La tranquilidad en la aldea de Khirbet al-Hammam, al oeste de Siria, se vio perturbada la semana pasada cuando estalló nuevamente la violencia, frustrando las esperanzas de que el conflicto se calmara, informó el miércoles The Washington Post .
Los proyectiles disparados por antiguas fuerzas rebeldes impactaron zonas residenciales, cobrándose la vida de un adolescente y avivando los temores de brutales represalias tras el derrocamiento del régimen de Bashar al-Assad.
En lugares como Khirbet al-Hammam, una aldea predominantemente alauita , el miedo ha ensombrecido la atmósfera . Mientras el nuevo liderazgo de Siria, encabezado por Hay'at Tahrir al-Sham (HTS), emprende una campaña para identificar los restos del antiguo régimen, las comunidades alauitas denuncian una escalada de violencia, que incluye asesinatos , desapariciones, palizas e intimidación sectaria, menciona el informe.
Indicó que este resurgimiento de la violencia plantea un desafío temprano para el nuevo gobierno de Siria liderado por HTS, que lideró la coalición que derrocó a al-Assad en diciembre.
El grupo había prometido inicialmente inclusión y protección para las minorías. Sin embargo, las demandas de venganza contra los miembros del antiguo régimen han aumentado a medida que los sirios desplazados regresan a las ciudades.
El HTS ha prometido unificar las facciones militantes de Siria en una sola entidad militar. Sin embargo, como esta iniciativa aún está pendiente, identificar a los autores de la violencia y sus motivos sigue siendo una tarea compleja.
Los residentes de Khirbet al-Hammam sugirieron que el ataque de la semana pasada, lanzado por las fuerzas del nuevo gobierno, podría haber sido un intento erróneo de atacar a Shujaa al-Ali, un conocido partidario de Assad de un pueblo cercano. Otros especularon que el ataque podría haber estado dirigido contra miembros de los hombres de Ali que pasaban por la zona.
HTS no respondió inmediatamente a las preguntas sobre el asalto, aunque emitió declaraciones el jueves pasado afirmando que las operaciones en la región tenían como objetivo neutralizar lo que llamó "restos" del régimen de al-Assad.
El Washington Post señaló que la aldea ofrece poca evidencia de favoritismo hacia el antiguo gobierno de al-Assad.
Iyad Holo, un pintor de 40 años, contó el momento en que un proyectil cayó cerca de su casa, salvándose por poco él y su hijo. “Dios nos salvó”, dijo. Trágicamente, Amin al-Youssef, de 16 años, murió frente a la casa de Holo mientras conducía una motocicleta con su hermano, quien resultó herido.
Los alauitas se han convertido en el blanco de una ira generalizada. “¡Terroristas! ¡Todos son terroristas!”, gritó un hombre a las puertas de un puesto de control del HTS en Homs, dirigiéndose a un barrio alauita que fue acordonado por el HTS después de una protesta el 25 de diciembre.
Las tensiones aumentaron aún más cuando apareció en Internet un vídeo en el que se veía a hombres armados atacando un santuario alauita en Alepo. Aunque HTS atribuyó el acto a fuerzas externas no identificadas, el incidente amplificó los disturbios en las zonas de mayoría alauita.
La protesta del 25 de diciembre en Homs terminó en un baño de sangre. El grupo terrorista HTS culpó a los infiltrados partidarios del régimen de incitar a la violencia, mientras que los habitantes locales acusaron a los combatientes rebeldes de disparar contra los manifestantes. Al menos una persona murió y, al día siguiente, los combatientes del HTS cerraron varios barrios alauitas, impidiendo que los coches entraran e interrogaran a los residentes.
“No tenemos ningún problema con los alauitas”, dijo Fadi, un combatiente del régimen del HTS de la provincia de Idlib. “Nuestro problema son aquellos que trabajaron con la banda de criminales”.
Fuente: Al Mayadeen