Por Roberto Chambi Calle para Shafaqna.
Uno de los aspectos fundamentales en la vida de los musulmanes es la realización del Hayy (Peregrinación) a la Kaaba en la Ciudad de la Meca, al menos una vez en la vida siendo ésta una obligación para los creyentes, establecida esta orden por Dios, pues “La primera Casa erigida para los hombres es, ciertamente, la de Bakka, casa bendita y dirección para todos. Hay en ella signos claros. Es el lugar de Abraham y quien entre en él estará seguro. Dios ha prescrito a los hombres la peregrinación a la Casa, si disponen de medios. Y quien no crea… Dios puede prescindir de las criaturas.” (Corán 3:96,97) esta peregrinación se la realiza en el mes de Dhul Hiyya último mes del calendario islámico.
Dentro de los ritos religiosos del Hayy ya casi en su culminación, está la Fiesta del Sacrificio, siendo ésta la mayor fiesta de los musulmanes después de Eid Al Fitr (Fiesta del Ayuno), un evento que siempre da una lección de vida y fe para todos los creyentes; pero fundamentalmente para reafirmar la obediencia absoluta a Dios, y es que el hecho de ofrecer sacrificios no siempre es una tarea fácil, al menos para los que tienen una fe débil, y no así para los verdaderos creyentes como los Profetas, que no obstante de ello estos también son tentados por las fuerzas malignas tal cual están narradas en los dichos del Profeta Muhammad (PBUH).
Eid Al Adha (2) siempre recuerda el deber y el compromiso de los creyentes con Dios, aquel sacrificio realizado por el Profeta Abraham (P) fue el mayor ejemplo de cómo un hombre cuando tiene una fe absoluta no duda en ningún momento para complacer a su creador, recordemos que éste durante muchos años había estado pidiendo que se le otorgue un hijo; pues por la edad avanzada de su esposa no podía ser padre, pidiéndole a Dios: “¡Señor! ¡Regálame un hijo justo!” (Corán 37:100), al cual Dios le respondió; “Entonces, le dimos la buena nueva de un muchacho benigno” (Corán 37:101), este niño amado más adelante y que por una orden divina era pedido por Dios para que pueda ser sacrificado en la hoguera como una muestra de su fe y obediencia.
A veces en la vida muchas personas no pueden tener hijos; hemos sido testigos que de muchas parejas en la actualidad no pueden tener descendencia y que hacen hasta lo imposible por tener una, ahora imaginemos que después de esforzase tanto para ser padres tengan que sacrificarlo como una muestra de obediencia y amor a Dios, ¿Lo harían? ¿Sacrificarían a ese hijo que tanto habían esperado?
El Profeta Abraham (P) habiendo recibido la orden mediante un sueño toma la firme decisión de ofrecerlo en sacrificio. Este pasaje tan sublime está narrado en el Sagrado Corán en la Sura Al Safat (Los puestos en Fila) aleyas 102 al 109:
“Y, cuando tuvo bastante edad como para ir con su padre, dijo: «¡Hijito! He soñado que te inmolaba. ¡Mira, pues, qué te parece!» Dijo: «¡Padre! ¡Haz lo que se te ordena! Encontrarás, si Dios quiere, que soy de los pacientes»”. (102)
“Cuando ya se habían sometido los dos y le había puesto contra el suelo…” (103)
“Y le llamamos: ¡Abraham!” (104)
“Has realizado el sueño. Así retribuimos a quienes hacen el bien” (105)
“Sí, ésta era la prueba manifiesta.” (106)
“Le rescatamos mediante un espléndido sacrificio” (107)
“y perpetuamos su recuerdo en la posteridad” (108)
“¡Paz sobre Abraham!” (109)
No hay duda que la orden Divina debía ser cumplida, según los exegetas del Corán, el hijo de Abraham (P) tenía 13 años y que de acuerdo a la cosmovisión islámica este era Ismael (P) y no Isaac (P), siendo este hecho una prueba muy grande para este hombre, el cual había esperado por mucho tiempo tener un hijo a tal fin debía ofrecer en sacrificio a su hijo el amado, el primogénito quien noches antes había soñado este hecho en tres ocasiones siendo de esta manera confirmada la orden; ya que él sabía que los sueños debían cumplirse, pues a nivel profético esta debía ser acatada al ser una orden directa de Dios.
