Ante esta coyuntura, el primer ministro senegalés, Ousmane Sonko, pidió el jueves el cierre de las pocas bases militares francesas que aún existen en Senegal, excolonia de Francia, y la retirada de todas las tropas galas del país de África occidental.
“Más de 60 años después de nuestra independencia [...] debemos cuestionar las razones por las que el Ejército francés, por ejemplo, todavía se beneficia de varias bases militares en nuestro país y el impacto de esta presencia en nuestra soberanía nacional y nuestra autonomía estratégica”, dijo Sonko en una conferencia de prensa conjunta con el político de izquierda francés Jean-Luc Melenchon en la capital senegalesa, Dakar.
Hizo hincapié en que la nación senegalesa desea “tener su propio control, lo que es incompatible con la presencia duradera de bases militares extranjeras en Senegal”.
Señaló que muchos países han prometido brindar seguridad a Senegal, pero dijo que ello no significa permitir que las tropas foráneas ocupen el territorio senegalés. “Muchos países han prometido acuerdos de defensa, pero esto no justifica el hecho de que un tercio de la región de Dakar está ahora ocupada por guarniciones extranjeras”, criticó.
Aunque el Ejército senegalés asumió el control de la mayoría de las bases militares galas en su territorio en 2020 y expulsó a más de un millar de las tropas galas, aún permanecen alrededor de 350 soldados franceses en Senegal.
El interés de Senegal para cerrar las últimas bases galas en su país llega después de que el sentimiento antifrancés obligara a París a retirar sus tropas de Níger, Burkina Faso, Guinea, Mali y Chad, lo que supone el declive de la expotencia europea en el Sahel.
Hartos por décadas de esclavitud y saqueo de sus riquezas por las potencias coloniales occidentales, los vecinos de Senegal, es decir, Mali, Burkina Faso y Níger pidieron ayuda a Rusia, tras expulsar a las tropas galas, para combatir el terrorismo y brindar la seguridad en su territorio, lo que constituye un gran reto para el Occidente en África.
Fuente: Hispantv