El discurso 91 de la obra Nahyul Balagha contiene el discurso llamado “Al-Ashbah” uno a los que se han referido muy frecuentemente los historiadores y biógrafos del Imam Alí (P) Los comentaristas del “Nahyul Balagha” dicen que alguna vez alguien le pidió a Imam Alí (P) que describiera a Dios de tal modo que fuese como si lo vieran con sus propios ojos. El Imam Alí (P) se sintió molesto por esto, porque no es posible describir a Dios de este modo, ni es necesario intentar comprenderle de esa forma, como tampoco tiene sentido hacerlo en este mundo.
En este discurso explicó los atributos de Dios que indican claramente que no hay nada en común entre Dios y el hombre y que no puede ser explicado en la forma en que se lo pidió; a continuación describió las cualidades y propiedades del hombre y los ángeles. La palabra ashbah es el plural del shabah que significa forma, cualidad, propiedad y atributo de cosas. Cualidades y formas del hombre y de la materia se explican en este discurso:
Toda alabanza se debe al Señor cuya riqueza no será acrecentada ni multiplicada. Ni cesa de ser Generoso y Magnánimo hacia sus criaturas ni Su Benevolencia y Munificencia le harán pobre o decrecerán Sum Riqueza, mientras que toda persona disminuye una parte de sus riquezas con todo acto de generosidad, y todo el que se abstenga de ayudar a otros es considerado como malo y perverso. Dios es el Benefactor; Aquel cuyos favores no tienen límites, cuyas concesiones son abundantes, cuyas bendiciones son sublimes y ha destinado al hombre a alcanzar la grandeza.
Trata a todas sus criaturas como si fueran Sus hijos. Ha dispuesto para ellas sus medios de subsistencia.
Ha fijado clases y variedades de alimentos adecuados y capaces de sustentar a todas las diferentes especies que viven en esta tierra. Les ha enseñado la forma de cubrir sus necesidades a partir de lo que les rodea, y también de alcanzar Sus Bendiciones y Favores.
Es tan Generoso que Su Munifi cencia alcanza a los que no le piden nada tanto como a los que Le imploran por ella. Es un Ser tal, que no tuvo comienzo y no existió nada antes de Él, y no tiene fi n ni se puede imaginar nada que exista después de Él. Hizo imposible que le veamos con nuestros ojos y que lo visualizara nuestra mente. El tiempo no puede afectarle, y los cambios de circunstancias no pueden producir en Él ninguna variación.
Está más allá del alcance del tiempo. De modo similar, no ocupa lugar en el que se pudiera imaginar que pueda moverse o cambiar. Si se desprende de todo lo que las montañas producen en sus minas, como: oro, plata, hierro, magnesio, carbón, azufre, etcétera y de todo lo que crece en los océanos: perlas, corales, etcétera. Aún así, Su Generosidad y Capacidad de dar, no serán ni podrán ser imitadas. Continuará creando nuevas formas de riqueza o multiplicando las ya existentes cuando y como lo desee. Sus recursos no pueden ser agotados ni por el constante y excesivo deseo del hombre de obtener cada vez más de Su Generosidad. Es un Creador Poderoso y un Benefactor tan generoso y magnánimo que, incluso si diera todo lo que existe en el universo, Su Munificencia, Generosidad y Poder de crear nuevos objetos, materias y nuevos recursos no cesará nunca. Él es tan Amable, tan Benevolente y tan Gentil que las peticiones constantes a Su Benevolencia no lo volverán avaro.
¡Oh vosotros que intentáis comprender Sus Atributos, leed el Sagrado Corán! Este libro os ha dirigido hacia esos atributos; tomad del mismo la guía e intentad comprender e iluminar vuestra mente de acuerdo con él. Sabed y comprender que el Shaytán os ha insinuado el intentar encontrar algunas cosas acerca de Dios, cuyo conocimiento ni os ha hecho obligatorio por el Corán ni por las órdenes y tradiciones del Santo Profeta (Bpd) ni por las enseñanzas de los Imames de la descendencia del Santo
Profeta (Bpd) Dejad a Dios el conocimiento de estas cosas. Están más allá de la capacidad de la mente humana.
Dios os ha impuesto sólo la obligación de conocer y comprender aquello que Él mismo os dio a conocer en el Sagrado Corán mediante Muhammad (Bpd) Recordad que sólo las gentes que tienen mucha fe en Dios, Sus Mensajeros (P) y en aquellos secretos ocultos acerca de la Deidad que son sobrenaturales y más allá de la comprensión humana, y no obstante están muy versados en conocimiento religioso, creen firmemente en los secretos ocultos por lo que no fuerzan a sus mentes a hurgar profundamente sobre los misterios de Su Ser y Sus Atributos. Es decir, se dan cuenta de las limitaciones de sus mentes y del conocimiento humano y no desperdician sus energías y capacidades intentando sondear lo desconocido.
Por ello, saben cómo hacer el mejor uso de sus capacidades al servicio de Dios y el hombre.
Dios honrará a los que admiten sus limitaciones y no desperdician su tiempo y vidas en intentar comprender cosas que no son obligatorias para ellos; de hecho, el darse cuenta de las propias limitaciones al igual que de las obligaciones es la mejor forma de mostrar amplitud de conocimiento y la elevación de la comprensión.
