El estudio visibiliza el aumento de casos de abortos espontáneos y malformaciones congénitas en la localidad sureña de Córdoba, Monte Maíz. La revista Journal of Environmental Protection publicó estas investigaciones realizadas por la Red Universitaria de Ambiente y Salud (Reduas).
El pasado 23 de marzo, el Journal of Environmental Protection publicó la investigación donde Reduasdio a conocer algunas de las circunstancias que vive la población de Monte Maíz. La localidad sufre malformaciones como consecuencia de la exposición a agrotóxicos.
Desde Reduas, destacaron que la publicación anteriormente “fue duramente injuriada y difamada por los representantes del agronegocio en nuestra universidad, a quienes no les agradaron los resultados, pero la realidad, como el sol, no puede ser tapada con la mano”.
Además, explicaron que este trabajo es su homenaje al doctor Andrés Carrasco, “quien cuando publicó su paper sobre cómo el glifosato inducía malformaciones en un modelo experimental en vertebrados expuestos a glifosato, fue perseguido y agraviado por la autoridades del CONICET. Acá queda demostrado que sus descubrimientos eran ciertos”, aclaran en la introducción al documento.
Argentina utiliza anualmente 240 000 toneladas de glifosato en agricultura industrial. Los médicos de las áreas agrícolas perciben un cambio en el perfil de morbilidad; ahora los trastornos reproductivos parecen prevalecer.
El estudio ecológico constó de un análisis ambiental de las fuentes de contaminación, que incluyó mediciones de glifosato y otros plaguicidas. A ello se le sumó un estudio transversal de abortos espontáneos y prevalencia de anomalías congénitas.
Los especialistas detectaron glifosato en el suelo y en el polvo de granos. La concentración era aún mayor en el suelo del interior del pueblo que en el área rural. En la región, se usan anualmente 650 toneladas de glifosato. El resultado es una carga de exposición ambiental al glifosato de 79 kilogramos por persona por año. No encontraron otras fuentes relevantes de contaminación.
Las tasas de aborto espontáneo y anormalidades congénitas son tres y dos veces más altas que el promedio nacional reportado por el Ministerio de Salud nacional. Ni la edad materna ni los hábitos tóxicos ni la pobreza pueden explicar la alta tasa de abortos espontáneos en Monte Maíz. Parece haber un vínculo claro entre la exposición a pesticidas, incluido el glifosato, y la pérdida del embarazo.
Todos estos datos sin embargo no son suficientes para hacer afirmaciones de causa y efecto. Se requieren estudios adicionales con diseños para tales propósitos.
El glifosato interfiere con el metabolismo vital de las plantas, pero no con las plantas transgénicas. Para ellas, se generó una ruta metabólica alternativa usando bioingeniería. En 1996 se introdujo la soja GM en Argentina y su uso ha continuado expandiéndose debido a los altos beneficios de comercialización y cosecha fácil. A medida que aumenta la extensión de este cultivo, también lo hace el uso de glifosato.
El glifosato se encontró en el 100% de las muestras de polvo de suelo y cascarilla de granos, la concentración fue 10 veces mayor que la de otros pesticidas. Esto demuestra que, de todos los pesticidas que contaminan el medioambiente, el glifosato es el más prevalente.
Monte Maíz muestra los efectos de este modelo agrícola. El auge de la producción en la región, el alto nivel de vida de su población y la reubicación de los agricultores locales en el pueblo. Un total de 650 toneladas de glifosato por año se concentran, manipulan y rodean la ciudad, y desde allí salen diariamente para ser aplicados en los campos.
La investigación detectó un ambiente urbano severamente contaminado por glifosato y otros plaguicidas. Además, identificó frecuencias elevadas de anormalidades congénitas y aborto espontáneo. Desde el punto de vista de la salud colectiva, se requiere recomendar la aplicación de medidas preventivas para proteger a la población de esta exposición ambiental.