Se llama Imane Raissali pero casi todo el mundo la conoce por su nombre artístico, Miss Raisa.
En www.mundoislam.com entrevistamos a esta rapera afincada en Barcelona cuyas canciones están causando una gran revolución dentro del panorama musical por los mensajes de sus letras. Esta estudiante de psicología analiza con este periódico sus comienzos en el mundo de la música, sus fuentes de inspiración y su particular forma de combatir a las críticas que recibe de una parte de la comunidad musulmana. Imane se define como una mujer «independiente» que ha encontrado en el rap una manera de «desahogarse» contra las injusticias de nuestro tiempo.
¿Qué representa la música para tí en líneas generales?
La música para mí es vida. Puede exagerar una situación de tristeza o un momento de alegría puede convertirlo en algo mucho más feliz. Yo es que soy una persona super feliz con las canciones y para mí la música es la esencia de la vida. Si no hay música todo está triste y apagado.
Ahora que empiezas a tener cierto nombre en el panorama musical del rap y empiezas a ser algo conocida, ¿tienes cierto vértigo o te tomas la fama con naturalidad?
Yo no le temo a nada pero no quiero fama. Lo que quiero es hacer lo que a mí me da la gana en cada momento. Y en este momento de mi vida deseo hacer música, rapear, escribir y cantar. También ayudar a muchas chicas que puedan identificarse conmigo porque al principio la música les da vergüenza. Los palos me los estoy llevando yo porque soy la primera pero es cierto que estoy abriendo camino a otras mujeres y esto para mí es satisfactorio.
¿Las críticas duelen mucho o has sabido aislarte de ellas?
Las críticas no me hacen daño y soy ahora un poco inmune a ellas. A veces duelen cuando estás de bajón porque somos seres humanos pero, normalmente, me tomo todo con humor. Hay gente que dice cosas para pincharme y yo les contesto cantando. Una chica me dijo el otro día: «Una musulmana hablando de valores, qué risa». Yo el contesté cantando una canción de Disney de mi infancia que habla de princesas y dice algo así como: «Soy como tú». Procuro contestar cambiando el rollo de siempre y dejando los enfados de lado.
¿Por qué empiezas a trabajar el género rap y no en otras opciones musicales?
Empecé a los catorce años a través de un amigo. Hasta esta edad yo era una niña muy tímida que me escondía en mi habitación y casi ni saludaba a mi familia (ríe). Era muy introvertida, reservada y todo me daba vergüenza, hasta mi propia existencia. Un amigo se acercó a mí, vio que escuchaba mucha música americana y me preguntó si no escribía canciones. Obviamente le dije que no. El me contestó: «Te ayudo y escribimos una canción». Hice mi primera canción con la ayuda de Alex, mi amigo. Él es rapero, rapea en catalán, y gracias a él me acerqué a este género. Me abrió el camino. Descubrí que era un camino muy real, auténtico donde no tienes que fingir nada, ni hacer ningún personaje. Cuando veo a raperos hoy en día que hacen un personaje a mí no me cuadra porque yo no actúo. Mis canciones son experiencias reales.
Has dicho más de una vez que para tí el rap es una «terapia»…
Así es. Uso el rap como terapia. No voy al psicólogo pero hago terapias a mí misma. Como he sido una niña muy introvertida, no tenía personas con las que expresarme, por lo tanto, para mí escribir ha sido una forma de desahogarme. Cuando no verbalizas lo que sientes, te acabas hundiendo psicológicamente. Por eso, entre otras cosas, estudio psicología. Creo que el rap me representa al cien por cien porque es un género real y muy fresco. No tienes que tener muy buena voz para rapear sino buenas palabras. El rap es pura poesía, actitud y revolución.
¿Cómo calificas la letra de tus canciones?
