En una rueda de prensa en Ginebra, junto con otros funcionarios de la ONU, Fakhri expresó su preocupación por la grave situación que afecta a 2,3 millones de residentes de Gaza.

"¿Cómo es posible que Israel mate de hambre a 2,3 millones de personas tan rápida y completamente?", cuestionó Fakhri, enfatizando el devastador impacto del bloqueo israelí, que ha detenido prácticamente toda la ayuda humanitaria a la región. Reiteró la alarmante naturaleza de la situación, afirmando: "Esto no es un alto el fuego en ningún sentido. Es una disminución de la violencia militar, pero... un despliegue de muerte por inanición".

Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, se hizo eco de las opiniones de Fakhri, advirtiendo que incluso si las hostilidades cesaran de inmediato, las consecuencias de la destrucción persistirían, describiendo la crisis actual como una forma de genocidio. Destacó la escalada de violencia en Cisjordania, afirmando: «La violencia genocida se está filtrando», y expresó su frustración por la inacción de la comunidad internacional, preguntándose: «¿Cuántas advertencias necesitaremos?».

Sumándose al discurso, Ben Saul, relator especial de la ONU sobre la protección de los derechos humanos, condenó las propuestas del gobierno estadounidense de reubicar a la población de Gaza, calificándolas de ilegales y violatorias del derecho internacional. «Quebrantaría las normas más fundamentales del orden internacional y la Carta de las Naciones Unidas desde 1945», afirmó Saul, subrayando que cualquier decisión futura sobre Gaza debe estar en consonancia con las aspiraciones del pueblo palestino.

Las duras advertencias de la ONU ponen de relieve una crisis humanitaria urgente en Gaza y exigen atención y acción internacional inmediata para abordar la tragedia que se está desarrollando.

Fuente: Al Manar