Este 5 de enero el Rey emérito, Juan Carlos I, cumple 81 años. El monarca, uno de los protagonistas de la transición entre la dictadura de Francisco Franco y la democracia, llevó a la Corona a la máxima aceptación social en los primeros años de reinado. No obstante, su figura quedó fuertemente debilitada en los últimos tiempos al frente de la jefatura del Estado, por lo que tuvo que apartarse y dar paso a su hijo, Felipe de Borbón, en junio de 2014.
Desde los vínculos con Franco hasta el caso Noós, la monarquía bajo Juan Carlos I encadenó una serie de polémicas que llevó a la monarquía a ser una de las instituciones con menos crédito de España. Este es un repaso por su reinado que tuvo no uno, sino varios y sonados momentos para recordar.
La sucesión de Juan Carlos I a la cabeza de España tras el régimen de Francisco Franco ha sido siempre uno de los puntos más discutidos sobre el monarca, que juró los principios de la dictadura al asumir su cargo en 1975. Unos años antes, en 1970, el Rey emérito realizó unas declaraciones en la televisión pública de Suiza en las que alababa al mismísimo dictador.
En pleno deterioro de la dictadura, que ya afrontaba los últimos años, Juan Carlos afirmó en la conversación de la televisión suiza que Franco "salvó a España de la crisis de 1936", o lo que es lo mismo, del golpe de Estado que dio el dictador. Dijo además que Franco había sentado las "bases del desarrollo" y que era un "ejemplo" para el monarca.
La Cumbre Iberoamericana del 2007 tuvo un claro protagonista. Y este fue Juan Carlos I. Mientras intervenía el entonces presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, el que fuera presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se dedicó a interrumpirle constantemente descalificando a su predecesor, José María Aznar, con quien se las había tenido por su gestión ante el golpe de Estado en el país suramericano en 2002.
La impertinencia de Chávez despertó una expresión espontánea del Rey, que no dudó a mandar a callar al jefe de Estado venezolano con la ya conocida: "¿Por qué no te callas?", le soltó Juan Carlos, lo que sirvió para que Chávez bajara el tono y dejara de interrumpir a Zapatero, que rechazó las palabras del presidente de Venezuela en las que descalificaba a Aznar. Unos minutos después el Rey volvió a dar el cante al abandonar la cumbre cuando hablaba el presidente de Nicaragua por estar en disconformidad.
A finales del 2011 tuvo lugar uno de los acontecimientos que más marcaron la imagen de la Casa Real y que debilitaron el reinado de Juan Carlos. Uno de los yernos del Rey y marido de Cristina de Borbón, Iñaki Urdangarin, fue imputado junto a sus socios en una rama del caso Palma Arena. En un primer momento, la Infanta no fue encausada pese a ser copropietaria de una empresa implicada en el caso.
Posteriormente, se imputó a la infanta Cristina por blanqueo de capitales y delito fiscal y en 2014 declaró ante los juzgados por su supuesta implicación. Una declaración en la que aseguró no saber nada de la trama de corrupción: Hasta 579 veces dijo al juez "No me acuerdo", "No lo sé" o "No me consta". La escena de la infanta en los juzgados debilitó la imagen de la Casa Real en el año en que Juan Carlos I cedió el trono a Felipe de Borbón.
Cinco años después, en 2012, un escándalo salpicó la Casa Real. Varios medios internacionales publicaron la increíble fortuna oculta de la Casa Real, que The New York Times llegó a cifrar en 1.800 millones de euros. La opacidad de las cuentas, que alcanzaban altas cifras, se tuvo que añadir a otra revelación unos meses después: el rey Juan Carlos recibió una herencia de más de dos millones de euros por parte de su padre, Juan de Borbón, y no la declaró.
La herencia que recibió en 1993 constaba de tres cuentas con 7.955.775 francos suizos, lo que equivalía a más de 700 millones de pesetas de la época. Este dinero quedó en varias cuentas en el extranjero y fue recibido por el mismo Juan Carlos I y sus dos hermanas, Pilar y Margarita de Borbón.
45.000 euros. Es lo que le costó al Rey emérito un safari en el que se dedicaba a matar elefantes, un animal que por cierto está en peligro de extinción. La polémica sumó el rechazo de los animalistas y el escándalo por el coste del tour, que no tardó en relacionarse con el coste económico que supone mantener la Casa Real española.
Uno de los momentos más recordados fueron las declaraciones del monarca en el hospital tras ser intervenido por una fractura en la cadera que se provocó en el mismo paseo por la sabana. "Lo siento mucho, me he equivocado. No volverá a ocurrir", soltó el rey Juan Carlos.
A la herencia no declarada de Juan Carlos, se tendría que añadir en 2016 otro escándalo fiscal en la Casa Real. La Agencia Tributaria abrió una investigación a Pilar de Borbón por estar en los famosos papeles de Panamá, la filtración de documentos confidenciales del bufete de abogado panameño Mossack Fonseca.
La hermana mayor de Juan Carlos sería la presunta propietaria de una empresa situada en Panamá llamada Delantera Financiera SA, una empresa que estuvo activa desde 1974 hasta el 24 de junio del 2014, cinco días después de la abdicación del rey Juan Carlos.