Las condenas han llegado desde todo el mundo árabe e islámico tras un llamamiento del “ministro de seguridad nacional israelí” de extrema derecha, Itamar Ben-Gvir, para construir una sinagoga dentro del complejo de la mezquita Al-Aqsa en Jerusalén Oriental ocupada.
Ben-Gvir afirmó el lunes que los judíos tienen derecho a rezar en la mezquita Al-Aqsa y dijo que construiría una sinagoga en el lugar del conflicto, lo cual viola las normas internacionales en relación a la jurisdicción de Al-Aqsa, que no le corresponde al régimen usurpador.
Es la primera vez que el supremacista israelí habla abiertamente sobre la construcción de una sinagoga dentro del complejo de la mezquita, aunque en los últimos meses ha pedido repetidamente que se permitan las oraciones a colonos ilegales en el lugar.
El Ministerio de Asuntos Exteriores saudí afirmó el martes que rechaza categóricamente el llamado de Ben-Gvir y “las continuas provocaciones a los sentimientos de los musulmanes en todo el mundo”.
Subrayó la necesidad de “respetar el estatuto histórico y jurídico de la mezquita Al-Aqsa” y renovó su llamamiento a la comunidad internacional para que asuma sus responsabilidades y ponga fin a la catástrofe humanitaria palestina.
También se pide que se activen mecanismos serios para exigir cuentas a los funcionarios israelíes por sus reiteradas violaciones del derecho y las normas internacionales.
Palestina denunció el llamado de Ben-Gvir como un intento de arrastrar a toda la región a una “guerra religiosa”.
“El pueblo palestino no aceptará ningún daño a la mezquita Al-Aqsa, que es una línea roja que no se puede cruzar bajo ninguna circunstancia”, dijo el portavoz de la Autoridad Palestina, Nabil Abu Rudeineh, en un comunicado.
El Partido Justicia y Desarrollo (AK) de Turquía condenó los comentarios del ministro israelí de extrema derecha calificándolos de “viles”.
"Los comentarios del ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, sobre la construcción de una sinagoga en el lugar donde se encuentra la mezquita Al-Aqsa son una declaración vil y maldita que ataca a todos los musulmanes y a la humanidad", dijo el portavoz, Omer Celik, en X.
El Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio afirmó que Israel es legalmente responsable de respetar el status quo en la Mezquita Al-Aqsa y de preservar los lugares sagrados islámicos y cristianos.
Instó a Israel a cumplir con sus obligaciones como potencia ocupante y “poner fin a esas declaraciones provocadoras destinadas a aumentar la escalada y la tensión en la región”.
El status quo, vigente desde antes de la ocupación israelí de 1967, establece que el Waqf islámico en Jerusalén, bajo el Ministerio de Awqaf y Asuntos Islámicos de Jordania, es el responsable de gestionar la Mezquita Al-Aqsa, que es un lugar de culto exclusivo para musulmanes.
Sin embargo, desde 2003, la policía israelí ha permitido unilateralmente a colonos ilegales entrar en la mezquita Al-Aqsa los días de semana, excepto viernes y sábados, sin la aprobación del Waqf islámico.
Jordania calificó el llamado de Ben-Gvir como “una violación del derecho internacional y una provocación inaceptable que requiere una posición internacional clara que la condene”.
Su declaración “alimenta el extremismo y busca cambiar el status quo histórico y legal en Jerusalén y sus lugares sagrados mediante la imposición de nuevos hechos y prácticas impulsados por una narrativa excluyente e intolerante”, agregó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Qatar también denunció el llamado del ministro israelí como “una extensión de los intentos de cambiar el estatus histórico y legal de la mezquita Al-Aqsa”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar subrayó la necesidad de que la comunidad internacional adopte medidas urgentes “para determinar la ocupación (israelí) y asumir sus responsabilidades morales y legales hacia Jerusalén y sus lugares sagrados”.
La Organización para la Cooperación Islámica también denunció el llamado de Ben-Gvir como una “flagrante violación de las Convenciones de Ginebra y el derecho internacional”.
En una declaración, la OCI afirmó que Jerusalén “es parte integral de los Territorios Palestinos ocupados en 1967 y la capital del Estado de Palestina”.
El bloque panislámico consideró a Israel plenamente responsable de las consecuencias de sus “continuas violaciones y ataques sistemáticos que provocaron los sentimientos de los musulmanes en todo el mundo”.
La mezquita de Al-Aqsa se considera el tercer lugar más sagrado del Islam. Los judíos llaman a esta zona el Monte del Templo, ya que suponen que allí se encuentran dos antiguos templos judíos.
Israel ocupó Jerusalén Oriental, donde se encuentra Al-Aqsa, durante la guerra árabe-israelí de 1967. En 1980, Israel se anexionó toda la ciudad, una decisión que nunca ha sido reconocida por la comunidad internacional.
Israel ha enfrentado la condena internacional por su brutal genocidio en la Franja de Gaza que ha matado a más de 40.400 personas desde octubre, a pesar de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exige un alto el fuego inmediato.