Las considero muy personales, muy reales. Muy mías. Yo escribo cuando no estoy bien. Cuando estoy bien y soy feliz casi no escribo. En esos momentos de felicidad me sale disfrutar, bailar y todas esas cosas. Sin embargo, cuando no me encuentro bien me sale la inspiración. Necesito inspirarme en algo o que me afecte alguna cosa para poder hacer canciones. Escribo super rápido cuando estoy inspirada, en treinta minutos puedo tener preparada una canción.
Las letras de tus canciones se dirigen hacia temáticas muy sociales. ¿Se basan en cosas que te han pasado?
Yo solo hablo de cosas que me han sucedido. He vivido el tema del machismo y también del feminismo ya que hay algunas mujeres que me han criticado. También he vivido el tema de la inmigración y en ocasiones racismo. Por este motivo tengo la necesidad de expresar estas cosas en mis canciones. La primera canción que lancé fue cuando me pasó una cosa el día de mi cumpleaños. Yo estaba paseando por mi barrio y un señor me insultó porque sí, por mi mera existencia. Yo pensé: «Si soy buena persona. Solo estoy caminando por la calle. No sé que he hecho para que me insulte». Llegué a casa muy triste y con la sensación de que necesitaba hablar con alguien. Me puse a escribir y en media hora ya tenía la canción «No lo soy pero».
En tus canciones te muestras como una mujer libre, independiente y empoderada. ¿Qué suponen estas palabras para tí?
Soy suficientemente inteligente y madura para tomar mis propias decisiones. Me puedo equivocar pero quiero que me den la opción de equivocarme. Ni siquiera le permito a mi familia que me digan lo que tengo que hacer. Quiero vivir la vida y experimentarla yo. Algunas personas que no son de mi familia o de mi círculo de amigos me quieren dar lecciones morales y de religión y se olvidan de ellos mismos. Lo primero que les digo es: «Céntrate en tí mismo, intenta ser buena persona, procura ser mejor musulmán y si quieres vete a una mezquita a dar charlas. Pero no me vengas por las redes sociales dándome lecciones de cómo tengo que ser buena musulmana basándote siempre en lo que lleva o no lleva puesto una persona. Yo puedo llevar el velo y ser una persona oscura por dentro. Y puedo no llevarlo y ser una buena persona y tener un vínculo con Dios preciosísimo. Creo que la gente le da demasiada importancia y valor al aspecto físico, al velo o a la ropa. Las apariencias engañan siempre.
A través de las redes sociales hemos comprobado que eres una persona multicultural que te relacionas con personas de todo tipo de culturas y religiones. ¿Esto te ha traído problemas?
Yo es que no tengo prejuicios. Gente que hemos sufrido racismo como es mi caso, podemos decir que a veces la comunidad marroquí es racista con la comunidad negra. Por ejemplo, hice un vídeo para Tik Tok con un amigo mío negro de Senegal haciendo el tonto y mucha gente me contestó diciéndome cosas como «qué asco, estás con un negro». Estas son palabras textuales de marroquíes. Me insultaron tachándome de promiscua y prostituta por hacer un vídeo con un amigo haciendo el tonto. Me hizo daño ver ese racismo en la comunidad musulmana-marroquí. Después hice un vídeo, casi llorando, explicando que esto me quitaba la esperanza y la fe en la humanidad. Yo que he sufrido racismo, nunca voy a ir a otra comunidad a discriminar a otras personas. Y que vivan las parejas multiculturales. Este chico no es mi pareja pero si lo fuera, es mí pareja. Por otro lado, diré que efectivamente, soy una persona muy multicultural. Mis mejores amigos siempre han sido latinoamericanos. Mi mejor amiga actual es asiática, de Bangladesh. También me junto con marroquíes pero yo no me acerco a la gente en base a su nacionalidad sino por la conexión que tengo hacia las personas. La amistad debe ser pura y muy bonita más allá de religiones.
Eres la única rapera musulmana de habla hispana. ¿Esto te genera presión?
