El sistema de pagos del BRICS, similar al sistema SWIFT occidental, puede acabar con el dominio global del billete verde y reconfigurar el panorama de comercio mundial.
El SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunications) es una red de mensajería que las instituciones bancarias financieras usan para transmitir información e instrucciones seguras a través de un procedimiento estandarizado de códigos.
Este Sistema Interbancario Internacional tiene alrededor de 11.000 entidades financieras en más de 200 países. Su sede está en Bélgica, pero en su junta directiva hay ejecutivos de bancos estadounidenses. Además, una legislación federal estadounidense permite a Washington sancionar a bancos y reguladores de otras partes del mundo.
Asimismo, Estados Unidos cuenta con una participación especial en el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos estados miembros poseen una cantidad “equilibrada” de votos en función de su posición relativa en la economía mundial. Washington disfruta del 17,69 % (grandes economías como China y Japón tienen menos del 5 %) y, como todas las decisiones claves deben contar con un apoyo del 85 % en la Junta de Gobernadores, técnicamente el país del Norte es el único con derecho a veto.
Un reciente artículo del portal financiero Bloomberg señala que algunos de los pilares de la hegemonía económica de Estados Unidos son el sistema SWIFT, el dólar y el sistema de casa de limpieza de los pagos interbancarios (Chips).
Tras la operación militar especial lanzada por Rusia para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, Washington y sus aliados Occidentales desconectaron a Moscú del SWIFT (ya lo habían hecho con Irán) y también amenazaron a China con hacerlo. Ante esa situación, esos países y otros bloqueados por Estados Unidos, iniciaron una carrera para crear sistemas alternativos con el propósito de liberarse de ese chantaje en medio de una fuerte guerra financiera.
Funcionarios del Banco Central de Rusia informaron que desde hace unos años crearon una plataforma alternativa al SWIFT, conocido como Sistema para la Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS). Incluso, ampliaron la posibilidad de unirse al Sistema Internacional de Pagos de China (CIPS), análogo al SWIFT para facilitar las operaciones entre las dos naciones.
El vicepresidente de la Duma (Parlamento) estatal, Alexander Babakov dijo que la agenda financiera de los BRICS, similar al SWIFT, tiene como principal iniciativa la construcción de una nueva realidad económica que resuelva un sistema de mensajería financiera propios para el Grupo que compensen las transacciones de las contrapartes de sus miembros y el papel relacionado con los bancos.
De esa forma, el BRICS puede crear un nuevo sistema de pagos sin incorporar el dólar y utilizar sus monedas locales para las liquidaciones comerciales, lo que brindará un apalancamiento a esa alianza integrada actualmente por nueve naciones,(Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía).
Los encargados con esa tarea en el Grupo han trabajado para que el sistema garantice un alto nivel de seguridad y protección de datos para evitar ataques cibernéticos y acceso no autorizado a la información financiera.
En el caso de Rusia, a quien Estados Unidos y los países occidentales le han impuesto miles de “sanciones”, sus intercambios con monedas nacionales con el BRICS pasaron del 26 % en 2021 al 85 % en 2023, mientras que con China ya alcanza el 92 % de los 240.000 millones en transacciones.
Lo cierto es que Washington con su prepotente política económico-financiera contra otras naciones, esta provocando que cada día el dólar como moneda de intercambio internacional continúe perdiendo espacio. Por eso le tiene tanto pavor al fortalecimiento del BRICS que puede marcar un antes y un después en su ya decadente hegemonía.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.