Si alguien que ayuna debe ser limpiado de las impurezas del alma y alejarse de todos los pecados por treinta días de ayuno, él o ella no puede alcanzar esta meta sin Muraqabah (vigilando su conducta).
En términos generales, el ayuno es una obligación religiosa en la que un musulmán se niega a comer o beber desde el amanecer hasta el atardecer. Tal persona es aquella que ayuna y su acción se llama ayuno.
Pero en las enseñanzas islámicas el ayuno es mucho más que no comer ni beber y se ha enfatizado que quien ayuna necesita hacer más Muraqabah.
Allameh Mojtahedi Tehrani (1923-2013), quien fue un destacado erudito y profesor de ética y filosofía en Irán, creía que el ayuno tiene tres niveles: ayuno general, ayuno especial y ayuno "más especial".
El primer nivel es el ayuno en el que uno trata de mantenerse alejado de comer y beber. Es el ayuno que todos los musulmanes deben observar. Simplemente se abstienen de comer y beber pero no vigilan su comportamiento.
El segundo nivel es un ayuno especial. En este nivel, no sólo uno se abstiene de alimentos y bebidas, sino que todo su cuerpo ayuna: sus ojos, oídos, lengua, manos, pies y otras partes del cuerpo se mantienen alejados de los pecados. Trata de cerrar los ojos al pecado y los oídos a los comentarios pecaminosos. Procura no decir malas palabras y no pecar con las manos y los pies.
El tercer nivel es más especial. Este tipo de ayuno se acompaña con el recuerdo de Dios y uno no permite que nada más que Dios entre en su corazón. En este nivel, quien ayuna derrama lágrimas en su oración de Khawf (miedo) y Raja (esperanza). Su oración está llena de amor a Dios y espera con impaciencia rezar y hablar con Dios.