Pero no solo el Profeta Abraham (P) estaba determinado a complacer a su señor; sino también su hijo Ismael (P) dando el niño un ejemplo de sacrificio por el amor a Dios y a su padre, pues le dijo: “¡Padre! ¡Haz lo que se te ordena! Encontrarás, si Dios quiere, que soy de los pacientes”. (Corán 37:102) Tanto el padre como el hijo se habían sometido a la prueba más grande que Dios todopoderoso les había dado.
El Corán narra de manera magnánima y pura los aspectos esenciales de este gran sacrificio, ¿Pero, qué pasó antes de llevarse a cabo esta ofrenda? Muchos exegetas y estudiosos en ciencias Coránicas apuntaron por ejemplo que Ismael (P) para complacer a su señor, así como no preocupar a su madre le dijo a su padre “¡Padre! Átame los pies y las manos muy fuerte con las cuerdas para no moverme y así complacer a Dios pues quizás al moverme se reduzcan sus bendiciones” – asimismo agregó – “¡Padre amado! afila bien el cuchillo para que de manera rápida atraviese mi garganta y así Dios se complazca con nosotros” y también le dijo “Padre! quítame la camisa de mi cuerpo así no se manchará con sangre pues tengo miedo que mi madre la vea – agregando – envíale mis saludos y si es que mi camisa no se mancha dásela a mi madre pues cada vez que este triste, al oler y abrazarla encuentre consuelo(3)”.
Momento a momento, el tiempo se iba terminando, pues debía cumplirse la orden divina, el Profeta Abraham (P) habiendo visto el consuelo de su hijo, lo abrazó y besó hundiéndose ambos en un llanto profundo, al respecto narra el Corán: “Cuando ya se habían sometido los dos y le había puesto contra el suelo…” (Corán 37:103).
Esperar casi toda una vida y al final entregarlo en sacrificio a Dios, sin duda no es una cuestión sencilla y fácil no cabe duda que Abraham (P); así como su hijo tan pequeño estaban preparados y satisfechos por complacer al creador, pues la fe hacia Dios era todo, es increíble como dos siervos de Dios sin importar nada en este mundo hayan complacido a su señor. Respeto a este sacrificio noble de ambos siervos de Dios hay narraciones que dicen que cuando se estaba realizando este el Ángel Gabriel (AS) decía en voz alta: “¡Allah es el más grande!, ¡Allah es el más grande!” e Ismael (P) Decía: “¡No hay más divinidad más que Allah y Allah es el más grande!” en ese mismo instante también Abraham decía: “Allah es el más grande y todas las alabanzas son sólo para Allah!” siendo que hoy esa frase sigue siendo usada por los que realizan el Hayy.
Al ver Dios a su siervo y de cómo éste cumplía su orden, envió un carnero para que en vez de sacrificar a su hijo (4) el carnero ocupe su lugar para ser ofrendado.
Hoy en pleno siglo XXI muchos musulmanes del mundo viajan a la santa ciudad de la Meca en Arabia Saudita para hacer sus plegarias y para cumplir los ritos del Hayy; así como celebrar esta gran fiesta como es el Eid Al Adha, ya que seguir el ejemplo del Profeta Abraham (P) es una de los deberes de todos los creyentes, demostrando que con paciencia, fe ciega y sumisa a Dios podemos solucionar los problemas mundanales, así como de nuestro ego, pues hoy vemos a una sociedad que está dividida, aferrada a las materialidad, alejada de los principios espirituales, siendo ello un motivo para que los enemigos del islam puedan permearse y destrozar la civilización islámica alejándonos de enseñanzas divinas.
