El grito que acuñó aquel día pasó a conocerse a lo largo de todo el mundo y ha sido una de las consignas más repetidas por los revolucionarios en cualquier tribuna.

Con la lucidez de un hombre que tenía entonces 36 años, el Che avizora el futuro, al señalar que “la historia tendrá que contar con los pobres de América” Latina, quienes decidieron reescribirla para siempre.

Durante su intervención repasó de forma crítica el complejo escenario internacional del momento, defendió la soberanía de Cuba y dijo que la nación caribeña era parte de los países No Alineados, porque luchan contra el imperialismo, el colonialismo, y el neocolonialismo.

El luchador argentino, que encabezaba la delegación cubana a la ONU como ministro de Industrias, denunció el daño que hace los Estados Unidos (EE.UU.) al querer intervenir arbitrariamente en las decisiones de naciones soberanas.

En plena Guerra Fría, el Che remarcó que “mientras los pueblos económicamente dependientes no se liberen de los mercados capitalistas y, en firme bloque con los países socialistas, impongan nuestras relaciones entre explotadores y explotados, no habrá desarrollo económico sólido”, reafirmó.

Igualmente, resaltó que la filosofía del despojo se mantenía más fuerte que nunca y los elementos reaccionarios utilizaban hasta el nombre de la ONU para imponer sus intereses y cometer crímenes, como fue el caso del patriota del Congo, Patricio Lumumba.

A 56 años de su discurso ante la ONU su visión de la nueva América está vigente, plasmada en la decisión de lucha de los pueblos que paraliza la mano armada del invasor. “Porque esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!” y ha echado a andar. Y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia por la que ya han muerto más de una vez inútilmente…”.

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