Uno de los criterios del crecimiento financiero es la planificación y la disciplina en el comportamiento y la conducta.
La propiedad de un individuo se ha comparado con la médula espinal. Por eso las personas pobres no pueden valerse por sí mismas económicamente.
¡No confiéis a los incapaces la hacienda que Alá os ha dado para subsistir!, ¡sustentadles de ella y vestidles! ¡Y habladles con cariño! (Verso 5 de la Sura An-Nisa)
Si a un tonto se le diera la médula espinal de una sociedad, la rompería e inutilizaría la sociedad.
Una de las características del tonto es que no sabe utilizar y beneficiarse de la propiedad. Desde el punto de vista del Corán, para estar a cargo del capital y la propiedad, uno necesita no sólo madurez sino también crecimiento financiero. El Corán dice sobre los huérfanos:
“Tantead a los huérfanos hasta que alcancen la nubilidad, Cuando los creáis ya maduros, pasadles su hacienda. No la consumáis pródiga y prematuramente antes de que alcancen la mayoría de edad. El rico, que no se aproveche. El pobre, que gaste como es debido. Cuando les entreguéis su hacienda, requerid la presencia de testigos. Alá basta para ajustar cuentas... ”. (Verso 6 de la Sura An-Nisa)
Entonces, según este versículo, los huérfanos deben ser probados en cuanto al crecimiento financiero y ayudarlos a crecer financieramente.
La planificación y la disciplina en el comportamiento se encuentran entre los aspectos más importantes de la gestión económica.
Y una manifestación de disciplina en el comportamiento es evitar la procrastinación. El Santo Profeta dijo ¡ay de aquellos que posponen los asuntos de la gente de hoy para mañana!
El Comandante de los Creyentes, Imam Ali (P), aconsejó a Malik Ashtar que se ocupara él mismo de algunos de los asuntos, como responder a las personas y cumplir con sus demandas el mismo día.
El Imam Ali (P) también enfatiza que uno debe hacer todo en el momento adecuado y evitar la postergación.