El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, advierte sobre los intentos de algunas potencias extranjeras para acarrear revoluciones de color en Asia.
El canciller de China, Wang Yi, ofrece una rueda de prensa en Moscú, capital rusa, 11 de septiembre de 2020. (Foto: AFP).
“Algunas potencias extranjeras usan varios pretextos para entrometerse en los asuntos internos de los países de la región e incluso buscan promover una nueva ola de revoluciones de color”, ha dicho el máximo diplomático chino en una entrevista concedida este jueves a la agencia local de noticias Xinhua.
De acuerdo con Wang, la inestabilidad en el mundo ha ido en aumento y la seguridad global enfrenta nuevos desafíos y amenazas. Las organizaciones terroristas internacionales y las ‘tres fuerzas del mal’ (el terrorismo, el extremismo y el separatismo) han intensificado sus actividades en la región (de Asia Central)”, ha proseguido.
El canciller chino ha cargado además contras las potencias extranjeras por “inventar todo tipo de mentiras y difamar a China, Rusia y otros países en desarrollo, ejercer una presión injustificada (contra sus rivales) e incluso obligar a algunos países a elegir a sus aliados, buscando iniciar una nueva Guerra Fría” con el objetivo de volver a crear un mundo unipolar.
Tal comportamiento, ha señalado, traspasa los límites de las relaciones internacionales y va en contra de los intereses comunes de los países del mundo.
Wang ha dicho que, contrario a la conducta hostil de algunas potencias hacia los países de Asia Central, a China le importan la estabilidad, el desarrollo y la prosperidad a largo plazo de todos los países (de la región).
El gigante asiático ha acusado a Estados Unidos de avivar una nueva guerra fría e intentar convertir a Pekín en chivo expiatorio para culparlo de sus problemas.
EE.UU. ha impuesto recientemente varias rondas de sanciones contra China bajo acusaciones de espionaje y abusos contra los derechos humanos, y ha tratado de culparla de la expansión del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
La actual escalada de tensiones ha conducido a Pekín y Washington al borde de una nueva guerra fría, analistas advierten sobre un riesgo creciente de una “confrontación no planificada” entre ambos países con el paso de los días, pues sus relaciones se eclipsan.