Francia experimenta un aumento alarmante de actos de profanación de tumbas, cementerios, mezquitas, iglesias, y sinagogas por razones que oscilan entre la apología del terrorismo, el racismo y el más puro vandalismo desalmado.
Hace meses fueron profanadas numerosas tumbas musulmanas en el cementerio de Draguignan (Var). Durante el paréntesis del confinamiento se produjeron muchos actos de vandalismo de diversa procedencia.
Iniciado el desconfinamiento vuelven a dispararse las alertas e inquietud, que ya eran muy altas a finales del 2019, cuando se multiplicaron las denuncias de profanaciones de cementerios, iglesias, sinagogas y lugares de culto musulmán, según informó ABC.
Abdallah Zekri, presidente del Observatorio Nacional contra la Islamofobia ha comentado de este modo el proceso en curso: «Se trata de profanaciones contra tumbas y cementerios cristianos, judíos y musulmanes. Se trata de actos de individuos desalmados, sin sin escrúpulos, inquietantes».
Monseñor Alain Planet, obispo de las diócesis de Carcassonne y Narbonne, comenta los más recientes atentados y actos de vandalismo antireligioso: «Desgraciadamente, esos actos, la profanación de cementerios, iglesias, mezquitas y sinagogas son muy numerosos. En la mayoría de los casos, se trata de jóvenes que no tienen la más mínima idea de lo que hacen. Nos encontramos ante una generación que no tiene la cultura ni los medios para comprender lo que hacen y que se expresan a través de la profanación. Estamos ante el abismo de un mundo desalmado al que se ha privado de toda trascendencia».