Desarrollo antes de dejar la Casa Blanca.
El crédito que concedió el Fondo bajo la conducción de Christine Lagarde, tenía como fin reforzar las reservas internacionales de Argentina para lograr la estabilización argentina, pero provocó todo lo contrario. Desestabilizó el mercado cambiario por la feroz fuga de divisas que alentó, y las variables monetarias con un salto de las tasas de interés en pesos hasta el 60% y una inflación que superó el 54% en el año 2019. El cronograma de repago de esa deuda establecía para los años 2022 y 2023 vencimientos de 18 mil y 19 mil millones de dólares en cada uno de esos años, es decir el doble de una balanza comercial favorable para Argentina en uno de sus mejores años. Y sólo para "cumplir" con el FMI, sin considerar otras deudas.
Fuente: Página 12