El séptimo Imam de los musulmanes fue un modelo ejemplar por sus cualidades -humildad, moralidad, abundancia de misericordia, generosidad y clemencia- y, además, sabio en la ciencia. Las bolsas o portamonedas de Musa ibn Yafar eran muy famosas en Medina, y si alguien recibía una de estas bolsas, no necesitaba nada más para cubrir su subsistencia.
Musa ibn Yafar nació el año 128 o 129 de la Hégira lunar (745 de la era común) en la región de al Abwa (al Heyaz) cuando el Imam Sadiq (P) y su esposa Hamideh, regresaban del Hayy. La madre del Imam -Hamideh- era oriunda del Magreb o Andalucía. El Imam Musa ibn Yafar, tenía la costumbre de enfrentar a los adversarios con clemencia y filantropía hasta que le informaron que, alguien tenía la intención de perjudicarlo, pese a ello, le envió una bolsa de dírhames para que pueda cubrir sus necesidades. Durante las noches, paseaba por las callejuelas de Medina y de forma anónima, ayudaba a los indigentes.
Se lo conocía como: “Al abd Al Salih o el siervo probo” por su devoción y excesiva piedad, así mismo, era famoso como “Kazim” debido a su conocimiento, dominio de la ira y paciencia ante las dificultades y adversidades de su tiempo.
Tanto el Imam Baquir (P) como el Imam Sadiq (P) contribuyeron con un extenso conjunto de conocimientos ciertos y se esperaba que tal corriente cultural, condujera a la organización de un ilimitado movimiento político. Al percatarse de este peligro los gobernantes abasíes, las amenazas, conflictos y tensiones dieron inicio.
El Imam Kazim (P), por un lado, afrontaba estas hostilidades y, por otro lado, se enfrentaba con gran responsabilidad cumpliendo su labor, es decir, guiar, instruir y proteger a los musulmanes.
Si destinaba todo su esfuerzo para compenetrarse y lograr una buena comunicación entre los musulmanes y al mismo tiempo liderarlos, esa misma acción era consideraba como el mayor peligro para los gobernantes abasíes.
Durante el periodo de regencia del Imam Kazim, (P) fue una fase muy difícil para los musulmanes. Durante este tiempo, es la etapa del califato abásida y de las luchas internas del califato, es decir, los conflictos que se dieron entre los hermanos de este pueblo, al inicio de su gobierno reprimieron todas las rebeliones en contra del califato abasí y, además, eliminaron a todos los grandes opositores, también a los descendientes del Imam Hasan (P) quienes amenazaban al gobierno. Los abasíes asesinaron a muchos de los líderes y sublevados después de la muerte de Al Mansur, -el segundo califa abasí- quedó claro que habían asesinado a numerosas personas destacadas y en el lugar de los hechos, habían dejado abandonado sus cuerpos, donde se podía observar sus esqueletos. Al Mansur había asesinado a mucha gente de la tribu banu Háshim, los descendientes del Imam Hasan (P), a los personajes importantes e incluso a sus parientes, todos los cuerpos y sus respectivos esqueletos, formaron un enorme rimero. De esta forma conflictiva era la coyuntura social después del Imam Sadiq, aquellos que querían entender a quién debían consultar, difícilmente podían encontrar el camino y al Imam Kazim (P). El Imam Kazim (P) les recomendaba: “Cuídense, porque si los gobernadores se dan cuenta de que están en contacto conmigo y aprenden algo de mí, les van a matar. ¡Tengan cuidado”!
Los registros históricos y las narraciones, han citado diversos modos de comportamiento por parte de los califas abasíes con el Imam Musa ibn Yafar (P), entre ellos, se destaca la manera de actuar del califa Harún al Rashid (786-809).
Al mismo tiempo, cabe señalar que todos los Imames insistían en la necesidad de practicar la taqiyya (disimulo preventivo) o negar la creencia e intentaban liderar de forma encubierta las asociaciones islámicas, y naturalmente, impedir que la historia pudiera evaluar sus movimientos políticos.
El Imam sentía las amenazas que provenían de Harún, puesto que éste percibía que atentaban contra su gobierno, además, experimentaba resentimiento y celos hacia el Imam por la influencia que ejercía entre los musulmanes como líder y, también los celos y calumnias de algunos alauitas hacia el Imam provocaron que Harún al Rashid reaccionara enérgicamente contra el Imam.
Durante este tiempo, se realizaron numerosas protestas por parte de los musulmanes y de los alauitas contra los califas abasíes, la más importante de ellas fue el levantamiento de Husain ibn Alí, o el levantamiento del mártir de Faj durante el gobierno de Musa ibn al Mahdi al Hadí. Esta sedición, es una de las rebeliones de los alauitas contra los abasíes, liderada por Husain ibn Alí ibn Hasan quien es uno de los descendientes del Imam Hasan (P) y mejor se la conoce como el dueño de Faj. Esta rebelión se organizó en Medina y provocó su muerte y de la mayoría de sus compañeros. Como esta revuelta se realizó en la región de Faj, cerca de La Meca, se la conoce como el levantamiento de Faj o dueño de Faj. En realidad, el rival más importante de los abasíes fueron los alauitas y fue natural que el gobierno los controlara de forma severa.
