En el Zócalo, a donde llegó tras más de cinco horas de caminata entre miles de seguidores que frenaban su avance en el intento de acercarse a él, saludarlo o tomarse una selfie, el mandatario destacó que en el país se garantiza, como nunca, el derecho a disentir, y puso como ejemplo la marcha opositora del pasado 13 de noviembre.
En su mensaje a la nación con motivo de su cuarto año de gobierno, el Presidente destacó que su administración está derrotando el racismo, el clasismo y la discriminación, y subrayó que el país es un “santuario de libertades”.
Ante espectadores que aguardaron en la Plaza de la Constitución hasta cerca las 15:00 horas que comenzó su discurso, el presidente López Obrador aseveró que en lo que va de su gobierno se ha reducido la incidencia delictiva y se combate al crimen organizado sin hacer acuerdos.
Resaltó, también, la vocación de justicia y democracia que existe en su gobierno, el respeto al Estado laico y los derechos humanos.
En medio de 1.2 millones de simpatizantes, de acuerdo con cifras del gobierno capitalino, el jefe del Ejecutivo federal caminó 4.3 kilómetros desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo.
En su recorrido, el Presidente estuvo acompañado de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la CDMX, y Adán Augusto López, secretario de Gobernación.
Logros
Ideario
En su discurso, el presidente Andrés Manuel López Obrador destacó estos puntos:
Proclama humanismo mexicano a su modelo
Ante un Zócalo lleno, el presidente Andrés Manuel López Obrador dice que está derrotando al racismo y que el país es un santuario de libertades.
En su mensaje a la nación con motivo de su cuarto año de gobierno, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador dio el nombre de humanismo mexicano a su modelo económico y de gobierno.
Luego de más de cinco horas de caminata desde el Ángel de la Independencia y hasta el Zócalo de la Ciudad de México, el Presidente de la República pronunció un discurso durante 96 minutos en los que aseguró que su gobierno está derrotando al racismo y que México es un santuario de libertades.
“Estamos ganando la batalla contra el racismo, el clasismo y la discriminación en todas sus expresiones; hemos reducido la incidencia delictiva, las manifestaciones de protesta son pocas, no proliferan las huelgas, se garantiza como nunca la libertad y el derecho a disentir; México hoy es un santuario de libertades”, expresó ante un Zócalo que lo recibió como un día de fiesta y que soportó más de siete horas de sol escuchando todo el repertorio musical de los mariachi de la Secretaría de Marina y de la Defensa Nacional.
Como ejemplo de esas libertades, el Presidente puso la reunión que llevaron a cabo en nuestro país los grupos de ultraderecha en el mundo hace unos cuantos días.
“Nunca más deseamos aplicar el artículo 33 de la constitución, no llamarle a nadie extranjero pernicioso, este es un país de libertades y tenemos vocación de justicia y democrática”, sostuvo en medio de aplausos y vivas de sus seguidores que desde las seis de la mañana lo esperaron en el Zócalo y que provenían de distintos estados del país.
López Obrador aseguró que su gobierno no participa en fraudes electorales, hay independencia entre los poderes; además de que se respeta el estado laico, se protegen los derechos humanos y hay una mejor distribución de la riqueza.
“No deja de importar en el terreno teórico el modelo de gobierno que se está aplicando. Mi propuesta sería llamarle humanismo mexicano porqué sí tenemos que buscar un distintivo”, señaló en el discurso donde agradeció a diputados y senadores su aportación para la Cuarta Transformación de México.
En el terreno de la seguridad, reiteró que en su gobierno “no hay García Luna ni se hacen acuerdos con bandas del crimen organizado para hacer la faramalla” de que se persigue a una banda y se protege a otra.
“No se admiten relaciones de complicidad con nadie, no es ‘me entiendo con una banda para proteger a esa banda y hacer la faramalla persiguiendo a otra banda’. No, aquí no hay acuerdos de ese tipo, ni se venden plazas ni se hace ningún acuerdo con ningún grupo de la delincuencia organizada. El que comete un delito tiene que ser castigado”, advirtió el mandatario federal al referirse al caso Ayotzinapa como muestra de su compromiso con la aplicación de la ley.
