La oposición venezolana ha afirmado que ganó las elecciones del 28 de julio, acusando al presidente Nicolás Maduro de “fraude”.
La supuesta evidencia que los líderes de la oposición venezolana y sus aliados han citado para justificar esta afirmación es un sondeo a boca de urna realizado por una empresa que está estrechamente vinculada al gobierno de Estados Unidos y que trabaja para medios de propaganda estatales estadounidenses que fueron fundados por la CIA.
Una empresa con sede en Nueva Jersey llamada Edison Research publicó una encuesta a boca de urna el día de las elecciones que proyectaba que el candidato de derecha, Edmundo González Urrutia, ganaría con el 65% de los votos, en comparación con sólo el 31% de Maduro.
Esta encuesta fue citada por un dirigente de la oposición de extrema derecha de Venezuela, Leopoldo López, así como por medios de comunicación occidentales como el Washington Post, Wall Street Journal y Reuters.
Algunas empresas encuestadoras dentro de Venezuela están dirigidas por figuras de la oposición y son conocidas por su sesgo político. La firma independiente más respetable del país es la encuestadora Hinterlaces, que estimó en su encuesta a pie de urna que Maduro obtuvo el 54,6% de los votos, frente al 42,8% de González.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela informó que Maduro ganó las elecciones con el 51,2% de los votos, mientras que González recibió el 44,2% y los otros ocho candidatos de la oposición obtuvieron el 4,6% combinados. Estos resultados estuvieron cerca de lo que proyectó Hinterlaces, pero muy lejos de lo que afirmó Edison Research.
El Departamento de Estado de EEUU, que ha respaldado varios intentos de golpe de estado en Venezuela, se negó a reconocer la victoria de Maduro. El secretario de estado, Antony Blinken, cuestionó los resultados.
Por otra parte, los observadores electorales internacionales afirmaron que la votación fue libre y justa. Los observadores independientes del Gremio Nacional de Abogados (National Lawyers Guild) de Estados Unidos escribieron que su delegación en Venezuela “observó un proceso de votación transparente y justo con atención escrupulosa a la legitimidad, el acceso a las urnas y el pluralismo”. Condenaron enérgicamente los “ataques de la oposición al sistema electoral así como el papel de Estados Unidos en socavar el proceso democrático”.
Aunque la encuesta a boca de urna de Edison Research ha sido ampliamente citada por los medios estadounidenses para arrojar dudas sobre los resultados electorales de Venezuela, no es un observador imparcial. De hecho, entre los principales clientes de Edison se incluyen los medios de propaganda del gobierno estadounidense, que están vinculados a la CIA, como Voz de América (Voice of America), Radio Free Europe/Radio Liberty y Middle East Broadcasting Networks.
Estos medios estatales están operados por la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (US Agency for Global Media), un órgano con sede en Washington que se utiliza para difundir desinformación contra los adversarios de EEUU.
Edison Research también ha trabajado con el medio de comunicación estatal de Reino Unido, la BBC.
La Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (US Agency for Global Media) y sus órganos de propaganda estatal
Además de su trabajo en Venezuela, Edison ha realizado encuestas sospechosas en Ucrania, Georgia e Irak – áreas del mundo que el Departamento de Estado de EEUU considera altamente estratégicas y que son blanco de la incesante injerencia de Washington.
Las investigaciones internacionales de Edison están dirigidas por el vicepresidente ejecutivo de la empresa, Rob Farbman. También fue citado en el comunicado de prensa sobre la encuesta a boca de urna en Venezuela y fue nombrado como el contacto para el estudio.
La página web de la firma estadounidense señala que “Farbman gestiona la investigación internacional de Edison con especialización en Medio Oriente y África para clientes como BBC, Voice of America, Middle East Broadcasting Networks y Radio Free Europe/Radio Liberty”.
Estos medios de comunicación estatales estadounidenses son una parte clave de lo que el New York Times describió en 1977 como una “red mundial de propaganda construida por la CIA”.
El Times identificó a Radio Free Europe y Radio Liberty (así como a Radio Free Asia y Free Cuba Radio) como “empresas de radiodifusión de la CIA”.