Los musulmanes deben ser conscientes que las palabras dadas en el Corán; así como como los dichos del Profeta Muhammad (PBUH) hoy más que nunca deben ser practicados, pues esa es la única vía para que los hombres y mujeres de fe puedan ser exitosos, hay muchos ejemplos en el Corán, así como en la tradiciones de los Profetas, por lo tanto se debe seguir estos modelos de vida, porque solo obedeciendo los mandatos divinos se es íntegro, no cabe duda que eso a veces implica sacrificios, pero debemos preguntarnos ¿Cuántas veces nos hemos sacrificado por Dios? ¿Realmente hemos ofrecido algo a Dios y lo hemos cumplido? ¿Cuántas veces en cada año nuevo nos hicimos promesas de rezar más, ser buenos, ser caritativos, ayudar a los necesitados? ¿Hemos cumplido esas promesas?
Hacer sacrificios como lo hizo Abraham (P) no se compara con las pequeñeces que nosotros podemos hacer ¿Entonces, por qué no comprometernos con Dios y empezar a obedecer y hacer los sacrificios por su causa? Hoy en día muchos problemas aquejan a los musulmanes por ejemplo el hambre, las enfermedades o el amedrentamiento a los más débiles, siendo que nuestro compromiso y nuestro sacrificio debe ser por los más necesitados, en tal sentido debemos estar dispuestos a superar los problemas y dificultades de la UMMA islámica, ya que Dios todopoderoso siempre nos pone a prueba; así como en su momento el Imam Hussein (AS) sacrificó su vida, la de su familia y de sus compañeros con el único fin de hacer respetar y obedecer la orden divina, por ello si uno quiere ser victorioso en esta y en la otra vida debe obedecer de forma absoluta los mandatos divinos.
Notas:
1- Teólogo e investigador especialista en religiones comparadas por la Universidad Internacional “Al Mustafá” en la Santa Ciudad de Qom-Irán y miembro de la Asociación de la Comunidad Islámica Ahlul Bait de Bolivia (ACIABOL).
2- Eid al-Adha o Aid al-Adha (en árabe, عيد الأضحى [ʿīd al-aḍḥā]), traducida como Celebración del Sacrificio
3- Exegesis Coránica por temas, bajo la supervisión del Ayatola Makarem Shirazi, Tomo 19, p. 127-130, Teherán, 1983
4- Al respecto el Seyed Naimatullah Musawi Yazaire en su libro: “Historia de la vida de los profetas” Fund. Imam Ali, Beirut del año 2004, narra en la pag. 137-138 sobre el sacrificio: “…Que Ismael le pidió a su padre: “Cuando me sacrifiques, no mires a mis ojos. Tal vez así me vea favorecido con la benevolencia de Dios”. De cualquier forma, Ibrahim colocó la cara de su querido hijo sobre la tierra, entonces tomó el cuchillo y comenzó a cortar con fuerza y rapidez el cuello de su hijo, mientras que lo único que llevaba adelante a su alma excitada era el amor a Dios. El cuchillo no hizo ningún corte en el cuello de Ismael. Ibrahim nuevamente con fuerza trató de cortar el cuello; pero el cuchillo no cortó. Entonces Ibrahim Jalil gritó “¡Corta !; pero Dios ordenó que no lo haga, y el cuchillo únicamente obedeció al mandato de Dios. “Un espléndido sacrificio”, se refiere a que en lugar de Ismael sacrificarás a un cordero grande. Ibn Abbas argumenta: “Este cordero es el mismo animal que Abel ofreció en sacrificio a Dios, y lo consideran espléndido ya que pastó durante cuarenta años en el paraíso. “Y los hemos bendecido a él y a Isaac”, de su descendencia vendrán hijos laudables con grandes beneficios y fortunas hasta el día del juicio final. “Entre su descendencia”, a los descendientes de Ibrahim e Issac”.
Por Roberto Chambi Calle para Shafaqna.