Al abordar el tema de la economía, dijo que se mantiene en crecimiento y que este año y hacia el 2024 se perfilará en un 3.5 por ciento.
También confío en que el aumento al salario mínimo sea del 20 por ciento en los próximos días.
Su esposa
El Presidente aprovechó una vez más para aclarar que su esposa, la historiadora Beatriz Gutiérrez no participará en ningún proceso electoral.
“Así como les dije que somos maderistas y que no hay reelección, Beatriz ni siquiera aceptó, con todo respeto lo digo, ser primera dama, de modo que ella no va a participar en ningún proceso electoral.
Ofrezco disculpas por decirlo, pero esto es un asunto de interés público y debe de quedar muy claro. Por encima de los intereses personales por legítimos que sean, está el interés general, el interés del pueblo, el interés de nuestra transformación” destacó.
Poco antes de concluir su mensaje, el Presidente felicitó a sus colaboradores y los invitó a seguir impulsando la transformación del país.
“Sigamos haciendo historia, continuemos impulsando el cambio de mentalidad, la revolución de las conciencias. Hagamos realidad y gloria el humanismo mexicano”.
A su arribo al primer cuadro de la ciudad minutos antes de las tres de la tarde, López Obrador fue recibido por los ciudadanos, quienes en su intento por verlo y tocarlo rebasaron el círculo de seguridad que custodiaba al Presidente, el cual se tomó el tiempo para saludar y platicar con sus seguidores, pese a los empujones en los que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum resultó despeinada.
Fue necesario que personal de la ayudantía improvisara con un par de vallas para que el Presidente pudiera pasar por la llamada cruz de vida en la que se dividió la Plaza de la Constitución y así darle paso al escenario principal.
Una vez sorteado ese episodio que conjuntó a personal de la ayudantía y del Ejército mexicano vestido de civil, López Obrador llegó hasta la zona del escenario en el que los gobernadores y gobernadoras de Morena aprovecharon para saludarlo y tomarse la rigurosa selfie, siempre en compañía de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la capital y del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
También saludó a los empresarios Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial ( CCE); Luis Antonio del Valle, del Consejo Mexicano de Negocios (CMN) así como al empresario, Carlos Bremer, quien estaba en compañía de Andrés Manuel López Beltrán, uno de los hijos del presidente.
DEFIENDE RESULTADOS
Durante su mensaje a la población al arribar a la Plaza de la Constitución alrededor de las 15:00 horas, el presidente destacó que el plan de austeridad republicana, por ejemplo, ha permitido ahorrar 574 mil millones de pesos y la reducción del gasto en publicidad del gobierno generó 42 mil millones de pesos extras.
Esos recursos, acotó, se destinan a la población a través de obras de infraestructura y Programas para el Bienestar, que actualmente llegan a 30 millones de familias del país, es decir, al 85 por ciento de los hogares.
“Atender a los más pobres es también ir a la segura para contar con el apoyo de muchos cuando se busca transformar una realidad de opresión y alcanzar el ideal de vivir en una sociedad mejor, más justa, igualitaria y fraterna”, aseveró.
Retomando los ideales de personajes históricos como Miguel Hidalgo y Costilla y Francisco I. Madero, el mandatario refrendó que la Cuarta Transformación no acepta el derrotismo y apuesta por las libertades; además, defiende la democracia y tiene un profundo amor al pueblo.
“¿Quién defiende realmente a un gobierno democrático? El pueblo. (…) ¿Quién respalda la Cuarta Transformación? El pueblo. Por eso nunca jamás vamos a traicionar al pueblo. (…) Algo básico y esencial: nada se logra sin amor al pueblo”, remarcó.
Antes de concluir su mensaje, envió una reflexión a toda persona que desee aspirar a cargos de elección popular y afirmó que ya pasaron las épocas en las que los políticos podían simular para ganar la simpatía de los votantes.
Aseguró que ahora “lo principal es tenerle amor al pueblo. (…) Sin ese sincero sentimiento, nada bueno se puede hacer en la vida y menos en la política. (…) La auténtica política es profundamente humana en su fundamento, esencia y, sobre todo, cuando se practica en bien de todos y de los pobres en especial”, subrayó.