En el cuarto año de la Hégira, algunos de los "jauariy" (grupo que durante la batalla de Siffín, librada contra Mu'awiah, se separó de las fuerzas del Imam Alí al ser engañado por aquel jefe de Bani Umaiiah), se reunieron en la Meca y planearon un complot para matar a Alí (P.), Mu'awiah, y 'Amru 'Ass, en Sham (Damasco) y Misr (Egipto), a una hora determinada.
Fue escogida la noche 19 del Sagrado mes de Ramadán para la ejecución. A Abdur Rahman, hijo de Mulyam, se le encargó el asesinato del Imam Alí (P.), Huyyay, hijo de Abdullah Sarimi, sería el asesino de Mu'auiah y 'Amru, hijo de Bakr Tamimi, para asesinar a 'Amru 'Ass.
Ibn Mulyam llegó a Kufa con este objetivo pero no dio a conocer a ninguna persona esta intención tan vil y vergonzosa, hasta que un día, en la casa de uno de los "Jauariy", se encontró con Qatamah, una mujer muy bonita y encantadora, de quien se enamoró. Luego, comenzó a pensar en casarse con ella. Cuando pidió su mano, Qatamah dijo: “Mi dote será: tres mil dirhams en efectivo, un esclavo y también la muerte de Alí Ibn Abi Talíb”.
Qatamah, desde antes, debido a la muerte de su padre y su hermano en la guerra de Nahrauan en manos de Alí, guardaba rencor al querido Imam, ella lo consideraba su gran enemigo declarado y siempre estuvo pensando en destruirlo. Ibn Mulyam, reveló frente a Qatamah: “Casualmente, por este motivo he venido a Kufa”, y de este modo, prosiguió con su determinación anterior buscando el encantamiento de Qatamah.
Finalmente, esa nefasta noche llegó. Ibn Mulyam, con una o dos personas amigas suyas, decidieron realizar este criminal acto, la noche del 19 de Ramadán, en la Mezquita de Kufa.
Treinta y tantos años antes de aquella desafortunada noche, el Imam Alí (P), había escuchado del Profeta (Bpd) que en el mes de Ramadán sería asesinado.
Escucha este relato del propio Imam Alí (P):
"...Y cuando el Profeta (Bpd) leyó aquella famosa Jutbah respecto al sagrado mes de Ramadán, yo me levanté y pregunté: "¡Oh, Enviado de Dios! ¿cuál es el más valioso de los actos en este mes?”. Dijo: " La abstención de los pecados". En ese momento el Profeta comenzó a llorar con gran dolor e informó acerca de mi martirio en este mes".
El Imam Alí también irrumpió en lágrimas, ya que sabía que en este mes se martirizaría. En ese mismo año había dicho: “Este año en la ceremonia del Hayy (Peregrinación), no estaré entre vosotros”. Y también a él le dijeron: "¿Por qué, en el momento de desayunar (luego de un día de ayuno del mes de Ramadán), comes poco? Contestó : “Quiero estar con el estómago vacío en el momento de encontrarme con Dios”.
Pero la noche 19 no durmió, y repetía varias veces: “Juro por Dios que no miento y que tampoco me han mentido, esta noche es aquella noche prometida”.
Y finalmente, al amanecer, cuando el Imam Alí (P.) entró a la Mezquita, en el momento en que estaba realizando la oración del alba, y apareció la espada envenenada y la sangre sedienta del peor de los hombres, Ibn Mulyam. Cuando la espada de éste hirió la frente luminosa del Imam, lo primero que dijo fue: "FUZTU UA RABBIL KA'BA", "¡HE TRIUNFADO, POR EL DIOS DE LA KA'BA!".
Entonces, llevaron al Imam ensangrentado, a su casa. Estuvo dos días postrado en su lecho y en todo momento pensaba en la rectitud y felicidad de los hombres.
Y dos días después, la noche veintiuno del mes de Ramadán, en el año cuarenta de la Hégira, encontró su martirio.
Sepultaron su inmaculado cuerpo en la Sagrada tierra de Nayaf, a la que hoy, los corazones de los musulmanes, en especial de los shí'as, desean fervientemente visitar.
El Imam, del mismo modo que había transcurrido su vida en el recuerdo de Dios, en el momento de este trágico episodio final, también se encontraba recordándolo.
SUS ÚLTIMAS PALABRAS
En sus últimos momentos legó un testamento a sus hijos, sus parientes y también a todos los musulmanes, que entre otras cosas dice:
“...A ustedes les aconsejo el temor a Dios, y el orden en vuestros asuntos. Procurad siempre la unión y la rectitud entre los musulmanes”.
“No os olvidéis de los huérfanos, observad los derechos de vuestros vecinos. Estableced al Corán como programa de vuestras propias acciones”.
“Amad la oración que es el pilar de vuestra religión”.
“Combatid y sacrificad en el camino de Dios con vuestras riquezas, vuestras lenguas y vuestras personas. ¡Uníos!”.
“No abandonéis la "Recomendación del bien y la abstención del mal" (Precepto del Islam), pues si os desviáis de esta responsabilidad ante Dios, se erigirá una sociedad corrupta y vil y en este momento cualquier súplica o deseo que imploréis en contra de ellos no será respondida”.
La paz de Dios y la de los hombres puros y benevolentes, sean con el gran Imam, purificado de todo pecado, defecto o error. Su nacimiento fue extraordinario, como extraordinaria fueron su vida y su martirio.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:
Nahyul Balagah,
Luz de Eternidad (Ya'far Subhani),
Polarización en torno al Carácter de Alí Ibn Abi Talib (Murtada Mutahhari),
El primer Líder (Edición de Dar Rah-e Haq).
(abna)