¡Oh hombre! Hay suficientes campos de investigación en la naturaleza abiertos para vosotros, probar en ellos vuestras capacidades, cesad en vuestras especulaciones acerca de la naturaleza Divina. No intentéis investigar profundamente en los secretos de Dios y los Misterios de Su Poder, Grandeza, Gloria y Excelencia, basándoos en el muy limitado alcance de la mente y su poder; de otro modo, pereceréis eternamente.
Recordad que Su Ser está tan por encima del alcance del conocimiento, la experiencia y visualización humana, que la imaginación no puede concebirle y el pensamiento profundo no podrá comprenderle por muy grande que sea el esfuerzo que la mente humana intente sondear en Sus Secretos. No podrán captarlos, por muy ferviente y sincero que pueda ser el deseo del corazón por conocer estas realidades de Sus Atributos: no los podrá ver. Por consiguiente, Ha ordenado que todo esfuerzo en esa dirección de captar la Naturaleza Divina, siempre terminará en un fracaso total. El hombre -aunque obstinadamente lo intente- no podrá darse cuenta que el Ser de Dios, Su Grandeza, Gloria y Poder, no pueden ser captados con la limitada capacidad mental que la naturaleza le ha otorgado, y con el igualmente limitado conocimiento a su disposición.
Él es el Señor Todopoderoso que dio lugar a todas las cosas y seres vivos: energías, materia, compuestos, formas de vida y las Leyes de la Naturaleza, sin la necesidad de tener ante Él algún modelo, espécimen, o criatura creada por algún dios antes que Él. Ha manifestado Su Gloria, Grandeza y Sabiduría a través de magníficas y asombrosas complejidades naturales que proclaman la suprema grandeza de Su Omnipotencia y Omnisciencia. Él ha hecho de que todo en la Naturaleza y todo objeto
creado dependa para su movimiento y reposo (como lo explica la teoría de la inercia) de Su Fuerza y Su Poder el cual, no es parte de la Naturaleza sino por encima de ella.
Otros complejos aspectos de la Creación y su funcionamiento, nos impulsan a entender que existe algún poder y fuerza detrás de ellos, el cual, determina a actuar como lo hacen. Las maravillas de la creación
en todas y cada una de sus fases llevan las más brillantes y gloriosas características y rasgos de la belleza y la elegancia de sus artísticos diseños e inconfundibles evidencias de Su Supremo Conocimiento y Poder.
Tanto es así, que toda criatura en sus diferentes aspectos, su existencia e interdependencia son la prueba evidente de Su arte para crear, inclusive las criaturas tales como nosotros, aparecen mudas e incapaces de hablar por sí mismas para describirse por completo lo que, confirma definitivamente el plan y propósito del Gran Arquitecto del Universo y le enseñan al ser humano a darse cuenta de la exquisita y majestuosa belleza del arte de la creación.
¡Señor! Testifi co que quienquiera que junto a Tus criaturas y teniendo a la vista las variedades de Tu creación y sus diferentes componentes, o la simetría y tendencias complementarias de los múltiples segmentos y fases de la Naturaleza que Tú has creado, podría darse fácilmente cuenta de las limitaciones de Tus criaturas y que Tú no has forzado su mente para comprender y darse cuenta de Tu Grandeza y Gloria. Por lo anterior, aquel que no crea que Eres el Único Señor y Creador y que no tienes compañeros y asociados, ese tal, imagina entonces, que pueda ser como los ídolos que crea y adora, como si nunca hubiera escuchado a las gentes que alguna vez adoraron a dioses falsos y después, dándose cuenta de su necedad, los abandonaron y renunciaron a su fidelidad hacia ellos y dijeron: “¡Por Dios! Que necios fuimos y qué tristemente persistimos en el error y el pecado cuando creíamos en tales abominaciones –dioses falsos- creyéndoles iguales al Señor que lo ha creado todo y mantiene al
Universo”.
¡Señor! Se encuentran extraviados y son unos mentirosos quienes te consideran igual a otros, o Te comparan con sus ídolos y dioses. Te asignas los atributos y cualidades de Tus criaturas y en su desviada imaginación intentan dividir Tu Supremo Poder, Grandeza y Omnisciencia en diferentes atributos, cualidades y características. Han llegado a creer que posees un cuerpo y mente como una de Tus criaturas, un cuerpo que pudiera vivir bajo diferentes funciones y una mente limitada a funciones
predeterminadas.
Atestiguo ¡Oh Señor! Que quienquiera que piense que Eres como las criaturas que Tú has creado, se imagina a sí mismo como igual a Ti y, cualquiera que sostenga tan obcecada ignorancia, rehúsa a aceptar los versos explícitos e indiscutiblemente claros que Has revelado en el Sagrado Corán el cual, mediante argumentos y razones inteligentes y claras, prueban Tu Unicidad, omnisciencia, Omnipotencia y Omnipresencia.
¡Señor! Eres el Ser que está solo, a quien la mente y la imaginación no pueden abarcar, la meditación y la reflexión no pueden captar y que no puedes ser puesto dentro de los límites de la comprensión e inteligencia humanos.