El 17 de mayo de 2024 el Mando Central de EEUU (CENTCOM) puso en funcionamiento un muelle flotante temporal frente a la costa de Gaza. La construcción del muelle formaba parte supuestamente de una respuesta internacional rápida para asegurar mayores flujos de ayuda humanitaria y asistencia a Gaza en medio del genocidio israelí y del aumento de la alarma por la hambruna generalizada y la inseguridad alimentaria que afectaba a dos millones de personas palestinas. Sin embargo, desde que se anunció el proyecto muchas voces han expresado escepticismo sobre la eficacia del muelle e inquietud ante los planes del ejército estadounidense en torno al muelle y su posible función al servicio de los objetivos militares y políticos israelíes a largo plazo. De hecho, la llegada del primer cargamento de ayuda humanitaria vía el muelle coincidió con la extensión por parte de Israel de su operación militar en Rafah y la ocupación del paso fronterizo de Rafah, la única vía hacia Egipto para los palestinos y palestinas de Gaza.
Este artículo examina los datos disponibles relacionados con las operaciones del muelle y desentraña los muchos incentivos que aporta su desarrollo para los principales actores geopolíticos. Sitúa al muelle dentro de la estrategia a largo plazo de Israel tanto para Gaza como para Palestina en su conjunto, al utilizar la infraestructura como ventana para comprender los objetivos regionales más amplios del régimen. Temporal o no, este análisis sostiene que el muelle no debe considerarse como una mera iniciativa humanitaria a corto plazo sino también como símbolo del sostenido impulso imperial y colonial de EEUU e Israel.
El muelle flotante se adentra 550 metros en el mar y mira al corredor de Netzarim, donde se han establecido importantes bases militares e instalaciones logísticas israelíes para dividir las regiones norte y sur de Gaza, y atrincherar una presencia israelí más permanente. Una vez que alcance plena capacidad, los ejércitos estadounidense e israelí se coordinarán para permitir el transporte diario de entre 90 y 150 camiones de ayuda desde el muelle a Gaza, una cifra muy alejada de los 500 camiones que se necesita para satisfacer las necesidades básicas de los y las palestinas, según datos de NNUU. Merece la pena destacar, no obstante, que desde su lanzamiento, por el muelle sólo han llegado unos 250 camiones cargados de ayuda.
Se supone que los envíos de ayuda aprobados por Israel y procedentes de Chipre los transportarán directamente desde el muelle a la costa organizaciones internacionales de asistencia, y los descargarán y almacenarán en instalaciones de seguridad antes de distribuirlos. La administración estadounidense ha reiterado que las tropas de su ejército que operen en el muelle no estarán estacionadas en suelo de Gaza sino que seguirán ubicadas en buques flotantes estadounidenses situados a millas de la costa.
La construcción inicial y la preparación para el funcionamiento del muelle costó unos 230 millones de dólares pero es posible que los costes hayan aumentado como consecuencia de recurrentes contratiempos. Aunque supuestamente se había planeado que el muelle estuviera operativo únicamente 90 días, los retrasos han hecho que se desconozca la duración del proyecto. Por otra parte, aunque la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otros socios internacionales están cooperando con el ejército estadounidense para entregar la ayuda por el muelle, la Agencia de Obras Públicas y Asistencia de NNUU para las Personas Refugiadas de Palestina (UNRWA) sigue excluida de la iniciativa, en una clara maniobra de EEUU para marginar el papel de este organismo internacional.
Si el vecino Egipto ha expresado aparentemente preocupación por que se utilice el muelle para entregar ayuda en lugar de los pasos terrestres existentes, muchos otros actores –incluida la Unión Europea (UE), Estados europeos individuales y Emiratos Árabes Unidos (EAU)– han acogido con satisfacción esta misión y han expresado su disposición a participar en ella. Controlado por EEUU, el muelle forma parte de y colabora, por ejemplo, con la Iniciativa Amalthea de Chipre. Desarrollado a finales de 2023, el plan Amalthea involucra a un comité europeo multinacional –con representación de Israel– para recoger, almacenar e inspeccionar ayuda humanitaria en el puerto de Larnaca para ser posteriormente enviada a Gaza en barcos escoltados por buques de guerra.
Para comprender el impacto potencial del muelle flotante en su conjunto hay que examinarlo más allá de sus objetivos explícitos y temporales. A continuación se esbozan algunas de las formas en que el muelle se integra en la estrategia de EEUU e Israel a largo plazo.
