Con una ciudadana tan altruista, empática y devota como es Mezmin Malinda, las personas más frágiles y necesitadas, sienten un poco de apoyo a pesar de vivir en las calles de la ciudad de Leicester, en el Reino Unido.
En esta ciudad de Inglaterra, que fue la primera del Reino Unido en vivir dos veces la cuarentena por la pandemia, la pequeña llama de la esperanza, incandescente, calienta los corazones heridos, cada vez que aparece la benefactora musulmana de East Midlands.
Mezmin Malinda, de 39 años, esta mujer altruista y madre cariñosa que ha hecho de la lucha contra la pobreza un verdadero sacerdocio, no deja a nadie en el camino. Apoyada por su marido, que no oculta su admiración por ella, se acerca incansablemente a su vecino angustiado y a toda persona que necesita ayuda, ya sea su hermano en Dios o en la humanidad.
Con coraje y abnegación, desafía el temido virus que todavía se propaga y hace víctimas, pero también la desesperación que trae a su paso. Todos los días, Malinda vuela al rescate de los que no tienen nada, impulsada por una fe inquebrantable, solo capaz de mover montañas, según informó el portal, Oumma.