Javier Milei consiguió una foto de fuerte impacto en uno de los momentos más sensibles de su Gobierno. El presidente argentino recibió al secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, una de las figuras centrales de la Administración de Donald Trump. El encuentro llega tras el espaldarazo de la Casa Blanca a Buenos Aires, que derivó en la concreción de un nuevo crédito del Fondo Monetario Internacional por 20.000 millones de dólares.
"El motivo de mi presencia hoy es que es un día clave. Quería venir hoy para mostrar mi apoyo al presidente Milei y su compromiso con lo que considera histórico para rescatar a Argentina del abismo", declaró el alto funcionario estadounidense tras el encuentro. "Lo vamos a apoyar siempre que lo necesite", enfatizó.
Bessent valoró el rumbo fiscal y monetario del Ejecutivo y confió en que los mercados "van a reaccionar positivamente" a la nueva etapa del programa económico iniciada tras el anuncio del acuerdo con el FMI. Además, el funcionario confirmó el inicio de negociaciones con Argentina para reducir aranceles al comercio bilateral.
Pero el gesto de respaldo también incluyó un mensaje geopolítico: Bessent instó a "dejar atrás" el swap —intercambio de monedas— con China, en línea con lo planteado días atrás por Mauricio Claver-Carone, el enviado de Trump para América Latina. Así, el apoyo norteamericano se consolida con señales claras: apoyo financiero sí, pero condicionado al alejamiento de Pekín.
El espaldarazo político coincidió con la puesta en marcha de las nuevas medidas económicas del Gobierno, que incluyeron la unificación del tipo de cambio y la liberalización parcial del mercado cambiario. En su primer día, el mercado respondió con calma: el dólar mayorista cerró a $1.230 y el libre se ubicó en torno a $1.210, con una devaluación controlada del 11% y sin signos de corrida. La señal fue interpretada por el oficialismo como un aval de los inversores al rumbo adoptado.
Para el sociólogo y analista internacional Sebastián Schulz, el episodio representa mucho más que un respaldo económico. Según el especialista, la afinidad ideológica entre el argentino y su par estadounidense ha sido una apuesta estratégica que ahora empieza a dar resultados tangibles: "El crédito tiene un claro componente político, que marca la afinidad entre Trump y Milei".
El alineamiento, cultivado desde la campaña presidencial y reforzado en eventos como la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), terminó por consolidarse con el acuerdo del FMI. "Milei y Caputo refuerzan alianzas con la Casa Blanca para hacer posible el crédito. Finalmente, el alineamiento en el CPAC y en cada instancia internacional tuvo su fruto", explicó el investigador.
Para Schulz, el respaldo llega en un momento clave. "Estamos ante un potencial momento bisagra para el Gobierno, que venía de varias semanas de fuerte incertidumbre política y económica", remarcó.
Aunque la fotografía del encuentro entre Bessent y Milei fue celebrada por el oficialismo como un nuevo gesto de deferencia de Washington, Schulz enfatiza que la afinidad entre los mandatarios "no debe confundirse con un apoyo sin límites".
"Para Estados Unidos, la economía local está por encima de cualquier otro factor", alertó el experto, quien recordó que la aprobación del préstamo del FMI coincidió con nuevas tensiones comerciales impulsadas por la Casa Blanca.
En efecto, mientras se confirmaba el crédito, la Administración de Trump anunció la puesta en marcha de aranceles de un 10% para productos argentinos. En ese marco, la postura de Bessent al solicitar el fin del swap con China puede leerse no solo como un gesto de alineamiento, sino también como una advertencia sobre los límites de la relación bilateral.
"Más allá de este apoyo, Trump está desplegando una política perjudicial para Argentina. La puesta en marcha de los aranceles impacta en nuestro país, que ni siquiera quedó eximido", subrayó Schulz.
Fuente: Sputnik