“Los justos beberán de una copa de mezcal alcanforada, de una fuente de la que beberán los siervos de Dios y que harán manar en abundancia. Fueron fieles a sus promesas y temieron un día, cuyo mal será de alcance universal. Por mucho amor que tuvieran al alimento, se lo daban al pobre, al huérfano y al cautivo: “Os damos de comer sólo por agradar a Dios. No queremos de vosotros retribución, ni gratitud.” (Corán 76:5-9)
En el nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso
“Los justos beberán de una copa de mezcal alcanforada, de una fuente de la que beberán los siervos de Dios y que harán manar en abundancia. Fueron fieles a sus promesas y temieron un día, cuyo mal será de alcance universal. Por mucho amor que tuvieran al alimento, se lo daban al pobre, al huérfano y al cautivo: “Os damos de comer sólo por agradar a Dios. No queremos de vosotros retribución, ni gratitud.” (Corán 76:5-9)
Introducción
Fátima Az-Zahra (SA) era diferente a todas las mujeres en sus cualidades y nobles características, siendo que alcanzó el más alto rango en virtudes y perfección. Ella era un ejemplo de las virtudes morales y mentales de su padre. Ella se parecía a él, en su profunda fe en Dios Todopoderoso, en el ascetismo y el abandono de los placeres mundanos. Aquí hablaremos de una de las virtudes más altas de Fátima; es decir, su benevolencia hacia las personas humildes.
Esta introducción prepara nuestras mentes para el gran sacrificio de la familia del Profeta, Ali, Fátima, Hasan, Hussein y su criada Fiddah.
Ocasión del descenso
Una vez los hijos del Imam Ali y Fátima (Imam Hasan y el Imam Hussein) se enfermaron. El Profeta del islam con un grupo de sus compañeros vinieron a visitarlos y le dijeron al Imam Ali (AS): “¡Oh!, Abu al-Hassan! Será mejor, que hagas una promesa obligatoria (un voto con Dios) (NAZR) para que tus hijos se recuperen”.
Ali (as), Fátima (sa) y Faddah (la sirvienta) prometieron ayunar durante tres días, para ser sanados, y si Él los curaba, toda la familia ayunaría, después Hasan y Hussein se sanaron, de ahí el proceso de ayuno comenzó.
En esos días no había nada para comer, por ésta razón el Imam Ali fue a donde pidió prestado tres libras de cebada. Fátima molió una libra hasta convertirla en harina, la horneó haciendo 5 rodajas de pan, una para cada uno de ellos. Ali, Fátima y sus dos hijos, Hasan y Hussein ayunaron durante tres días consecutivos. El primer día, a la hora de romper el ayuno, un indigente tocó a la puerta pidiendo un poco de comida. Tomaron el alimento que intentaban comer y se lo dieron todo, de esta manera rompieron el ayuno solamente con agua. El segundo día, a la hora de romper el ayuno, un huérfano tocó a la puerta y nuevamente le dieron todo su alimento. El tercer día, a la hora de romper el ayuno, un prisionero de guerra (no musulmán que había sido capturado en la guerra de defensa del Islam y había sido liberado en la ciudad de Medina) tocó la puerta pidiendo o por un poco de comida, y de nuevo, tomaron las cinco rodajas de pan y se las entregaron a este hombre, rompiendo el ayuno simplemente con agua por tercera vez consecutiva. Luego el mensajero de Dios realizó una visita y vio a su hija Fátima y sus dos hijos, muy pálidos y débiles y casi sin poder hablar y observó que sus cuerpos temblaban. Fátima estaba sentada con los ojos fijos en su esterilla, su estómago se pegaba con su espalda. Cuando les preguntaba el porqué de esa situación, inmediatamente descendió el Ángel Gabriel donde el Profeta, llevándole la Sura 76: “Oh Muhammad, Allah te felicita por el sacrificio de tu familia”.
Estas aleyas no solo manifiestan la generosidad y paciencia de Ahlul Bayt; sino que revelan la total sumisión de la familia del Profeta y sus inmaculadas y puras personalidades. Los comentaristas del Corán piensan que estas aleyas hablan de Ahlul Bayt y los coloca en el nivel más alto de piedad, mostrándolos como modelo de generosidad para la humanidad, por lo tanto manifestamos que la humanidad estaría bien guiada si siguieran su ejemplo.