Desde el comienzo del genocidio la administración estadounidense ha aprovechado las iniciativas humanitarias para encubrir su agenda política y sus calculados intereses. Por ejemplo, los lanzamientos aéreos de ayuda estadounidense (bastante ineficaces) llevados a cabo en cooperación con Estados aliados se han utilizado para modificar la percepción pública de su papel de agresor en el genocidio de Gaza a la de agente humanitario. El muelle es un ejemplo más de esa estrategia y se está utilizando para mitigar las presiones internas y exteriores derivadas de las acusaciones que implican a EEUU en los bombardeos, en la hambruna y en la obstrucción de la ayuda por parte de Israel. Ante la inminencia de las elecciones presidenciales, la administración Biden está intentando a la desesperada blanquear su complicidad con una pátina de iniciativas humanitarias.
La realidad, sin embargo, es que el muelle flotante se adapta a los objetivos políticos y militares estadounidenses en la región, y podría marcar el inicio de una presencia militar propia y continuada en el Mediterráneo oriental. Con dicha presencia EEUU reforzaría su control sobre los pasos marítimos en un contexto de escalada de las tensiones de seguridad en el Mar Rojo como consecuencia de los ataques de los Houthi contra buques comerciales conectados con el régimen israelí o con EEUU. De ser así, el muelle podría usarse también como línea logística y de suministro militar permanente para la base militar estadounidense recientemente ampliada en el desierto del Négev, afianzando así una presencia estadounidense relevante y estratégica.
El sector privado estadounidense también está aprovechando la oportunidad de beneficiarse del sufrimiento palestino en Gaza. Así lo demuestra la aparición en escena de la empresa privada Fogbow. Dirigida por un grupo de exoficiales militares estadounidenses, agentes de la CIA y personal diplomático, Fogbow se creó en 2022, aunque su primer proyecto ha sido una propuesta de alquiler de barcazas a organismos gubernamentales para entregar suministros humanitarios a Gaza. Responsables de Fogbow han confirmado que tienen previsto utilizar el muelle estadounidense para facilitar la entrada de ayuda en Gaza, y algunos han especulado con que el ejército estadounidense ceda en algún momento las operaciones del muelle a esta empresa. Asimismo la empresa está actualmente en conversaciones con destacados empresarios palestinos del exterior de Gaza, como Bashar Masri, para explorar oportunidades de cooperación en el almacenamiento y la distribución de ayuda en Gaza. De llevarse a cabo, el plan de Fogbow podría redefinir, por lo tanto, la relación económica entre Gaza y Cisjordania.
El funcionamiento del muelle flotante no solo sirve a los intereses estadounidenses. De hecho, medios de comunicación israelíes informaron en marzo de 2024 de que el propio concepto del muelle fue ideado en primea instancia por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu a finales de octubre de 2023. A pesar del papel de EEUU como cabeza del actual proyecto de muelle cabe recordar que el gobierno israelí promovió una iniciativa similar hace unos años en forma de isla flotante frente a la costa de Gaza. Al igual que el muelle actual, la isla se propuso para facilitar la entrega de ayuda humanitaria y no tener que utilizar los pasos fronterizos terrestres establecidos. No debe sorprender, por tanto, que los responsables israelíes hayan dado la bienvenida al reciente proyecto financiado por EEUU, también el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, que ha declarado que el muelle ayudaría a “la caída del gobierno de Hamás en Gaza”.
Merece la pena subrayar este punto: al evitar todos los pasos fronterizos terrestres de Gaza, el muelle flotante también evita la supervisión de Hamás y margina aún más su función gubernamental en la administración de la ayuda. De este modo, como sugiere Gallant, Israel cuenta con el muelle para acelerar la pérdida de poder del movimiento.
Lo mismo puede decirse del papel de la UNRWA, que sigue excluida del proyecto del muelle y a la que Israel lleva mucho tiempo desautorizando. La repentina presencia y participación de organizaciones bien financiadas como World Central Kitchen [del cocinero español José Andrés] y Fogbow, junto con el PMA y USAID, alimentan la falsa idea de que la UNRWA es reemplazable. Egipto, en su papel de árbitro principal de la ayuda a Gaza a través del cruce de Rafah, es un tercer actor marginado por el muelle flotante; marginación que no ha hecho más que aumentar desde que Israel ocupó Rafah, incluido el cruce, en abril de 2024.
Esta marginación de actores clave permite a Israel sentar las bases de una reordenación de Gaza. De hecho, la ubicación del muelle al final del corredor de Netzarim no es baladí. El ejército israelí comenzó la construcción de la carretera conocida como Ruta 749 en octubre de 2023, y completó su llegada al mar en marzo de 2024; dos meses después entró en funcionamiento y consolidó el muelle. Por lo tanto, la ubicación del muelle flotante al frente de la línea divisoria de Israel a través de Gaza sugiere que en el futuro el ejército israelí tendrá un papel determinante en la distribución de la ayuda: la asistencia humanitaria podría convertirse en una herramienta de control indefinida sobre la población de Gaza.