Creo que en Estados Unidos también hay alguna (ríe). Sé que muchas chicas todavía tienen miedo a ser ellas mismas. Si soy sincera te diré que pertenezco a una comunidad que juzga mucho y esto me entristece. Hay muchas chicas que no se sienten apoyadas por la comunidad musulmana y yo les digo que se acepten a ellas mismas y que tengan muchísima seguridad en ellas para atreverse a hacer algo distinto. No todo es malo. También me están pasando cosas super bonitas. Por ejemplo, me sigue gente que no es musulmana y que les gusta mi manera de hablar o de cantar hasta el punto de interesarse por mi cultura y mi religión. Eso me hace feliz. Es cierto que los musulmanes tenemos una imagen construida que, a veces, juega en nuestra contra. Enseñemos como tiene que ser un buen musulmán con hechos y no con palabras.
Háblanos de uno de tus temas más conocidos como es «Déjalo». ¿Cómo surgió?
Es una canción que escribí en el Metro cuando iba a trabajar. Estaba dentro del metro y miré en mi móvil muchos comentarios de los supuestos maestros del islam hablando del «haram». Para ellos todo es haram. Hasta respirar es haram. A veces te dicen cosas tan absurdas…Yo no insulto, ni falto el respeto a nadie, soy educada y trato bien a la gente: eso es bueno a los ojos de Dios, mejor que juzgar a la gente constantemente. Pensé que esos que hablaban todo el rato del haram que eran muy pesados, siempre con el mismo tema. Esta canción la escribí como a raíz de las críticas. Hablo de que hay muchísima hipocresía y que la gente aparenta ser buena musulmana. Solo Dios sabe lo que tienes por dentro. Quiero potenciar el respeto a mujeres con velo y sin velo sin que nadie se meta en su vida. La religión no es una forma de vestir sino de sentir. Mi hermano, por ejemplo, no lleva el velo. En su día se lo puso y luego se lo quitó. Es totalmente respetable. En Tik Tok suelo hacer vídeos rápidos y en una ocasión pedí respeto para las mujeres que llevan velo y también para las que no. Hay muchas mujeres que son musulmanas sin velo que reciben muchas críticas. Estamos en una sociedad muy hipócrita y da mucha rabia.
Muchos de nuestros lectores se estarán preguntando por qué no aparecen en los medios de comunicación más mujeres como tú.
Si te soy sincera, conozco a muchas chicas como yo que son muy interesantes pero hay que buscarlas. Cuando salí a la vida pública empecé a conocer a muchas mujeres que ni siquiera sabía que existían. Son muy modernas y con mucha experiencia en los campos de la política y la ciencia. No sé por qué ellas no tienen una mayor repercusión en las televisiones pero hay que investigar para encontrarlas. Tengo la suerte de conocer a muchas de ellas.
Por último, más allá de la música nos gustaría que nos hablaras un poco más de tí.
Trabajo como técnico de un programa social que pertenece a una fundación privada. Esta fundación se dedica a dar becas a jóvenes que están en vulnerabilidad y que por su situación económica no pueden cursar sus estudios vocacionales donde ellos quieren. Lo que nosotros hacemos es romper el círculo de la pobreza y gestionar el programa. Es muy satisfactorio pero requiere mucha fortaleza mental porque escucho historias muy duras. También estudio psicología (en tercer curso) y alemán auque este este año voy a tener que dejarlo un poco aparcado por falta de tiempo. Como podéis ver soy muy activa y tengo mucha energía que necesito abarcarla en algo. También me encanta jugar al fútbol, trato de hacerlo cuando puedo. Mi madre me llegó prohibir ir a jugar porque volvía a casa con las piernas llenas de moratones (ríe) y como madre protectora que es pues trataba de cuidarme. Pero a mí me encanta y sigo jugando cuando puedo. De hecho, mi padre estuvo a punto de apuntarme a un equipo femenino. También me hubiera encantado ser bailarina porque como bien sabéis, disfruto mucho con la música.