Bajo el genocidio, el exterminio del ente sionista israelí contra el pueblo palestino en especial contra la Franja de Gaza, llega este mes bendito de Ramadán 2024, el mes del perdón, de la misericordia divina, de la purificación del cuerpo y el alma, de la arrogancia y de la hipocresía, el mes de la lucha contra los deseos egoístas; en ese sentido retoma gran importancia este mes de la misericordia divina para continuar con la lucha a favor de los pobres, de los más humildes y volcarnos más aún en el verdadero significado de la entrega hacia Dios, y el valor de la súplica, ya que en Gaza cada día muere un niño; sino es por desnutrición, lo es por lesiones, enfermedades o las bombas.
En estos tiempos donde el amor entre los seres humanos cada vez más se está reduciendo debido a que la arrogancia de algunos pisotea y despoja de recursos a los más necesitados por el ego y la angurria de poder, en estos momentos en donde se han invertido los valores morales y humanos a conceptos de libertinaje; en estos minutos donde ya no prima la fe, ni mucho menos la empatía, pues el odio, la deshumanización, el sadismo, de parte de Israel ha llegado hasta dejar en la peor hambruna a los más débiles en la Franja de Gaza, al menos 25 personas, la mayoría niños, han muerto por desnutrición y deshidratación en el territorio palestino en los últimos días, debido al corte deliberado de la ayuda humanitaria por parte de Israel, quién utiliza “el hambre” como arma de guerra.
Ya son más de cinco meses desde el inicio de las ofensivas del régimen ocupante contra Gaza, cuando comenzó “La Tormenta Al Aqsa” en defensa del pueblo palestino que lleva ya 76 años de una Nakba (Catástrofe) continua, porque mientras se escriben estas líneas ya son más de 32.000 muertos, donde 16.000 son niños y más de 9.000 son mujeres; ante la inacción de la comunidad internacional, el consejo de seguridad, la ONU, la Unión Europea, la OTAN, y todos los organismos internacionales que no hacen nada para parar los bombardeos del régimen israelí, los países Europeos y Estados Unidos, quién es cómplice de este genocidio, de esta limpieza étnica, al vetar tres resoluciones del Consejo de Seguridad que pedían el fin inmediato de la guerra en el enclave palestino y, al mismo tiempo, al suministrar armas y ayuda económica a Israel, y ahora recurre a medidas “ridículas y simbólicas” como el envío de la ayuda humanitaria por aire a la bloqueada Franja de Gaza, catalogado como “mero show” para rectificar y justificar su política belicista; ya que están próximas las elecciones presidenciales, la hipocresía del gobierno de EEUU, utilizando como bandera a los indefensos palestinos.
El pueblo de Gaza ya recibió Ramadán, y lo ha hecho en medio de toda su infraestructura destruida, escuelas, universidades, patrimonio cultural, casas, viviendas, todo en ruinas; las fuerzas ocupantes atacaron más de 500 mezquitas; 220 de ellas fueron demolidas, y 290 destruidas de manera parcial, pero no son aptas para la oración, por lo que rezan en medio de los escombros, y lo peor de todo es la consecuente crisis humanitaria en que se encuentran sobre todo los niños, heridos, enfermos otros, o solos en la orfandad; ya que el hambre extrema se extiende, el desplazamiento continúa y prevalecen el miedo y la ansiedad.
El régimen de Tel Aviv ha intensificado el asedio a la mezquita de Al-Aqsa, con limitaciones y bloqueos al acceso de los palestinos al recinto desde hace cinco meses, cuando comenzó su guerra genocida en la Franja de Gaza; y recientemente al inicio del mes bendito de Ramadán atacaron y bloquearon el paso a los palestinos que se dirigían a la mezquita de Al-Aqsa, en Al-Quds en la Cisjordania ocupada, y lo seguirán haciendo; pues su objetivo es la judaización.
Sumidos en ruinas, en escombros se encuentra la población de Gaza, la peor vergüenza del siglo XXI, un genocidio transmitido en vivo y directo, imágenes desgarradoras de niños con miembros amputados, lesionados, heridas para toda la vida; madres que sostienen el cuerpo de sus bebés fallecidos, padres con sus niños muertos, la peor tragedia suscitada en un castigo, el holocausto en la Franja de Gaza.
Este genocidio que perpetra impunemente Israel sobre Gaza es producto del más letal odio, el desprecio, el racismo sionista judío que se cree con licencia moral para matar, como lo señala el historiador israelí Ilian Pappé, se ejemplifica con las declaraciones de la Ministra de Igualdad Social (sic) y Asuntos de Mujeres de Israel, May Golam; quien dijo en el Parlamento el 23 de febrero: “Estoy personalmente orgullosa de las ruinas de Gaza y de que cada bebé, incluso dentro de 80 años, cuente a sus nietos lo que hicieron los judíos”. Días antes, en un programa de televisión, justificó el genocidio de Gaza diciendo que “quería ver cadáveres” y, pese a que “algunas almas frágiles están explicando que la mayoría de los residentes de Gaza son población civil no implicada, por lo que no debemos hacerles daño. Nada de eso. Tenemos que destruirlos hasta la médula”.
Este sin lugar a dudas es el plan sionista israelí, aquel que fue ideado por Theodor Herzl, con su libro el “Estado Judío”, movimiento que fue el promotor de la fundación de un solo estado, el de Israel, que lleva al exterminio de toda la población palestina.
Este Ramadán 2024 debe ser un tiempo de súplicas por nuestros hermanos palestinos, y ser la victoria de las causas de los oprimidos y explotados frente a las injerencias, injusticias de la ignorancia de la hegemonía mundial. Pues este tiempo es el mes donde uno debe ser empático con los que tienen hambre; es decir de los más oprimidos, de los más necesitados, en este periodo se debe acrecentar la comprensión hacia ellos, decía Muhammad (PBD) respecto a este mes:
“Recordad, por medio de vuestra hambre y sed en este Mes, la sed y hambre del Día de la Resurrección. Dad limosna a vuestros pobres e indigentes; respetad a vuestros mayores y tened misericordia de vuestros niños; fortaleced los lazos con vuestros parientes; retened vuestras lenguas (de aquello que no se debe decir), cerrad los ojos ante aquello que no es lícito para vosotros mirar y alejad vuestros oídos de aquello que no es lícito para vosotros escuchar; y sedes benevolentes con los huérfanos de la gente para que sean benevolentes con vuestros huérfanos (una vez que hayáis partido)”[1].
Que este Ramadán 2024, sea el verdadero viaje de sacrificios espirituales y de yihad en apoyo al pueblo palestino como ya lo están haciendo Yemen, Siria, el Líbano, Irak, Irán países en donde también se celebra el mes de Ramadán; pues el Eje de la Resistencia seguirá en pie de lucha continuando y desempeñando su papel para salvaguardar Al Quds (Jerusalén) y la Mezquita Al-Aqsa, porque Palestina volverá hacer libre y soberana, en virtud de la aleya: “Preparad contra ellos toda la fuerza y toda la caballería que podáis para con ello atemorizar al enemigo de Dios y vuestro y a otros que no conocéis, pero que Dios conoce” (Corán, Sura VIII, aleya 60); pues ese sentimiento que los une tiene otro tipo de connotación que no es estático, sino perenne en el tiempo, el mismo que es una chispa constante contra el sometimiento de los que creen en la regencia de Dios sobre la Tierra, de ahí es que siempre saldrán victoriosos.
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