Esta función encaja a la perfección con los planes a largo plazo de Israel para el territorio, que incluyen el cierre total del paso fronterizo de Rafah, poner fin a las operaciones de la UNRWA y remodelar el liderazgo de la administración local. Una estrategia ya conocida para esto último es la de empoderar a tribus locales de Gaza para que reproduzcan el modelo de la “liga de las aldeas”, ya utilizado en Cisjordania durante la década de 1970. Las ligas gestionarían los asuntos internos de Gaza y supervisarían la distribución de ayuda humanitaria bajo control de Israel. Este método pretende crear una oleada de caos y división interna que afiance el estado de separación política entre Gaza y Cisjordania ocupada.
En mayo de 2024 se conocieron más detalles sobre los planes israelíes para el futuro de Gaza al filtrarse el plan maestro “Gaza 2035” de Netanyahu. Además de los aspectos militares y de gobierno ya mencionados, Gaza 2035 prevé insertar el territorio en los planes generales de Israel para optimizar sus relaciones en toda la región mediante el desarrollo tecno-económico y la explotación de los recursos naturales palestinos, especialmente las reservas de gas de Gaza.
Un elemento clave es la creación de una línea ferroviaria de alta velocidad que atraviese Arabia Saudí y conecte a los pasajeros con Gaza y Egipto o con Tel Aviv y Haifa. Y lo que es más importante, Haifa se sitúa como el puerto principal del Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (CEIM), diseñado para competir con el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (CITNS) que cruza Asia Central. El nuevo CEIM se anunció en la Cumbre del G20 de Nueva Delhi en 2023, y establece rutas comerciales y una red de puertos marítimos desde la India hasta EAU a través del mar Arábigo. El ferrocarril descrito en el plan Gaza 2035 serviría de enlace terrestre central desde el Golfo hasta el mar Mediterráneo como parte de esta iniciativa en la que Israel desempeñará un papel medular.
Tanto para Israel como para EEUU, el CEIM supone una oportunidad para contrarrestar la influencia de Irán y de sus aliados a la vez que opone un extraordinario desafío a la Iniciativa Belt and Road de China, que ha incrementado la influencia de este país en la región mediterránea. Además, el CEIM sirve para integrar aún más a Israel en la región con el argumento de la “paz económica” en un contexto de impulso progresivo para normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudí en el marco de los Acuerdos de Abraham.
Israel he acogido el CEIM con entusiasmo y Netanyahu lo ha elogiado como una vía importante para transformar a Israel en foco de la economía mundial y del desarrollo tecnológico avanzado. Los países árabes del Golfo consideran el proyecto como el preámbulo para expandir su influencia económica y geopolítica. Aunque los sucesos del 7 de octubre y el genocidio que está teniendo lugar en Gaza han detenido aparentemente el proyecto alegando las partes implicadas problemas de seguridad, el plan Gaza 2035 de Netanyahu avanza discretamente.
El proyecto del muelle flotante debe enmarcarse dentro de la compleja y cambiante geopolítica de la región. Aunque supuestamente es temporal, representa los capciosos planes de mayor calado que EEUU e Israel tienen para Gaza. Entre ellos puede que el muelle acabe siendo una herramienta vital para mantener la vida cotidiana de los y las palestinas de Gaza sin que dependa de un liderazgo palestino y para que tanto EEUU como Israel sigan eludiendo su responsabilidad política.
El muelle da cuenta de las previsiones a largo plazo que Israel tiene sobre su presencia permanente en Gaza y sobre el papel que prevé para la Franja como conexión central entre Israel y el resto de la región. Aunque aparentemente se trate de una herramienta humanitaria a corto plazo, este artículo de cuenta de cómo el muelle encaja en los planes israelíes de marginar a sus adversarios e intensificar sus alianzas, al tiempo que ofrece a EEUU cobertura política para su continua complicidad. Así, incluso si el propio muelle se desmantelara en un futuro próximo como indican algunas informaciones que puede ocurrir, sigue siendo sin duda un indicio de que EEUU e Israel continúan a toda velocidad con su estrategia para Gaza y para Palestina en su conjunto, sin preocuparse por los y las palestinas.
Salman Al Zurai’i, palestino, es investigador y analista político residente en Gaza. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Al Azhar de Gaza, actualmente trabaja como investigador y activista de derechos humanos en el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos.
Mohammed Al Hafi, palestino, es académico e investigador de política internacional afincado en Gaza. Es director de la Unidad de Estudios del Departamento Palestino de Trabajo y Planificación. Se doctoró en Filosofía Política por la Universidad de Alejandría en 2013 y ha publicado numerosos estudios y trabajos de investigación.
Texto original: AL SHABAKA. Traducción para Viento Sur de Loles Oliván Hijós.
Fuente: https://vientosur.info/el-muelle-flotante-de-gaza-simbolo-de-futuros-planes-coloniales/