La decisión adoptada por Estados Unidos anuncia el fin de la política estadounidense de máxima presión sobre Irán a través de las sanciones económicas y militares aplicadas por Donald Trump a lo largo de su presidencia.
La administración del presidente estadounidense Joe Biden anunció su disposición de aceptar una invitación europea para participar en una reunión a la que asistiría Irán y cuyo fin es el de discutir la vía diplomática con respecto a su expediente nuclear; en paralelo retira la solicitud realizada por la administración del expresidente estadounidense Donald Trump a las Naciones Unidas y en la que pedía volverle a imponer sanciones internacionales a Irán; aunado a ello toma la decisión de aliviar las restricciones impuestas a los diplomáticos iraníes en Nueva York.
Parece que estos pasos estadounidenses se producen en total coordinación con los principales países de la Unión Europea (Alemania, Francia y Bretaña), como una señal de parte la administración de Joe Biden para volver a la política de la diplomacia colectiva con los socios tradicionales de la Unión Europea, después de años magros de acción unilateral de Estados Unidos durante el mandato de Trump, el cual estuvo marcado por la tibia relación estadounidense con la Unión Europea, la OTAN y las instituciones de las Naciones Unidas.
La postura de Estados Unidos hacia Irán, bajo el liderazgo de Biden, conlleva entre sus pliegues muchas repercusiones políticas hacia “Israel”, entre las que destacan:
Primero: La decisión estadounidense se considera el fin de la política estadounidense de máxima presión sobre Irán, a través del uso de las sanciones económicas y militares que aplicó Donald Trump a lo largo de su presidencia, un asunto que “Israel” consideró, y aún considera, fundamental para proteger su seguridad nacional, ya que esta política sirve a "Israel" de varias formas lejos del tema del expediente nuclear, entre las que mencionamos:
La política de máxima presión puso a Estados Unidos e Irán en el camino de la confrontación real, la cual podría haberse convertido en una guerra abierta, especialmente después del asesinato del teniente general Qassem Sulaimani de parte de Estados Unidos, hecho que favorece la tendencia israelí de implicar a los estadounidenses en una confrontación militar, para servir los objetivos israelíes representados en la eliminación de la amenaza iraní por completo, con el menor costo posible para “Israel”.
El impacto de la política estadounidense de máxima presión no se limita al proyecto nuclear iraní, sino que trasciende alcanzando también a la fuerza militar convencional de Irán, ya sea el expediente relacionado con el desarrollo de su proyecto de misiles balísticos o la expansión y desarrollo del eje de resistencia tanto militar como geográficamente, siendo estos dos asuntos no cubiertos por el acuerdo nuclear con Irán, y que “Israel” considera una amenaza estratégica para su seguridad nacional.
A pesar del interés de la administración de Biden de frenar el crecimiento militar de Irán en la región, su preocupación se centra en primer lugar en no permitirle adquirir armas nucleares, especialmente después de sus recientes esfuerzos destinados a producir uranio enriquecido llegando a un 20%; aquí, surge una diferencia fundamental entre las posturas Joe Biden y Benjamín Netanyahu con respecto a la mejor manera de tratar con el expediente iraní; mientras que Biden intenta culminar el tema del expediente nuclear, volviéndose entonces más fácil tratar el asunto del expediente militar iraní, Netanyahu considera que la mejor solución es tratar los dos temas como un solo paquete mediante el ejercicio de la máxima presión contra Irán.
“Israel” consideró que la política estadounidense de máxima presión afecta a largo plazo la estabilidad del sistema político de la República Islámica de Irán, o al menos la ocupa con asuntos internos bajo el peso del bloqueo económico.
Segundo: la decisión de Estados Unidos se produjo en total coordinación con la Unión Europea; aquí, hay un claro indicio de que se ha vuelto a considerar la influencia europea en las decisiones estadounidenses en relación con los temas del Medio Oriente en general, hecho que le otorgará una mayor influencia en relación al tema del conflicto israelí-palestino, luego de que su papel fuera marginado durante el mandato de Trump.
Cabe señalar que muchas de las posturas europeas contradicen las posiciones israelíes sobre muchos asuntos relacionados con la cuestión palestina, como es la solución de los dos Estados, los asentamientos, la campaña de boicot "B.D.S" (Boicot, Desinversión y Sanciones a “Israel”) y, más recientemente, la Corte Penal Internacional.
Tercero: aunque la administración de Estados Unidos Informó a Israel de su intención previa de adoptar esa decisión, el presidente de estadounidense Joe Biden no informó personalmente a Netanyahu del asunto durante la conversación telefónica que sostuvieron el día anterior a la decisión, esto significa que la política de Biden hacia Netanyahu se caracteriza por la desconfianza y la frialdad en el trato, en contraste con el anterior patrón abierto de cooperación entre Netanyahu y Trump que ha quedado atrás, más cuando la llamada telefónica se produjo a más de un mes después de que Biden ingresara a la Casa Blanca, hasta el punto de que esa falta de comunicación llamó la atención de los medios israelíes en un periodo delicado que es el de las elecciones israelíes.
Debe enfatizarse que la política estadounidense hacia el expediente iraní no ignora el interés por la seguridad nacional israelí, incluso aunque existan algunas diferencias en los enfoques, porque esto emana de la consideración que tiene Estados Unidos por la seguridad de “Israel”; sumado a eso está el sentimiento de responsabilidad ideológica hacia “Israel” y el movimiento sionista de parte de la administración de Joe Biden y del Partido Demócrata, lo que los hace tomar iniciativas y adoptar algunas decisiones que favorecen la seguridad de “Israel”, incluso si no son del agrado del gobierno israelí.
Hassan Lafi, es un escritor palestino especializado en asuntos israelíes.
Fuente: Al Mayadeen