De hecho, Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL) afirma en su propia página web: “Inicialmente, RFE y RL fueron financiadas principalmente por el Congreso de Estados Unidos a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)”.
Cuando comenzó, la Radio Europa Libre/Radio Libertad se llamaba la “Radio Liberación del Bolchevismo”, antes de cambiar su nombre a Radio Liberación en 1956 y Radio Libertad en 1963.
Este medio de propaganda estatal estadounidense fue una herramienta clave de la guerra de la información durante la primera guerra fría contra la Unión Soviética y sus aliados. Hoy ha seguido difundiendo desinformación sobre países como Venezuela, Cuba, China, Rusia e Irán.
En su perfil de LinkedIn, el vicepresidente ejecutivo de Edison Research, Rob Farbman, escribió que ha supervisado “las encuestas electorales para clientes internacionales, más recientemente en Venezuela, Irak, Ucrania y la República de Georgia”.
Farbman añadió que “gestiona el trabajo de Edison con organizaciones de radiodifusión internacionales como la BBC, Radio Free Europe/Radio Liberty y Voice of America”.
En LinkedIn, Farbman también afirma que “Edison trabaja con una amplia gama de clientes comerciales, gobiernos y ONG”, aunque no reveló cuáles son esos gobiernos.
Los clientes corporativos de Edison incluyen los monopolios de Big Tech (los gigantes tecnológicos) como Amazon, Apple, Facebook, Google y Oracle, que tienen miles de millones de dólares en contratos con la CIA, el Pentágono y otras agencias gubernamentales de Estados Unidos.
Los medios de propaganda estatales de Washington están supervisados por la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM). La matriz de la USAGM es la Agencia de Información de Estados Unidos (USIA).
La USAGM se financia a través del Congreso. Para el año fiscal 2025, el presupuesto del presidente Joe Biden solicitaba 950 millones de dólares para la agencia de propaganda estadounidense.
La USAGM se jactó en su Justificación del Presupuesto del Congreso de que su audiencia se ha duplicado en la última década. Según la agencia de propaganda estadounidense, las operaciones de desinformación de Washington “llegan a 420 millones de personas semanalmente en 63 idiomas y en más de 100 países”.
En su página web, la USAGM enfatiza que sirve a los “intereses a largo plazo de Estados Unidos”.
En 1994, el Congreso aprobó la Ley de Radiodifusión Internacional, que mantuvo la financiación del gobierno estadounidense para estos órganos de propaganda tras el fin de la primera guerra fría.
Esta legislación, cuyo texto la USAGM tiene en su página web, establece que el trabajo de estos medios de propaganda estadounidenses debe “ser consistente con los objetivos generales de política exterior de Estados Unidos”, y que están “promoviendo las metas de la política exterior de Estados Unidos”.
Para sostener que hubo un supuesto fraude electoral en las elecciones del 28 de julio, la oposición venezolana respaldada por Estados Unidos utilizó otra táctica engañosa, distorsionando los gráficos publicados por el medio de comunicación TeleSUR.
En su campaña de desinformación, la oposición de derecha de Venezuela recibió una gran ayuda de Elon Musk, el oligarca milmillonario y propietario de Twitter (ahora conocido como X.com).
Musk ha recibido miles de millones de dólares en subsidios del gobierno de EEUU, al mismo tiempo que brinda asistencia al ejército de Ucrania y ayuda en las operaciones de desestabilización de EEUU en Irán. También apoya activamente la campaña presidencial de 2024 de Donald Trump.
El milmillonario director ejecutivo de la empresa Tesla respaldó un golpe de estado liderado por la extrema derecha en 2019 contra Evo Morales, el presidente socialista de Bolivia, quien había sido elegido democráticamente. Tras el golpe, un crítico en Twitter acusó “al gobierno de Estados Unidos [de] organizar un golpe contra Evo Morales en Bolivia para que [Musk] pudiera obtener el litio allá”. El oligarca respondió escribiendo: “¡Hagamos un golpe a quien queramos! Acéptalo”.
El día antes de las elecciones de 2024 en Venezuela, Elon Musk tuiteó un apoyo entusiasta a la lideresa de la oposición de extrema derecha, María Corina Machado, quien ha pedido repetidamente una intervención militar de EEUU para derrocar al gobierno venezolano.