Los representantes del Imam Musa (P) en diferentes regiones se dedicaban a difundir el verdadero Islam, es decir, explicar de forma correcta el mensaje del Islam.
Desde el punto de vista de quienes detentaban el poder durante esos largos años, el Imam Kazim fue un intruso.
El islam del Profeta (P), el islam del Corán, el islam de las batallas de Badr y Hunayn, el islam del antilujo, el islam contra la discriminación, el islam partidario de los menesterosos y el islam agobiante de los arrogantes no era útil para quienes querían fingir, en otras palabras, aquellos que, valorando la naturaleza del Faraón, querían encubrirse como seguidores de Musa (P) y aquellos que, valorando la naturaleza de Nimrod, querían encubrirse como seguidores de Abraham (P). Pero este hecho, no fue viable y tuvieron que distorsionar el islam. Definitivamente, no fue posible eliminar el islam del corazón y la mente de los individuos, porque la gente era creyente, sino más bien, tenían que modificar y vaciar el islam de su verdadero espíritu, contenido y naturaleza. El Imam, transmitía los preceptos del Islam a la población de otras regiones mediante estos representantes. La multiplicidad de estas bases y las relaciones del Imam con los chiitas -quienes manifestaban la extensión de la escuela/tendencia divina del islam- ocasionaron que la organización del califato aarónico sospechara del Imam Kazim (P) y, después de un tiempo con la perfidia de algunos detractores que afirmaban que había dos califas en el mundo islámico -uno era Harún y el otro, el Imam Musa ibn Yafar- incitaron la susceptibilidad del califa Harún, este hecho, lo condujo a manifestar un duro comportamiento contra el Imam (P).
La gran influencia del Imam (P) y de los alauitas entre la población por ser descendientes del Mensajero de Dios, y también por ser obligatorio obedecer a los Imames, es la causa principal del temor del gobierno abasida hacia los partidarios del Imam.
Este fue el motivo por el qué el Imam Kazim (P) fuera encarcelado dos ocasiones por parte de Harún, con la intención de interrumpir la conexión entre el Imam con sus bases y representantes. La segunda vez, duró cuatro años y lo condujo a la muerte.
Harún ordenó el arresto del Imam en la mezquita. Ordenó que se prepararan dos caravanas, la una se dirigía hacia Kufa y la otra hacia Basora. Dispuso que el Imam acompañara a una de estas caravanas. Se realizó este hecho, con el propósito de evitar que la población no sepa dónde estaría encarcelado el Imam.
Los últimos días de la vida del Imam Kazim (P) transcurrieron en prisión (en Bagdad) bajo el cuidado de al Sendi ibn Shahak. Con la orden de Harún al Rashid, Sendi envenenó al Imam y falleció tres días después. Luego del martirio del Imam Kazim (P) y con orden de Sendi ibn Shahak, colocaron su cuerpo en el puente de Bagdad y anunciaron a la población que el Imam Musa ibn Yafar había fallecido de forma natural. Sendi trasladó a los juristas de Bagdad hasta el cuerpo del Imam para que comprueben que no existían heridas, ni asfixia y que el Imam había fallecido de forma natural. Incluso se dice también que Harún no se abstuvo de verter plomo fundido en la garganta del Imam. Lo único que obligó a Harún a realizar tales justificaciones -pese a todo su dominio y poder- era para demostrar que su hecho no fuera negado y, además, que sea odiado por la población.
Sin embargo, se estableció el movimiento intelectual del Imam Kazim (P) en la sociedad y penetró tanto que, incluso llegó a la Corte de los tiranos.
Por ejemplo, el Imam Kazim (P) había colocado a uno de sus compañeros llamado Ali ibn Yaqteen al interior del gobierno reinante, e igualmente, había obtenido el cargo de Ministro, hecho realizado de tal manera que fue aprobado por Harún.
Por supuesto, no hay que creer y aceptar el gobierno de tiranos y usurpadores, sino más bien, es necesario hacer uso del intelecto para elegir a los gobernantes, aunque desde el punto de vista material, se obtengan beneficios. Incluso hoy en día las palabras del Imam son consideradas como una consigna de creencia entre sus discípulos. Uno de sus compañeros -Safwan Yamal- quien era propietario de muchos camellos, tenía la costumbre de alquilarlos a sus coterráneos. Harún también había alquilado algunos de estos camellos. El Imam le preguntó a Safwan: “¿Esperas recuperar los camellos que alquilaste a Harún?, ¿estás satisfecho de que él sobreviva y te pueda devolver tu dinero?” Safwan respondió afirmativamente. El Imam continuó: “Cómo puedes sentirte alegre de que sobreviva un tirano cruel y logres obtener una retribución, este hecho, no se espera de ti”.