El 17 de mayo de 2024 entró en vigor la Ley Europea de Libertad de los Medios de Comunicación (EMFA – en sus siglas en inglés), que establece un nuevo conjunto de normas para proteger el pluralismo y la independencia de los medios de comunicación. Sin embargo, parece haber serias dudas sobre su eficacia.
Aprobado por la mayoría de los diputados del Parlamento Europeo, el EMFA obliga a los Estados europeos a proporcionar a los medios de comunicación una financiación estable, garantizar la independencia de la política editorial, excluir la discriminación, proteger contra la eliminación injustificada de contenido por parte de las grandes plataformas digitales. Se prohibió por separado el uso de equipos y sistemas de espionaje contra periodistas. En su lugar los medios de comunicación deben garantizar la pluralidad de opiniones y una cobertura imparcial y exhaustiva de los hechos, lo que parece un buen comienzo, pero que, en realidad, es solo un papel.
Pegasus y Predator contra la prensa
En los últimos años en Europa se ha acumulado una importante historia de violaciones de los derechos de la prensa y de persecución ilegal de periodistas por parte de los servicios de seguridad y las empresas de seguridad privadas. En Francia, en 2021, se desveló el seguimiento de los servicios especiales marroquíes a los empleados de los medios de comunicación franceses Le Monde, Agence France-Presse, France 24 con el sistema de espionaje telefónico Pegasus desarrollado por los servicios especiales israelíes. Ese mismo año, el mismo programa fue utilizado activamente en Hungría para escuchar ilegalmente los smartphones de periodistas, reporteros y propietarios de empresas de medios de comunicación cercanos al primer ministro del país, Viktor Orbán.
En el año 2022 se dió a conocer un terrible escándalo en Grecia, donde el Servicio Nacional de Inteligencia usó otro programa de espionaje llamado Predator para vigilar ilegalmente a los medios de comunicación locales de oposición. En 2022, en España se descubrieron que el gobierno había utilizado un programa israelí durante tres años para escuchar los teléfonos de al menos cuatro periodistas catalanes.
Estos son solo los casos más destacados y escandalosos que se han hecho públicos, y en cada uno de ellos se han organizado investigaciones por parte de las fuerzas de seguridad de los respectivos países. Sin embargo, todos ellos siempre han terminado ocurriendo lo mismo: la ausencia de consecuencias serias para los propios infractores, es decir, prácticamente nada.
Libertad de prensa, sí….. pero con censura
Uno de los objetivos de la elaboración de EMFA era prevenir la práctica del espionaje a periodistas por parte de las autoridades y garantizar las condiciones para el trabajo de la prensa. Sin embargo, la ausencia de personas castigadas por vulnerar los derechos de la prensa y entrometerse en la vida de los periodistas, evidencia la falta de voluntad de los órganos nacionales del poder ejecutivo y los funcionarios europeos para resolver este problema. Además, las agencias de seguridad nunca renunciarán voluntariamente a esta posibilidad, sino que, por el contrario, se esforzarán por controlar los medios de comunicación, imponer un solo punto de vista, excluir cualquier oposición en los medios y el pensamiento crítico.
Aquí esta el otro ejemplo: en los últimos años, hemos visto un aumento significativo en la popularidad de los recursos de noticias digitales que funcionan en las plataformas de redes sociales, en primer lugar, en la plataforma Telegram. Este servicio ha convertido en una de las principales fuentes de información independiente para un montón de gente. Los políticos de la oposición en muchos países de Europa tienen sus canales en Telegram y aumentan con éxito el alcance de su público de esta manera.
Sin embargo, esta situación no satisface a las autoridades que pretenden tener un monopolio en el ámbito de los medios de comunicación. En Alemania, Francia, la República Checa, Noruega y varios otros Estados europeos se introducen prohibiciones administrativas para el uso de esta plataforma por parte de ciertas categorías de ciudadanos y funcionarios. En casi todos los países europeos, se bloquean los canales que transmiten información incómoda para las autoridades bajo pretextos en su mayoría inventados. Además, la necesidad de promover esta práctica se ha debatido en reuniones de gobiernos, se ha discutido en mesas redondas y en conferencias de varios expertos. ¿Qué es esto sino un intento de justificar la necesidad de la censura? ¡Y esto a pesar de que el EMFA ha entrado en vigor!
Los periodistas están en la mira
No hay duda de que los periodistas independientes son uno de los objetivos prioritarios de los ataques, ya que se ven afectados por la influencia destructiva de los partidos políticos cuando cubren las campañas electorales. Miren lo que está pasando en Rumanía, que ha entrado en un período electoral difícil, con elecciones al Parlamento Europeo, elecciones presidenciales en septiembre y elecciones al Parlamento nacional en diciembre. ¡Es difícil imaginar cuántos medios de comunicación independientes sobrevivirán a la creciente presión!
En muchos países de Europa, los periodistas de la oposición están siendo sometidos a procesos judiciales, están siendo objetos de una online-persecución contra ellos y sus fuentes, y sus vidas están cambiando por culpa del uso de los programas Pegasus y Predator. Todo ello sucede con el consentimiento tácito de las autoridades, con el EMFA formalmente operativo.
Lamentablemente, esta situación se ha convertido en la norma para muchos estados de Europa. La ley EMFA, que es correcta y muy necesaria, por culpa de las autoridades locales y la burocracia europea, de hecho se ha vuelto ineficaz. Poco a poco están convertiéndose en uno de los documentos obsoletos, que no valen el papel en el que están impresos.
Solo queda el derecho del más fuerte….. nada de personal
Si se quita el velo de las bellas palabras, las buenas intenciones y las leyes correctas pero ineficaces, una cosa se queda clara: la libertad de expresión y de prensa en Europa aún existen y conservan su independencia, pero ya están siendo atacado.
El uso generalizado y descontrolado de los programas Pegasus y Predator por parte de las autoridades supone una grave amenaza, que socava la libertad de la prensa y en definitiva demuestra la incapacidad de la Unión Europea para corregir los lagunas existentes en su base normativa.
Los grandes partidos políticos y las burocracias europeas buscan controlar la prensa independiente e imponer su dominio sobre la información, pero no se detendrán, ya que tienen la razón del más fuerte. Por eso los intentos de excluir puntos de vista alternativas serán cada vez más insistentes.
Los medios de comunicación europeos independientes se enfrentan a una turbulencia severa, así que hay que estar preparados y luchar. No hay que esperar la ayuda del EMFA, solo hay que confiar en uno mismo y en sus colegas periodistas.