En Bernardo de Irigoyen, a 100 kilómetros de Rosario (Argentina), viven 2 mil habitantes, que subsisten trabajando en actividades relacionadas a la agricultura. Allí vive Ludmila Terreno, que con sólo dos años tiene su sangre envenenada con glifosato.
Roberto Schiozzi, vecino del lugar y fundador del Centro Ecológico del Paraná de Coronda, habló con Aire de Santa Fe: Schiozzi acompañó a la familia Terreno a radicar la denuncia en el Ministerio Público de la Acusación de su provincia.
Consultado sobre el caso de Ludmila sostuvo, “esta familia me vino a pedir una mano para poder iniciar acciones legales y de esa manera lograr protección. No lo dudé ni un minuto y me puse a disposición, no es posible que para demostrar que nos están matando tengamos primero que morir”.
El humilde hogar de la familia Terreno linda con un depósito de agrotóxicos de la firma José Pagliaricci. En el mismo se almacena tanto glifosato como Round Up, algo prohibido en las zonas urbanas, ya que debería respetar las ordenanzas que nadie se esfuerza por hacer cumplir.
En el mes de noviembre del año pasado, la niña estuvo internada 30 días debido a su pérdida de peso y deshidratación, ya que un cuadro de vómitos severos la invadió. Esto alertó a sus familiares que rápidamente la trasladaron hasta el S.A.M.CO de Barrancas, para terminar en el Hospital de Niños de Santa Fe. Fue en el Alassia donde los pediatras le diagnosticaron la presencia de glifosato en su sangre.
Con la probabilidad cierta de contraer leucemia, algo que los especialistas no descartan, la pequeña Ludmila pelea por recuperarse.
“Hace años que este pueblo dejó de ser lo que era, hoy los intereses son los que manejan sus destinos. Duele ver cómo nos envenenan diariamente ante la vista de las autoridades políticas, siento que la vida ha perdido valor”, afirmó Schiozzi.
Valoró la recepción que tuvieron por parte del fiscal Jorge Nessier: “Por suerte hemos encontrado una respuesta positiva del fiscal, quién rápidamente se puso a trabajar. La recopilación de pruebas médicas y del terreno afectado fue lo primero que se realizó, esperamos novedades alentadoras en los próximos días”, expresó al programa Rebeldes Sin Siesta.
“Ese depósito (el de Pagliaricci) debe retirarse del lugar, existe un barrio lindante que está en riesgo como cada uno de nosotros, es una locura que esta gente lave las máquinas fumigadoras en ese sitio. Esto no se soluciona con multas, si con la prohibición y control verdadero”, manifestó el entrevistado.
Todo el pueblo acompaña a la familia Terreno: Ludmila se convirtió en el símbolo de la resistencia de Bernardo de Irigoyen, de quienes quieren volver a vivir sin veneno en la sangre.
Fuente: Diario El Sol