Las protestas nacionales en Bahrein, que comenzaron el 14 de febrero de 2011, atrajeron a un gran número de personas a las calles, hasta que alcanzaron su punto máximo el 22 de febrero del mencionado año, cuando unos 100 000 manifestantes reunidos en la plaza de Lulu (Perla) hicieron escuchar su voz contra el régimen gobernante.

Entrevista con el analista internacional Pablo Jofré Leal.

El régimen de Al Jalifa tiene la intención de vincular las protestas que buscan lograr la democracia y deshacerse de la tiranía con otros temas, incluidos la provocación extranjera y el sectarismo. En este contexto, Pablo ¿cuál es su valorización de estos diez años de lucha del pueblo bareiní para lograr sus derechos?

PJL: La valoración que se puede hacer por estos diez años de rebelión, de “tamarod”, que es el nombre que recibe la rebelión en Bahrein, es positiva. Es positiva, desde el punto de vista de que los bahreiníes han seguido y van a seguir su lucha pacífica hacia lo que son objetivos muy claros, el logro de sus derechos, políticos, sociales, económicos, justicia y seguridad, así como lograr mayores niveles de participación política, el fin de la corrupción, etc. y esto va en correlato con lo que muchas sociedades árabes están tratando de generar a lo largo de estos diez años de rebeliones en el mundo árabe.

En el caso de la mayoritaria población chií de Baréin, que ha sido regida con puño de hierro por la monarquía suní del sheij Hamad bin Isa Al Jalifa y continúa con sus movilizaciones, quizás, no con la masividad que tenía hace diez años atrás, cuando se inició el 14 de febrero del 2011, pero sigue firme destinada a exigir reformas democráticas, el fin de la discriminación por parte del régimen y, en ese aspecto, es indudablemente positiva, porque estas movilizaciones, conocidas como “tamarod” de Baréin, han significado no solo una fuerte represión interna, sino también en su momento la intervención de tropas saudíes. Ha quedado al descubierto que el régimen Al Jalifa es un régimen autoritario que depende de la intervención extranjera. Estamos hablando de un pequeño país, estamos hablando de una isla cercada por influencias, que desde febrero de 2011, coincidente con otros levantamientos del mundo árabe, ha sido escenario de manifestaciones que han sido reprimidas brutalmente por la fuerza de seguridad, tanto de los Al Jalifa como de Arabia Saudí.

Son movilizaciones sociales que están dirigidas a obtener la libertad de los presos políticos en estos años de rebelión, con anterioridad y que se han aumentado en estos años; la retirada de todas las fuerzas militares saudíes, que cruzando la Calzada del Rey Fahd, que es un puente de 26 kilómetros de largo que une a Baréin con Arabia Saudí, le ha permitido irrumpir en el país para impedir el desarrollo democrático y de mayor participación social.

Recordemos, además, que en Baréin está la sede de la Quinta Flota del Golfo Pérsico de las fuerzas estadounidenses navales, que en esa zona ejercen un papel de hegemonía. Estamos hablando de un país, de una isla, de un reino, que busca su libertad, que su población busca alcanzar sus derechos, en función de su propia exigencia.

Se habla, además, de 30 mil presos políticos que han estado estos años en las cárceles bahreiníes y estamos hablando también que Baréin deje de ser el patio trasero de Riad, Arabia Saudí, y su derecho a hacer y deshacer lo que quiera respecto a Baréin y esto con el beneplácito de EEUU. Esto tiene que acabar, el apoyo represor de la Casa Al Saud no ha merecido reparo ni siquiera del Consejo de Seguridad de la ONU  

Nos encontramos ante una rebelión, que para gran parte del mundo está olvidada, en principio la tamarod no tenía carácter sectario se fundaron bahreiníes de todas las confesiones, las pertenecías, y los propios errores del régimen en su política sectaria, como el despido de cientos de funcionarios públicos chiíes, el derribo de mezquitas de esa rama del Islam, la entrada de fuerza militares saudís para reprimir la rebelión dieron cuenta que el sectarismo y la influencia saudí estaban ganando la partida en Baréin; por eso, es importante, en estos años, mantener la movilización, mantener el norte de libertad, mantener los objetivos primigenios.

Estamos hablando de toda una serie de movilizaciones en el marco de una situación regional complicada con la presencia de grupos terroristas, la presencia regional de EEUU, Gran Bretaña, entre otros, que han hecho de Baréin aliado de una coalición contra el movimiento terrorista takfirí, aparentemente, pues han servido más bien para apoyarlo y Baréin se ha sumado a la coalición internacional que ha signado sus ataques contra Siria, contra Irak y contra Yemen.

No olvidar esta rebelión es no omitir que son millones de seres humanos que buscan un camino distinto a su actual situación, ya sea con Baréin, como con el pueblo saharaui, el pueblo palestino, todos aquellos que se movilizan por su libertad está prohibido olvidar.

E: ¿Cómo visualiza el futuro de la revolución bahreiní?

PJL: La revolución bahreiní se visualiza en el futuro con unidad. Unidad en los propósitos, unidad en los objetivos, unidad del conjunto de la sociedad bahreiní, porque más allá de cuestiones religiosas, de que, si son una mayoría chií, de que, si es un régimen suní, aquí lo que importa son los seres humanos, sus derechos políticos, económicos, sociales, sus derechos a disentir, a generar las formaciones políticas que les permitan participar activamente de la sociedad bahreiní.

El futuro de Baréin está estrechamente ligado al futuro del resto de países de la zona, del resto de países de Asia Occidental, en el sentido que mientras haya presencia extranjera, mientras haya presencia de tropas norteamericanas, francesas, británicas en sus propios territorios —pues Baréin es un sitio estratégico desde el punto de vista de la presencia militar y naval estadounidense— y mientras exista esa presencia indudablemente Baréin no podrá ser libre; así que en ese plano, a la pregunta ¿cómo se visualiza el futuro de la revolución bahreiní? Se visualiza sin presencia de tropas extranjeras.

E: Pablo, ¿qué se necesita para que los bahreiníes logren sus objetivos?

PJL: Bueno, el derribo de regímenes como de los Al Jalifa, el derribo de toda injerencia extranjera, el derribo de toda presencia de bases militares y tropas extranjeras y la conformación de una sociedad que sea lo suficientemente fuerte, lo suficientemente amplia para lograr la unidad de propósitos, de objetivos que vaya generando, en ese sentido, no solo una situación local de tranquilidad y desarrollo sino, que unido al resto de países de la zona, incluyendo las monarquías ribereñas del Golfo Pérsico, que deben avanzar hacia un proceso de participación, de libertad, de mayor aire político, de esa manera uno podría visualizar que estamos ante una verdadera rebelión, ante una rebelión cuyos objetivos son la libertad, la autodeterminación, el derribo de todo régimen autoritario. Así que, en ese plano, lo que se necesita para lograr su objetivo es unidad de acción, unidad de los actores regionales, el apoyo del Eje de la Resistencia, el apoyo de organismos internacionales, como al ONU, el Consejo de Seguridad, la Liga Árabe, la Unión Europea y todos aquellos organismos que en general han solido callar cuando se trata de Bahréin, cuando se trata de la represión ejercida contra los pueblos como Yemen, Irak o Siria, así que en ese sentido hay un elemento central de lucha propia pero también de apoyo internacional para poder llevar adelante todos los objetivos que permitan un Baréin libre, y que su rebelión de diez años ya, alcance sus objetivos más nobles, justos y sinceros que pueda ser beneficioso para la población de Bahréin.       

Fuente: Presstv