El Patriarca Latino de Jerusalén condenó el último ataque a una iglesia cristiana en el barrio de Musrara de la ciudad. Por cuarta vez en un mes, los colonos han atacado la Iglesia Ortodoxa Rumana de Jerusalén. El lunes 1 de marzo, los asaltantes prendieron fuego a la entrada de la Iglesia, que fue rápidamente apagado por el sacerdote encargado.
En tanto el Consejo de Iglesias Católicas emitió una declaración de solidaridad con la Iglesia rumana diciendo: “nos unimos a las Iglesias Ortodoxas y a todas las demás iglesias de Jerusalén y condenamos enérgicamente estos actos de sabotaje que no sólo perjudican la vida de los cristianos, sino que también dañan a muchos de los que todavía creen en el diálogo y el respeto mutuo”, y estas acciones, de hecho, contradicen el espíritu de coexistencia pacífica entre las distintas sectas religiosas de la ciudad.
La declaración añadió que “todas las autoridades políticas y religiosas de la ciudad deben unirse para condenar estas acciones, que se han repetido en los últimos meses en Jerusalén”.
A su vez, exigieron a las autoridades israelíes que investiguen seriamente estos incidentes y lleven a los autores ante la justicia.
El ataque es un ejemplo más de la hostilidad a la que se enfrentan habitualmente los cristianos en la cuna de su fe. Apenas dos semanas antes se produjo un incidente similar, cuando unos extremistas destruyeron las cámaras de seguridad de la iglesia rumana e intentaron incendiar la puerta.
Su Beatitud, Teófilo III, Patriarca de Jerusalén, describió entonces el suceso como un acontecimiento “que refleja el alcance del odio de los extremistas israelíes hacia la religión cristiana en general, y la Iglesia Ortodoxa en particular”.
En respuesta a la protesta, la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas emitió una declaración en la que condenaba este tipo de actos de intolerancia y pedía “el respeto mutuo de todas las religiones y confesiones y el fomento de una cultura de fraternidad y paz”.
Al comentar el último atentado, Anita Delhaas, directora general de la Comunidad Internacional del Santo Sepulcro, (ICOHS) una organización que ayuda a promover y proteger las iglesias de Tierra Santa, ha declarado que “estos ataques revelan el nivel de intolerancia que sufren muchos cristianos, pero también la solidaridad que comparten las demás confesiones”.
Delhaas reiteró las palabras pronunciadas recientemente por el Arzobispo de Canterbury ante un grupo de parlamentarios británicos preocupados, en las que reconocía la grave amenaza de emigración a la que se enfrentan los cristianos a causa de la intolerancia y las discriminaciones que sufren en su tierra natal.
Fuente: Federación Palestina de Chile