La caridad con los pobres
Fátima fue amable con los pobres y los oprimidos, además de esto, tenemos muchas corrientes sobre la generosidad de Fátima. Aquí hemos escogido una historia muy impresionante que manifiesta la bondad de bendita Fátima con los pobres.
En la noche de bodas, Fátima (sa) tenía un vestido nuevo cuando se enteró, que una joven de los Ansar, no tenía ropa para colocarse, ella se quitó su vestido de bodas y se lo dio a este joven. Fátima (sa) le dio la espalda a todos los placeres materiales y prefirió la satisfacción de Dios en todo. Al respecto, Yabir ibn Abdul-lah al-Ansari dijo:
“Cierta vez el Mensajero de Dios (PBUH) dirigió la oración de la tarde (‘asr) y mientras hacia la oración preferible de la tarde (nafila) se sentó en dirección a la qiblah y nosotros nos sentamos alrededor de él, un anciano se acercó a él quejándose de hambre y dijo: Oh Profeta de Dios tengo hambre, dame de comer! y no tengo ropa ¡vísteme!”.
El Profeta (PBUH) le dijo al hombre que fuera a la casa de Fátima (sa) su hija, el viejo nómada fue hacia donde Fátima (sa) y desde la puerta la saludo, diciéndole: Oh hija del Mensajero de Dios (PBUH), estoy hambriento y desnudo, podrías ayudarme; que la misericordia de Dios sea sobre ti. Ella misma estaba necesitada y no encontró nada para darle al hombre que la cobija de sus hijos al-Hasan (AS) y al-Hussein (AS). Al anciano no le gusto y se la devolvió. Luego, Fátima (SA) tomó un collar, el cual le había sido regalado por su prima Fátima (SA) Bint Hamza ibn Abdul-Mutalib y se lo dio. El hombre lo tomó y regresó a donde el Profeta (PBUH), diciéndole: Fátima (SA) me dio este collar y me dijo: véndelo y quiera Dios que el dinero sea suficiente para lo que necesites.
El Profeta (PBUh) lloró y dijo: y como Dios no te va a recompensar con esto, si te lo dio Fátima (SA) la hija del Mensajero, la mejor de las hijas de Adán.
Ammar ibn Yasir preguntó al Profeta, oh Mensajero de Dios, ¿Me permites comprar este collar?
El Profeta (PB) dijo: cómpralo Ammar, si los yines y los hombres participaran de esto, Dios no los castigaría con el fuego.
Ammar dijo: Oh Sheikh (al anciano) ¿Cuánto vale el collar?
El anciano respondió: lo cambio por una ración de pan y carne y un traje del Yemén con el cual pueda rezar a mi Señor y cubrir mi cuerpo, y algo de dinero para llevarlo a mi familia.
Ammar le dijo: Te doy veinte dinares, doscientos dírham, el traje de yemení, mi camello, comida, harina de trigo para pan y carne.
El anciano dijo: Oh hombre, que generoso eres, se fue rápidamente diciendo: ¡Oh Dios, no hay más Dios que Tú!, ¡Oh Dios! , dale a Fátima (P) aquello que ningún ojo haya visto y ningún oído haya escuchado.
Ammar perfumó el collar con almizcle, lo envolvió en tela yemení, se lo dio a uno de sus esclavos y le dijo: “Dale este collar al Mensajero de Dios y quédate junto a Él”.
Cuando el esclavo llevó el collar hasta donde el Profeta (PBUH), Él le pidió que lo llevara donde Fátima (sa), quien lo recibió y liberó al esclavo. El esclavo sonrió. Fátima (sa) preguntó el por qué de su sonrisa, y él respondió: Lo que me hizo sonreír fue lo bendito de este collar, sació el hambre de un hombre, lo vistió, hizo enriquecer a un pobre, liberó a un esclavo y volvió hasta donde su dueño.
Las narraciones respecto al tema
Fuentes consultadas:
“La interpretación Ejemplar”, Nasser Makarem Shirazi. T.25, la Sura 76:5, 9
“La vida de Fátima Zahra (PBD)”, Allama Baqir Sharif Qurashi.P.47
“Un Ramo de Flores”; Pags.115, 116