Siria denuncia que cortar el agua potable en Al-Hasaka por la ocupación turca constituye un crimen de guerra y una violación de los derechos humanos.
“Este acto criminal apunta a desplazar a los ciudadanos sirios y responde a los objetivos expansionistas y coloniales del régimen turco”, dijo el jueves el representante permanente de Siria ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra (Suiza), Hussam Edin Aala.
Conforme al diplomático sirio, desde el 30 de noviembre, Turquía volvió a cortar el suministro de agua a la planta de Aluk, que es la principal fuente de suministro a más de un millón de personas en la ciudad de Al-Hasaka (noreste) y sus alrededores.
Además de calificar tal hecho de una violación flagrante al derecho internacional y a los derechos humanos, Aala ratificó que esta acción forma parte de las prácticas sistemáticas del régimen turco destinadas a desplazar a los sirios de las zonas que ocupa para imponer cambios demográficos en el marco de sus objetivos expansionistas y coloniales.
La acción del Gobierno turco, presidido por Recep Tayyip Erdogan, tiene lugar en medio de los temores a la propagación del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
Repudiando los crímenes de Ankara, el presidente sirio, Bashar al-Asad, ha defendido en múltiples ocasiones el derecho inalienable de Damasco a recuperar el control de cada centímetro del país de toda fuerza invasora y ocupante.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha aseverado también en muchas ocasiones que el corte del suministro de agua potable pone en peligro la vida de los sirios, en medio de la lucha de Damasco para frenar la propagación de la pandemia.
Fuente: Hispantv