Después de la votación, Musk se hizo eco de las afirmaciones infundadas de la oposición, sosteniendo que hubo un “gran fraude electoral por parte de Maduro”.
Como supuesta prueba, Musk y varias figuras de la oposición venezolana señalaron un gráfico de TeleSUR, una emisora de izquierda que ha sido financiada por varios gobiernos de América Latina y tiene sede en Caracas.
Un diseñador gráfico de TeleSUR cometió un error y creó un gráfico engañoso que mostraba a los demás candidatos de la oposición con el 4,6% de los votos cada uno. En realidad, hubo 10 candidatos en las elecciones presidenciales de Venezuela, y las otras ocho figuras menores de la oposición sólo recibieron el 4,6% en conjunto.
Parte de esta confusión se debió al lenguaje utilizado en el anuncio del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. En una conferencia de prensa la noche de las elecciones, el presidente del CNE, Elvis Amoroso, informó que Maduro obtuvo el 51,2% de los votos, frente a Edmundo González con el 44,2%, y agregó que los “otros candidatos obtuvieron 462.704 [votos], un 4,6%”.
En esta conferencia de prensa y en su comunicado escrito, el CNE agrupó a los otros ocho candidatos. El diseñador gráfico de TeleSUR no especificó que ese 4,6% se repartió entre los ocho candidatos.
Si bien este error fue claramente un problema grave en la transmisión de TeleSUR, no fue prueba de un supuesto fraude electoral.
Por el contrario, los observadores internacionales, como los del Gremio Nacional de Abogados de EEUU, dijeron que monitorearon un proceso electoral en Venezuela que fue libre y justo.
Esta no es de ninguna manera la primera vez que la oposición venezolana denuncia un supuesto fraude, sin ninguna evidencia concreta. En respuesta a cada elección presidencial reciente, han hecho afirmaciones similares, remontándose a la primera carrera presidencial exitosa de Maduro en 2013.
Al igual que Edison Research, la oposición de derecha de Venezuela está estrechamente vinculada al gobierno de Estados Unidos.
Organizaciones estadounidenses de poder blando como la Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy en inglés, o la NED) y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (la USAID) han gastado muchos millones de dólares en financiar y capacitar a grupos de oposición en Venezuela, incluidos partidos políticos, medios de comunicación y las llamadas ONG.
Washington ha patrocinado numerosos intentos de golpe de estado en Venezuela, incluido uno en 2002 en el que oficiales militares venezolanos respaldados por EEUU derrocaron brevemente al presidente democráticamente electo Hugo Chávez. (Aunque después, el pueblo se levantó, llenó las calles y restauró a Chávez en el poder.)
En otro intento de golpe de estado en 2019, la administración de Donald Trump reconoció a Juan Guaidó, un poco conocido político opositor de derecha, como el supuesto “presidente interino” de Venezuela, a pesar de que nunca había participado en una elección presidencial.
El opositor venezolano Juan Guaidó con el presidente de EEUU Donald Trump en la Casa Blanca en 2019
Washington procedió a confiscar miles de millones de dólares en activos venezolanos en el extranjero, en violación del derecho internacional. Al mismo tiempo, impuso sanciones unilaterales ilegales y un embargo brutal que buscaba aplastar la economía del país.
Un funcionario de la administración Trump se jactó de que las sanciones eran como el estrangulamiento mortal de Darth Vader de Star Wars (La guerra de las galaxias), asfixiando la garganta de la economía venezolana.
La Administración de Información Energética de EEUU presumió en 2019 de que, debido a la devastadora guerra económica, la producción de petróleo de Venezuela se desplomó al nivel más bajo en décadas, privando al estado de los ingresos que necesitaba para financiar los programas sociales.
Según la principal experta en sanciones de la ONU, la relatora especial Alena Douhan, “las sanciones unilaterales cada vez más impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y otros países han exacerbado la” crisis económica en Venezuela. Dicha experta informó que “los ingresos del gobierno se redujeron en un 99% y el país vive actualmente con el 1% de sus ingresos previos a las sanciones”.
En un estudio publicado por el Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR), un grupo de investigación ubicado en Washington, los economistas Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs estimaron que las sanciones estadounidenses causaron 40.000 muertes en Venezuela entre 2017 y 2018.
