Roberto Chambi Calle[1]
En marzo de 2013 el jefe de Estado de la República Islámica de Irán, Ali Jamenei, manifestó que si el régimen israelí cometiese cualquier desatino contra la nación persa, “la República Islámica de Irán convertirá en polvo a Haifa y Tel Aviv" (minuto 4:55 en: https://www.youtube.com/watch?v=zL1QKhErEu0), por ende, el error cometido por Benjamín Netanyahu y su séquito al haber bombardeado el Consulado Iraní en Damasco, sin duda tendrá una respuesta; ya lo dijo el Ayatola Jamenei en ocasión de la fiesta de fin de Ramadán, que: “El malvado régimen cometió un error y debe ser castigado y será castigado”.
Aparte de haber atacado la legación diplomática, Netanyahu tira al basurero las normas de Derecho Internacional, ya que la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, en su artículo 22 establece de manera clara la inviolabilidad de las sedes y el personal diplomático cuando manifiesta que: “Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión”; así mismo la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963 en su artículo 31 manifiesta la “inviolabilidad de los locales consulares” así como la “inviolabilidad personal de los funcionarios consulares (Art 40), no obstante de la claridad de esta norma internacional, los cazas F-35 israelís bombardearon sin mesura ni conmiseración la sede consular persa.
La postura de Irán en términos geopolíticos por los hostigamientos de sus enemigos la han convertido no sólo en una potencia económica sino también militar. De acuerdo al ranking del sitio web especializado en el poderío militar de las naciones, las fuerzas persas ocupan el décimo cuarto puesto (14) por delante de Israel , puesto 17 (https://www.globalfirepower.com/countries-listing.php).
El Irán de hoy no es el mismo de hace 45 años, durante décadas este ha logrado fortalecer y desarrollar su tecnología aun con un bloqueo artero por parte de sus enemigos, las palabras de su jefe de Estado con seguridad que se cristalizarán en un castigo inminente, pues su tecnología militar —que tiene un carácter disuasivo— ha tenido un amplio desarrollo, ya que tiene la capacidad de alcanzar los territorios ocupados en Palestina. Su avance tecnológico se puede evidenciar en la fabricación de drones, misiles hipersónicos y aviones de combate que no tiene nada que envidiar a otras potencias.
Sus misiles balísticos como Shahab-3, Qadr-110, Fajr-3, Ashura, Sejil, Emad, Qiam-1, Rezvan, Joramshahr y Jeibar tienen una capacidad de alcance y destrucción masiva, sumando a ellos su nuevo misil hipersónico Fattah, con una velocidad terminal de mach 13 a 15 (13 a 15 veces más rápido que la velocidad del sonido) y un alcance de unos 1.400 km.
El reciente ataque a su consulado en Damasco, asesinó a 13 personas de las cuales siete eran militares iranies, dos de alto rango; el general de brigada Mohammad Reza Zahedi, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica (CGRI), y su adjunto, el general Mohammad Hadi Haji Rahimi.
Hoy la capacidad de respuesta de los iranies ha sido probada. Irán ha llegado a las bases desde las cuales se lanzó el artero ataque sobre su consulado en Damasco. Y más allá de los intentos propagandísticos por minimizar esta respuesta, ha quedado claro que el ente israelí es vulnerable. Y esa falsa imagen de “seguridad” que le vende al mundo, ha quedado sólo en meras palabras o eslóganes para ferias de venta de armamento (probado siempre sobre las cabezas de los palestinos).
Además, el régimen de Tel Aviv no sólo se enfrenta a las fuerzas persas sino a todo el Eje de la Resistencia, lo cual involucraría a Siria, Yemen, Líbano e Irak, sumado el apoyo de China y Rusia, pues el oso y el dragón asiático saben que Irán es una línea roja por la cual no puede pasar Estados Unidos ni sus aliados, en otras palabras y sin más prolegómenos estaríamos en una tercera guerra mundial, agravada por las capacidades atómicas de los estados en conflagración.
La actitud torpe y por sobre todo irresponsable de Israel escudado en EEUU, es una amenaza para la paz en el mundo, en tal sentido, si la “Comunidad Internacional” quiere evitar su destrucción debería condenar y sancionarlo mediante los instrumentos (mediación, buenos oficios, rotura de relaciones diplomáticas, etc) del derecho internacional, pero al parecer al gobierno de Netanyahu no le interesa la humanidad, así se ha corroborado con las más de 34.000 muertes producto de su ataque inhumano y genocidio sobre la Franja de Gaza.
Dicen que “soñar no cuesta nada”, más aún en el actual escenario bélico en donde Washington y Tel Aviv han fracasado; la guerra en Ucrania y la invasión a Gaza han demostrado que ambos “gobiernos” no tienen el control ni mucho menos han barrido con el ejército ruso ni con la resistencia Palestina (Hamas), este último, que con piedras y un coraje sin límites han empujado a que el régimen israelí se hunda aún más en su fracaso, pues Hamas y la Yihad Islámica siguen combatiendo contra el “décimo séptimo ejército más poderoso del mundo” y que en 6 meses la entidad ocupante no ha salido victoriosa; dijeron que iban a “limpiar al terrorismo”, hoy bajo ese slogan han dejado bajo los escombros miles de civiles muertos sin victoria alguna.
Al parecer los estertores de Benjamín Netanyahu y su gabinete ya se sienten, aun así, su soberbia y arrogancia lo van hundiendo más junto a sus protectores, quienes no quieren entender que Irán ya no es aquel territorio sumiso y obsecuente a los deseos de las potencias extranjeras de otrora, sino es un país soberano autónomo con una capacidad política, económica y militar capaz de enfrentarse a cualquiera que quiera destruirlo.
Hoy la humanidad, pese a haber experimentado los horrores de dos guerras mundiales —la última culminada con el lanzamiento de dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki por el “paladín” de los derechos humanos— debe ser una lección aprendida para no cometer errores incitados por naciones irresponsables que no ven más allá de sus intereses, el mundo necesita paz, pero ésta no se la conseguirá con pseudo líderes que en los hechos y por sus actos odian a quienes no siguen sus guiones ni se arrodillan ante sus amenazas.
Por Roberto Chambi Calle
[1] Jurista, teólogo, y analista en RRII, coautor del libro “Palestina, entre piedras y misiles”.