Este gráfico demuestra como las sanciones de EEUU dañaron la producción de petroleo en Venezuela.
El asesor neoconservador de seguridad nacional de Trump, John Bolton, admitió en una entrevista con CNN que la operación que supervisó en Venezuela fue un intento de golpe de estado.
Durante el golpe, uno de los principales aliados de Guaidó fue María Corina Machado, una poderosa figura de la oposición de extrema derecha. Sin embargo, cuando Guaidó ni siquiera logró acercarse al poder en Caracas, a pesar del firme apoyo de Washington, la extremista Machado ascendió hasta convertirse en la lideresa de facto de la oposición venezolana.
A Machado se le prohibió presentarse a las elecciones de 2024 debido a los numerosos delitos que ha cometido, entre ellos, la participación en varios intentos de golpe violentos; sus llamados para que el ejército estadounidense invadiera Venezuela; y su cabildeo para que Washington, en sus palabras, imponga “más sanciones”, para provocar la “asfixia total financiera” de su país.
Durante años, Machado ha dirigido organizaciones de oposición financiadas por el gobierno de Estados Unidos. Es tan cercana a Washington que fue invitada personalmente a la Casa Blanca para una reunión individual con el presidente George W. Bush en 2005. (La administración Bush había respaldado el golpe militar contra Chávez que fue brevemente exitoso en 2002, que Machado también apoyó.)
Machado era en gran medida el poder detrás del principal candidato de la oposición que se postuló contra Maduro en la carrera de 2024, Edmundo González Urrutia. Machado hizo campaña por él, y la noche del 28 de julio realizó una conferencia de prensa en la que afirmó, sin ninguna evidencia, que habían ganado las elecciones, declarando: “Venezuela tiene nuevo presidente electo, y es Edmundo González”.
La opositora venezolana María Corina Machado con el presidente de EEUU George W. Bush en la Casa Blanca en 2005
El vicepresidente ejecutivo de Edison Research, Rob Farbman, no es el único empleado de la empresa que ha trabajado extensamente con los medios de propaganda del gobierno estadounidense.
La asesora principal de Edison, Nino Japaridze, también trabajó para la Junta de Gobernadores de Radiodifusión de EEUU, RFE/RL y Voice of America, así como para la BBC de Londres.
La Junta de Gobernadores de Radiodifusión es el órgano de propaganda del gobierno de EEUU que pasó a llamarse la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales en 2018.
En 2019, Japaridze concedió una entrevista amistosa al medio de propaganda estadounidense Voice of America para discutir “la importancia de la independencia de los medios para la democracia de Georgia”.
Washington ha apuntado a Georgia en los últimos años, buscando llevar al ex país soviético a la esfera de influencia imperial estadounidense. Desde 2008, el gobierno de EEUU ha insistido en que Georgia y Ucrania se conviertan en miembros de la OTAN, a pesar de la oposición no sólo de Rusia sino también de Alemania y Francia.
La presión de Washington sobre Georgia se aceleró enormemente en 2024, cuando el parlamento del país votó a favor de un proyecto de ley que exigía que las organizaciones que recibieran más del 20% de su financiamiento del exterior del país se registraran como agentes extranjeros.
Las organizaciones estadounidenses de poder blando como la NED, junto con otros gobiernos occidentales, financian a muchos grupos de la llamada “sociedad civil” pro UE y a varios medios de comunicación pro OTAN en Georgia, que se verían obligados a registrarse como agentes extranjeros en virtud de esta ley.
El Departamento de Estado de EEUU presionó intensamente contra el proyecto de ley, e incluso impuso sanciones a los funcionarios georgianos que lo apoyaron.
Quizás no sea sorprendente, dados sus vínculos con el gobierno de EEUU, que Edison Research publicara una encuesta en diciembre de 2023 que afirmaba que un asombroso 90% de la gente en Georgia quiere vínculos estrechos con la Unión Europea, que el 80% quiere vínculos estrechos con Estados Unidos y que solo el 43% quiere estrechos vínculos con Rusia. Esto confirmó la narrativa de Washington justo en el momento en que intensificaba su campaña de presión intervencionista contra el país.
Fuente: Geopolitica Económica